¡Mira qué Navidad!

Sevilla se convierte en escenario idílico para vivir estas fiestas entre campanilleros, pestiños, belenes y la ilusión de los más pequeños

23 dic 2017 / 08:10 h - Actualizado: 23 dic 2017 / 09:09 h.
"Navidad","'¡Mira qué barrio!'"
  • El Coro de los Reyes de San Juan de Aznalfarache en plena actuación.
    El Coro de los Reyes de San Juan de Aznalfarache en plena actuación.
  • Rocío se sorprendió con la magia de Al Martin.
    Rocío se sorprendió con la magia de Al Martin.
  • El belenista Carles Salafranca.
    El belenista Carles Salafranca.
  • Los padres y alumnos del Colegio La Salle-La Purísima cantan un villancico para felicitar las fiestas navideñas.
    Los padres y alumnos del Colegio La Salle-La Purísima cantan un villancico para felicitar las fiestas navideñas.
  • Charo preparando los pestiños para la Navidad.
    Charo preparando los pestiños para la Navidad.
  • Belén Viviente en el Colegio La Salle-La Purísima.
    Belén Viviente en el Colegio La Salle-La Purísima.

La Navidad ha llegado esta semana a ¡Mira qué barrio! y lo ha hecho, además, cargada de los buenos deseos y del cariño de cuantos sevillanos nos han querido acompañar en este mágico viaje a las entrañas de una fiesta familiar que hemos querido vivir de un modo excepcional. En él hemos comprobado que uno no es rico por lo que tiene sino por quién tiene alrededor. Y en eso, les puedo asegurar, nos ha tocado el Gordo de la Navidad. Y no precisamente porque desde ayer en nuestra cuenta haya más lejos de la realidad. La lluvia de este día ha sido de ilusiones y el primer premio el hecho de poder decir que Sevilla está repleta de gente buena con mayúsculas que ha abierto su corazón y hasta las puertas de su casa para que vivamos todos juntos la Navidad.

Somos, pues, millonarios pero de alegrías y de abrazos. Lo somos por una fiesta que es eminentemente familiar y cuya cercanía ha llegado estos días también a quienes, en lo triste de la soledad, habrán esbozado una sonrisa por sentirse, de algún modo, queridos y acompañados por esta gran familia de los barrios de Sevilla que lo mismo canta al compás de los campanilleros, crea un belén artístico en casa, prepara unos pestiños de esos que quitan el sentío o da lo mejor de sí para hacer más felices a esos duendes de la Navidad, los niños. No hay mejor regalo.

Sevilla ha servido esta semana como escenario idílico para una Navidad que, más allá de los destellos de las luces de colores, hemos querido mostrarles desde su más pura esencia. Primero, a través de la música. La del Coro de los Reyes de San Juan de Aznalfarache. Gracias a ellos aprendimos que es posible adorar al Niño al son de los viejos campanilleros. También que tres generaciones, como las de la familia de Rocío, pueden estar unidas por la bonita tradición de ponerle voz a la fiesta y que cualquiera que se acerque a ellos con ganas de echar una mano puede sentirse parte del grupo con solo colocarse su chaleco blanco, al cuello su bufanda de cuadros y dar la nota. La musical, claro está.

Con esfuerzo todo se puede alcanzar. También montar en tu propia casa un belén artístico único, con más de seis meses de trabajo a las espaldas, y como ejemplo de una Sevilla oculta que vive la Navidad desde sus raíces. Lo descubrimos en la calle Goya, en el hogar de José, Rosa y Carles, una familia que nos recibió con la puerta y el corazón bien abiertos y que son todo un ejemplo de la pasión por el arte del belenismo. Un tesoro que no sabe de horarios, ni tampoco de edades, solo de constancia y trabajo. Y, por supuesto, de sueños, de ilusiones y de magia.

Sabor de antaño en los belenes y en las cocinas. Como el arte de Charo, no solo con sus manos, que nos trajo a la memoria y al paladar la receta de pestiños que le enseñó su madre en los callejones de las viejas casas de vecinos de la Macarena. Allí la Navidad era fiesta al cuadrado y la esperanza el hilo conductor de un hogar que sabía a canela, miel, clavo y ajonjolí. Sus ojos se humedecen al recordarlo porque viaja a su infancia. Niños, siempre niños. Por ellos y para ellos un grupo de catequistas y profesores del colegio La Salle-La Purísima hizo de la calle San Luis un portal de Belén donde mostrar cómo Dios envió a su Hijo al mundo en brazos de una Madre. En ellos está el sentido de todo. Si somos capaces de ser semejantes a ellos, será Dios el que nazca en nuestros corazones. Como cada Navidad, siendo niños. siguiendo esa estrella de paz, alegría y familia. ¡Feliz Navidad!