Más drogas que alcohol al volante

Según los datos extraídos de una campaña conjunta de la Policía Local junto a la DGT, el 13% de las pruebas realizadas dieron positivo en sustancias como cannabis o cocaína. Solo el 3,1% lo hizo en alcoholemia

09 ene 2016 / 22:12 h - Actualizado: 10 ene 2016 / 09:02 h.
"Sociedad"
  • Dos agentes de Policía toman los datos de un conductor que ha dado positivo en el control y que tiene que realizar una segunda prueba para confirmar el primer resultado. / Fotos: Pepo Herrera
    Dos agentes de Policía toman los datos de un conductor que ha dado positivo en el control y que tiene que realizar una segunda prueba para confirmar el primer resultado. / Fotos: Pepo Herrera
  • El drogotest detecta la presencia de sustancias estupefacientes a través de la saliva.
    El drogotest detecta la presencia de sustancias estupefacientes a través de la saliva.

Plaza de Cuba a solo diez minutos de la una de la madrugada. La Policía Local establece en un instante un control de alcoholemia y drogas, ante la mirada entre alivio y sorpresa de los últimos conductores que salen de la calle Betis antes de que los agentes empiecen a detener vehículos. La noche arrojará buenos resultados, pues serán pocos los conductores que den positivo en alcohol y ninguno en droga. Sin embargo, los datos globales del año demuestran que son más los sevillanos que se ponen al volante tras haber consumido algún tipo de droga, principalmente cannabis y cocaína, que bajo los efectos del alcohol.

La plaza de Cuba es el primer lugar de la ciudad en la que la Policía Local establece el control. Luego se marcharán a Cardenal Bueno Monreal, la Florida y Resolana hasta superar el centenar de pruebas, mientras que a las afueras de la ciudad la Guardia Civil ha montado otro control en la salida de Sevilla hacia la A-49. «Antes establecíamos el control en un punto toda la noche, pero ahora nos movemos cada hora u hora y media porque con las redes sociales y las aplicaciones móviles nos detectan rápido y la gente evita pasar por aquí», explica uno de los agentes. Quizás este pueda ser uno de los motivos de la bajada de positivos en alcohol, pero también es cierto «que las campañas y especialmente el hecho de que te puedas quedar sin carnet han ayudado mucho». Sin embargo, no parece haber la misma conciencia en cuanto a las drogas. Los datos hablan por sí solos: la campaña conjunta entre la Policía Local y la DGT, que se ha desarrollado entre el 15 de septiembre y el 11 de octubre, ha realizado 160 pruebas tanto de alcohol como de droga. En ellas, solo cinco conductores dieron positivo por alcoholemia, mientas que 22, el 13,75 por ciento, lo hicieron en el conocido como drogotest.

Según los datos aportados por la Policía Local, de los 22 positivos en sustancias estupefacientes 19 eran hombres y solo tres mujeres, además, en tres casos dieron también positivo en alcohol (dos hombres y una mujer). Por tipo de drogas, la más habitual es el cannabis (17), seguida de la cocaína (8), el opio (2) y las metanfetaminas (1). Sin embargo, la sustancia más combinada es la cocaína que se toma junto con cannabis (3), opiáceos (2) y metanfetaminas (1).

«Habitualmente, el drogotest lo hacemos cuando una persona que tiene síntomas como excitación, somnolencia o las pupilas dilatadas y da negativo en la prueba de alcoholemia o en caso de siniestro», señala el jefe del control. Los agentes, además, reciben una formación específica para poder realizar este tipo de prueba. La misma consiste en chupar una especie de bastoncillo de plástico durante varios minutos, que se mete en un máquina que examina si el conductor ha consumido algún tipo de sustancia y cuáles. «La máquina detecta seis tipos de sustancias: cocaína, opiáceo, benzodiacepinas, cannabis, anfetamina y metanfetamina (éxtasis)», señala el oficial del dispositivo.

Esta es una primera prueba que, en caso positivo, será remitida al Instituto Nacional de Toxicología «que determina con exactitud el tipo de sustancia y la cantidad exacta. Estos son los resultados que enviamos al fiscal», indica. De todas formas, sin el conductor no está conforme con los datos definitivos puede pedir una analítica pero, en caso de que su infracción sea solo administrativa, «deberá correr con los gastos de la misma».

Esta noche no hay resultados positivos y, en el caso de la alcoholemia también hay pocos, solo dos de 36 pruebas hechas en el primer control. Los primeros conductores dan 0.0 y las caras de alivio cuando el agente lo corrobora se repiten una y otra vez. «Anécdotas tenemos muchas, me acuerdo de un chico sudamericano que entre la primera y la segunda prueba de alcoholemia se puso a correr para que le bajara. En la segunda no dio positivo y se puso a dar saltos de alegría», comenta uno de los agentes. O el hombre que «se cabreó porque resulta que él había bebido mucho menos que su mujer, pero él dio positivo y ella negativo». «Luego, lo de siempre, la gente te dice que ha tomado una cerveza o dos, pero con eso es difícil que den positivo. Y no valen los trucos como mascar chicles». Otro dato curioso es que «mucha gente nos pide soplar antes de coger el coche y si dan positivo o esperan o lo coge otra persona».

Hasta ahora el que más alto ha dado ha sido 0.20, no llegando al máximo legal permitido que es de 0.25 miligramos de alcohol por litro de aire expirado. Hasta que a la 1.05 salta el primer positivo que da una tasa de 0.45. Se trata de un hombre de unos 40 años que viaja solo y que viene de una cena. «Solo he tomado dos o tres cervezas cenando. Es la primera vez que me hacen un control», señala mientras espera para hacerse la segunda prueba.

«Si dan positivo al soplar, en la prueba de despistaje, procedemos a abrir un atestado y pasan al furgón», indica el oficial. Es allí donde el conductor es identificado y donde se lleva a cabo una segunda prueba con un aparato más preciso. Aún así, si la persona no está de acuerdo con el resultado tiene derecho a ser trasladado a un centro hospitalario para hacerle un análisis de sangre. «Muy poca gente lo pide, porque el que ha bebido sabe que el positivo es correcto». De hecho, la segunda prueba practicada a este conductor corrobora el primer resultado –aunque ha bajado a 0.37–, así que su vehículo es inmovilizado, recogido luego por un familiar, y se le impone una sanción de 500 euros (al ser menos de 0.50), que «se puede quedar en la mitad si paga antes de 20 días», y cuatro puntos menos.

El segundo positivo de la noche es el de un joven que arroja una tasa de 0.67 y además, «va indocumentado». El chico reconoce que ha bebido mientras trata de localizar a su novia para que venga a por el coche y le traiga el DNI. De nuevo los agentes esperan 10 o 15 minutos y le realizan la segunda prueba. «Ha tenido suerte porque ahora no pasa de 0.50, sino la sanción hubiera sido mil euros y seis puntos», nos explica el oficial mientras un patrullero llega al control escoltando a una motocicleta. «Este hombre ha dado la vuelta en el puente cuando ha visto el control, pero le hemos cogido», señala un policía a otro. Es un hombre mayor que tras soplar da una tasa de 0.26, de ahí su intento de fuga y su evidente cara de susto. Los agentes le dejan ir «porque hay un margen de error y en la segunda prueba daría negativo». Ha tenido suerte. Con él se cierra el control y se traslada, porque «en SocialDrive ya nos han localizado».