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El presidente de la asociación de vecinos El Triángulo, Ricardo Ruiz, en la calle Francisco de Ariño. / El Correo
Una de las peticiones vecinales al inicio del mandato de Espadas era «la mejora de las calles y el arreglo del acerado». Pasados los dos primeros años, ¿qué se ha hecho?
—Nada. Seguimos con el mismo problema de aceras con trozos levantados que suponen un riesgo potencial para los vecinos, sobre todo para los más mayores. Además los pasos de peatones necesitan un repintado y una revisión del firme y de los rebajes: se encharcan y están impracticables cada vez que llueve. El caso más llamativo es el de la esquina de Francisco de Ariño con la calle Arroyo.
—Pero, ¿algo se habrá hecho en este tiempo?
—Pues mira, pensándolo bien, hay una cosa que se ha hecho: colocar una barandilla en el desnivel que hay en uno de los laterales de la iglesia de San José Obrero. La asociación vecinal venía denunciando que era un riesgo para los niños que corretean por la zona. Luego, todo lo demás han sido buenas palabras y, eso sí, recortar los árboles por donde pasan las procesiones del barrio.
—¿Cómo afecta la carencia de poda en los árboles de estas barriadas?
—Hasta el punto de que hay vecinos que han llegado a podar por su cuenta, y pese al riego de ser multados, porque las ramas le entraban por la terraza y también todo tipo de bichos. Aquí no se ha hecho nunca una poda integral, más allá de venir a quitar las ramas cuando hay una procesión, que nos parece muy bien pero no es solo eso. El caso más sangrante está en la plaza Pintor González Santos donde hay un ficus enorme. Las raíces están levantando el acerado y hay una rama que está sobre un cable de alta tensión. Se le dijo a este y al anterior gobierno municipal pero nadie hace nada.
—¿Qué obras de urgencia necesitan las barriadas?
—El arreglo del acerado, que está destrozado y levantado en muchas zonas. También el repintado y arreglo de los pasos de peatones. En definitiva, más atención para estas barriadas. Tenemos pedido, no sé cuántas veces, que pongan bancos donde se ensancha el acerado de la calle Francisco de Ariño. También que se recupere el parque infantil que hay en una pequeña parcela junto a la calle Nicasio Gallego.
—Frente a las reivindicaciones, la asociación tiene una escuela infantil que se ha convertido en todo un referente en la zona...
—Creemos que las asociaciones de vecinos no solo están para reivindicar sino también para trabajar y servir al barrio. Nuestro local en la calle Jabugo se funda en 1979 y en 2002 la Junta de Andalucía reconoce nuestra guardería. Además tenemos talleres de distintas temáticas para fomentar la convivencia entre los vecinos.