La piscina olímpica lleva nueve años abandonada

El IMD cerró en 2007 esta instalación ubicada en San Pablo

21 jul 2016 / 21:57 h - Actualizado: 21 jul 2016 / 23:18 h.
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  • La piscina olímpica de San Pablo permanece cerrada desde el año 2007 y nadie hace nada. / Manuel Gómez
    La piscina olímpica de San Pablo permanece cerrada desde el año 2007 y nadie hace nada. / Manuel Gómez

Construida a mediados de los noventa para acoger el Campeonato de Europa de Natación de 1997, la piscina olímpica del Complejo Deportivo San Pablo fue sin duda una de las instalaciones emblemáticas de la Sevilla Ciudad del Deporte de aquellos años, en los que también acogió el recinto la Copa del Mundo de Saltos en 2002.

Y lo mejor de todo, sirvió para que cientos de chavales practicasen el deporte acuático por excelencia durante años... hasta que en septiembre de 2007, el Instituto Municipal de Deportes (IMD) cerró la piscina de 50 metros de la noche a la mañana ante el riesgo de que la cubierta se desprendiese, dejando sin poder entrenar a los 170 niños del Club Natación Sevilla 2004, a los que se reubicó en la piscina de 25 metros o se les instó a marchar a las de Alcosa, Torreblanca o Tiro de Línea. «En unos meses volverá a abrir», se les prometió.

Pero pasaron los meses, y luego los años, y la piscina olímpica quedó abandonada a su suerte. El retraso inicial de las obras se justificó en que los plazos del concurso de ideas convocado por el IMD se habían prolongado; en mayo de 2009 aprobó el Ayuntamiento el presupuesto para arreglar la piscina pero el montante se había ido ya a los 3,5 millones de euros –ya no era sólo la cubierta: faltaban accesos, pinturas, cierres, azulejos y los vestuarios estaban deteriorados– y no hubo liquidez.

Con la crisis vino la escasez de recursos y las excusas de unos y otros partidos en la alcaldía. Juan Ignacio Zoido, aún en la oposición (2010), criticó al gobierno del PSOE porque «la piscina lleva tres años cerrada y ni siquiera se ha adjudicado la obra»; sin embargo, nada hizo él en su mandato, incluso devolvió a la Junta una subvención de 800.000 euros, lo que le reprochó el socialista Alberto Moriñas en el mes de agosto de 2013.

Denuncia de los usuarios

Y así hasta hoy. José Zamudio, vecino de San Pablo y usuario de las instalaciones desde el año 1996, denunció a este periódico el abandono de la piscina olímpica: «Eran unas instalaciones modélicas, pero las cerraron y las dejaron morir. Han prometido muchas veces su reapertura, pero nada», lamenta al tiempo que apunta que «la piscina de 25 metros está masificada y no se puede nadar, es horroroso». Además, señala que «la de saltos y otra anexa para bebés abrían en verano, pero ya hace tres años que está cerrada».

Otro vecino del barrio, José Antonio Manso, llegó a escribir una carta el pasado noviembre dirigida a Juan Espadas, al que le pedía que cumpliera su promesa electoral y recuperara las piscinas de San Pablo, que era el punto 14 de su programa para San Pablo-Santa Justa. Recibió una escueta respuesta un mes después firmada por el concejal David Guevara, en la que se le decía que «estamos trabajando en ello para que a lo largo de estos cuatro años podamos dar respuesta a la demanda ciudadana».

Desde el Ayuntamiento se explica que, en efecto, se ha optado por priorizar las piscinas de Tiro de Línea y Alcosa –en su día, Zoido optó por La Rosaleda, en la Carretera de Carmona–, donde se ha realizado una inversión muy elevada y que habrá una partida destinada a San Pablo en próximos presupuestos. Entre tanto, la vergüenza olímpica de San Pablo va camino de cumplir una década.