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La Magdalena se libra de una multa cuantiosa por obras en la sacristía

Patrimonio rebaja la sanción de 100.000 a 1.200 euros al no atisbar daños en el templo

Iñaki Alonso @alonsopons /
11 jun 2017 / 21:45 h - Actualizado: 12 jun 2017 / 08:06 h.
"Patrimonio"
  • Interior de la parroquia de la Magdalena. / Manuel Gómez
    Interior de la parroquia de la Magdalena. / Manuel Gómez

Nadie en la feligresía de la parroquia de la Magdalena se podía imaginar que una pequeña intervención, es decir, la colocación de unos tabiques de pladur en la sacristía del templo, les iba a acarrear tantos quebraderos de cabeza: la advertencia seria y oficial de una sanción grave de 100.000 euros por estos trabajos. Una cantidad que, gracias a los últimos informes de Patrimonio se ha rebajado hasta una cantidad asumible de 1.200 euros que la parroquia ha abonado con prontitud para «cerrar capítulo».

Esta rocambolesca situación se inició por una mínima intervención realizada a principios de 2015 junto a la sacristía, levantando un muro de pladur que permitiera habilitar una estancia para el vicario parroquia. El caso no pasó desapercibido por entidades como la Asociación de Defensa de Patrimonio (Adepa), que denunció un posible daño al patrimonio en este edificio protegido. A eso siguió después la apertura de un expediente por parte de la Comisión Provincial de Patrimonio, de febrero de 2015, que calificó la actuación de grave, con la imposición de una sanción de 100.000 euros por actuar en un edificio. Una multa que, a priori, era inasumible y abusiva, incluso por la asociación conservacionista que, de inicio, presentó la denuncia pertinente por la obra, que también fue evaluada y cuestionada en el seno de la Gerencia de Urbanismo.

Tal fue la sensación que el párroco se vio obligado a desmontar este muro de pladur un año después. Algo que fue tarea fácil y se realizó en espacio de una hora y media.

Este calvario llegó a su final esta misma primavera. Patrimonio había solicitar un informe preceptivo para saber si la actuación acometida en la sacristía había provocado alteraciones en un templo declarado Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1970. El informe corroboraba en parte las explicaciones del párroco, que argumentaba la escasa entidad de la actuación y su carácter reversible. En ese sentido, se concluyó que «en ningún momento se produjo un daño patrimonial a ninguno de los elementos constitutivos y ornamentales» de la parroquia.

Aunque no hubo dolo en La Magdalena, sí se incurrió en el error de no presentar un proyecto previo al inicio de la obra, clave en este tipo de edificio. Esa razón llevó a que, en vez de archivarse el expediente, Patrimonio optara por una rebaja de la sanción, que ahora está determinada como leve al no haber presentado los requisitos preceptivos. Así, en un escrito fechado el 24 de marzo, el delegado provincial de Cultura, Patrimonio y Deporte, José Manuel Girela, le comunicó a la parroquia la imposición de una sanción leve por una cuantía de 1.700 euros, que el párroco decidió acatar y abonar con prontitud, para poder aplicar la rebaja. De ahí que la multa final se haya quedado en 1.200 euros.

Así se pone fin a una travesía que comenzó con la decisión de levantar un muro de pladur en la sacristía para facilitar las actividades pastorales, que «requieren de una preparación y atención personalizada, a veces discreta», según argumentó en su día el párroco de la Magdalena, Francisco Román.