La Ciudad de la Justicia frena la ampliación del Real

La Feria ni se muda ni se agranda; busca cambiar de día. Espadas quiere más casetas públicas, pero no tiene espacio si llega la sede judicial a Los Gordales. Abrirse al turismo es otra de las tareas pendientes

Iñaki Alonso @alonsopons /
16 abr 2016 / 21:20 h - Actualizado: 17 abr 2016 / 21:00 h.
"Feria de Abril","Feria de Abril 2016","Juan Espadas"
  • Vistas de la ciudad efímera de lonas y albero a la que se trasladan los sevillanos en Feria. / José Luis Montero
    Vistas de la ciudad efímera de lonas y albero a la que se trasladan los sevillanos en Feria. / José Luis Montero
  • La Ciudad de la Justicia frena la ampliación del Real

Ni se amplía ni se traslada, sólo se transforma. La Feria de Abril echa hoy el cierre con la mente puesta en la revolución que quiere impulsar el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, de cara a 2017, cuando al ciudad efímera se iluminará la medianoche del lunes 1 de mayo... o dos días antes, el sábado 30 de abril. El día del encendido lo decidirán los propios sevillanos, mediante una consulta popular que el Consistorio impulsará para intentar dar rango oficial a una preferia que ya se festeja como un día más en el Real. Una Feria de sábado a sábado, con lo que se ganaría un festivo más sin necesidad de arrebatarle días a San Fernando o al Corpus.

Espadas ya ha hecho campaña en el Real para promocionar su adelanto feriante. Una consulta popular que, por cierto, ha sido bien recibida por los grupos –salvo IU, que le reprocha que hay otros debates más importantes para someter a la voluntad de la ciudadanía–. Pero, más allá de eso, el regidor ha sabido encumbrar un debate por encima de otros, ya pasados, que suponían un lastre para las arcas municipales. En su agenda no figura, ni de lejos, esa mudanza anhelada –y plasmada en el PGOU–, por Alfredo Sánchez Monteserín al Charco de la Pava, que quedó enterrada por lo costoso del traslado (30 millones de euros, ni más ni menos). Tampoco tiene en mente esa ampliación, pregonada por el anterior alcalde, Juan Ignacio Zoido, ocupando un solar de la Calle del Infierno para 200 casetas más, cuestión que no pudo ejecutar en sus cuatro años de mandato.

El actual Gobierno local sólo piensa, de momento, en el Charco de la Pava como aparcamiento y toda ampliación queda paralizada por el optimismo existente en desbloquear, de una vez por todas, el proyecto de la Ciudad de la Justicia en Los Gordales. No es que se hayan producido grandes avances, pero sí muchas reuniones y buena voluntad. «Espadas ha hecho más en estos meses que Zoido en cuatro años», llegó a decir el consejero de Justicia, Emilio de Llera, hace pocas semanas en el Parlamento. El planteamiento del alcalde consiste en levantar la sede junto a la Calle del Infierno, en unos suelos de propiedad privada que tendrían que ser liberados. Pero eso implica que la Feria no pueda crecer prácticamente ni una hectárea.

Pese a ello, Espadas sí que se ha propuesto, respetando el origen familiar de la Feria, que haya más casetas públicas en el recinto de Los Remedios. Una empresa algo compleja, dado que, si no hay más espacio, poco margen de acción existe para contar con más de las 1.051 casetas existentes. Una alternativa es abrir casetas de empresas municipales públicas, como Lipasam o Emasesa, que restringen su entrada a los no socios. Pero se pregona con la boca chica, dado que todavía es un melón por abrir. La fórmula light, que sí ha reivindicado el alcalde, es la de visibilizar las casetas que sean públicas, es decir, con carteles o distintivos para que el visitante sin espacio propio en el Real sepa cuáles son las de libre acceso.

La Feria también le busca un hueco al turista. El Gobierno local quiere desprenderse de esa etiqueta de una fiesta únicamente para los sevillanos, sobre todo a sabiendas de lo mucho que reporta el turismo. El Ayuntamiento ya lanzó la caña antes de la Feria, con su deseo de ser interlocutor entre los hoteles de la ciudad y las grandes casetas (Círculo Mercantil, Real Círculo Labradores, Pineda...) para que puedan recibir en determinadas horas a grupos organizados de turistas. Una visita que se haría en horas de escasa afluencia de socios, en «horario europeo», como indicó el delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera.

