«Los vecinos no podemos asumir el cuidado del barrio»

Joaquín Sarmiento, presidente de la asociación de vecinos Los 330 –en alusión al número de viviendas que conforman la zona–, lleva décadas negociando la recepción de la barriada, un proceso que ahora tiene «obstáculos en Urbanismo»

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
13 may 2018 / 22:14 h - Actualizado: 13 may 2018 / 22:16 h.
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  • Joaquín Sarmiento, veterano representante vecinal de la barriada Federico García Lorca. / El Correo
    Joaquín Sarmiento, veterano representante vecinal de la barriada Federico García Lorca. / El Correo

¿Cómo surge el movimiento vecinal en la barriada Federico García Lorca?

—La verdad es que tenemos una de las asociaciones más antiguas de la zona. Desde un principio nos reunimos para promover la lucha vecinal y conseguir cosas que mejoren nuestra calidad de vida. Actualmente estamos dentro de la plataforma Entre Lindes, que aglutina a más de una veintena de asociaciones y entidades de la zona. A través de Entre Lindes canalizamos nuestras quejas y propuestas.

—¿Qué mejoras han logrado en las más de tres décadas de historia?

—Esta asociación hace de puente entre el Ayuntamiento y los vecinos. Una de las conquistas que más recordamos fue la de entrar en el Plan de Barrios de Monteseirín. Gracias a ello se reurbanizaron muchas calles y se eliminaron barreras arquitectónicas.

—¿Cuál es la principal reivindicación que tenéis en estos momentos?

—Desde hace bastantes años estamos negociando que se recepcione la barriada por parte del Ayuntamiento. Me consta que el delegado [del distrito] está implicado pero se está contando con muchos obstáculos, al parecer ya en Urbanismo. Hay un compromiso de Espadas de recepcionar esta barriada, que es complicada: son pisos en régimen de alquiler pero con unas zonas comunes que no sabemos de quienes son.

—¿Cómo afecta esta situación al día a día?

—Que hay un serio problema de arbolado, instalaciones... ¿quién las mantiene? Porque aquí hay mucha precariedad económica. Nosotros no podemos hacernos cargo y asumir el cuidado. Lo que hacemos es que cada uno colabora como puede: pintando, limpiando las zonas verdes... Queremos que sea una barriada pública porque el día que ocurra algo, quién se hace responsable.

—¿Entran los servicios básicos de limpieza y poda?

—Sí, el Ayuntamiento los está asumiendo en algunos casos pero no como obligación. Encuentran muchos problemas y buscan fórmulas para hacerlo. Por ejemplo, en octubre quitaron 26 árboles que estaban podridos y en mal estado. Han dejado los tocones en los alcorques y, en algunas zonas, las raíces sobresalen y son un peligro. De hecho, una vecina se tropezó y se ha caído. Estamos a la espera de que se planten de nuevo.

—¿Qué otras carencias tiene esta barriada?

—Hay problemas de falta de aparcamiento. Muchos vecinos tienen que recurrir a la doble fila o estacionar donde buenamente pueden. El problema es que obstaculizan el paso de vehículos de emergencias ante cualquier imprevisto. Luego, siempre se puede mejorar el estado de las pistas deportivas, donde juegan muchos chavales. Hace poco se ha actuado en las porterías pero las redes del perímetro necesitan un repaso.