Pero, más allá de esa propuesta, que depende de la buena voluntad de caseteros y hoteleros, también se pretende que la caseta municipal sea un «gran escaparate» de la ciudad en 2017. «Aunque se ha avanzado algo, todavía está infrautilizada». Las palabras son del delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz. Este año, la caseta de la calle Joselito El Gallo se ha abierto a recepciones por la mañana y, por la tarde, ha acogido los consejos de participación ciudadana de los distritos. Pero el salto de cara al próximo año es que sea lugar de acogida de los visitantes y, según fuentes consultadas, «no sean siempre las mismas caras».

La Feria del futuro también debe reflexionar sobre cómo ha funcionado el día festivo. Todos los parámetros apuntan al optimismo, con un recinto repleto ese miércoles y crecimiento del número de viajeros en Tussam y Metro. En horas centrales de la jornada, hubo hasta bulla en el Real. La posibilidad de reubicar un día festivo en el ecuador dependerá, en buena parte, de si prospera la consulta popular de una celebración de sábado a sábado. De momento, 2017 sí establece una tregua porque, en todo caso, la Feria contaría ya con un día festivo al coincidir el Día del Trabajador, el 1 de mayo, con el lunes ¿del pescaíto?

Sea sábado o lunes, el arranque de la Feria seguirá ganando en solemnidad. El Ayuntamiento quiere que sea un acto central de la fiesta, más allá de encendidos. En esta edición se ha dado un paso con una actuación de danza asociada a lo que representaba la portada. Y, además, el gesto del alcalde de delegar en una niña, Carmen, el privilegio de pulsar el botón del alumbrao. Espadas volverá a ceder el testigo en 2017, aunque será a otro colectivo: el de los mayores, salvo cambio de opinión en este año largo que queda. Menos claro está cómo será el proceso de elección del diseño de la portada. Cabrera, que no estaba conforme con el procedimiento que se realizaba hasta ahora, mostró en noviembre su deseo de o «suspender» estos concursos «y que sean los técnicos del Ayuntamiento los que hagan la portada», o que se haga «un concurso de arquitectos con proyectos y no que un niño de 10 años pueda hacer un dibujo para una portada con una cuantía asignada». Este año no pudo ser, pero el próximo...

La seguridad ha sido una de las banderas que ha querido izar el Ayuntamiento este año. En la Semana Santa, pese a las críticas de inicio, contentó a las hermandades. En la Feria estará por ver si ha contentado a un vecindario de Los Remedios harto del fenómeno de la botellona. El dispositivo de seguridad desplegado se ha esmerado en la portada, algunas calles aledañas y la calle Costillares, pero su efecto sólo se puede evaluar a posteriori. Además, a ese problema se suma el de la venta ambulante de alcohol en el Real.

Por su parte, Cabrera avanzó que, para 2017, mantendrá los agentes a pie circulando por las principales calles del Real, además de dispositivos de Protección Civil y sanitarios también a pie para llegar antes a las urgencias de día, cuando las calles están tomadas por los carruajes de caballos. Además, dentro de los planes futuros, también está el plan de accesibilidad al Real que se comprometió el alcalde con los responsables de la ONCE.

Desde hace cuatro años, los enganches circulan por el recinto ferial sin restricciones de ningún tipo. Todo fue motivado por un cambio de la ordenanza, en el que se eliminaba el númerus clausus, usado en su día para evitar la masificación en el paseo de caballos. La retirada de esta restricción venía motivada por la crisis. Esta Feria se ha detectado un repunte de caballistas. Sin ir más lejos, el jueves accedieron al Real 757 carruajes, un 15 por ciento más que el año pasado y el mejor registro en 12 años. ¿Vuelven los atascos? ¿Hace falta una vuelta al númerus clausus y repartir la entrada en números pares e impares? Para el Ayuntamiento, de momento, no es necesario.

Otra cuestión que también queda aparcada es la de los aires acondicionados en las casetas. Ha ayudado, evidentemente, una Feria más fresca de lo habitual, que no se ha caracterizado por las altas temperaturas. El debate se abrió en 2014, con una calurosa semana que llevó al Ayuntamiento a pedir a Endesa mejorar la red para el Real mientras ellos se comprometían a aumentar la potencia contratada (10 kilowatios por módulo), que limita la electricidad para el uso de freidoras, equipos de música y ventiladores. Quién sabe si en 2017, con media Feria celebrándose en mayo, la petición de aires acondicionados vuelve a la primera línea.