«No puede ser que un divorciado sea cristiano de segunda»

Es de los pocos abogados sevillanos que puede ejercer ante el Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica Española. Tres años de preparación en los que ha descubierto toda «una ciencia jurídica» tras las nulidades matrimoniales

19 mar 2018 / 07:21 h - Actualizado: 19 mar 2018 / 08:48 h.
"Entrevista"
  • Fernando Rodríguez Galisteo posa en su despacho. / Jesús Barrera
    Fernando Rodríguez Galisteo posa en su despacho. / Jesús Barrera

{Fernando Rodríguez Galisteo nos recibe en su despacho, con su título de abogado rotal aún envuelto tras mandarlo a enmarcar. Es el único letrado sevillano de esta promoción, aunque asegura que «no hay muchos en nuestra ciudad».

—¿Qué es el Tribunal de la Rota y que supone ser abogado rotal?

—Es un tribunal de la Nunciatura vaticana que se encuentra en Madrid. Aparte del Tribunal de la Rota que existe en Roma, este es el único que existe fuera del Estado Vaticano, por un privilegio que se le concedió a España por bula papal. Es un tribunal de segunda instancia, aunque en Sevilla se puede plantear aquí, con lo cual el Tribunal de la Rota actuaría como tercera instancia. Para poder ejercer ante hay que realizar el estudio rotal, que dura tres años, y que te habilita para actuar ante los tribunales diocesanos de toda España y ante el Tribunal de la Rota español.

—¿Qué supone la nulidad matrimonial?

—Mientras que en el Derecho Civil lo que existe es la anulación, es decir el matrimonio existe desde tal fecha hasta que se dicta la sentencia, en el matrimonio canónico lo que la Iglesia decreta es que no ha llegado a existir nunca, porque lo que decía Jesucristo es que lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre. No es un proceso contencioso, sino que los cónyuges preguntan a la Iglesia si su matrimonio es válido o es nulo.

—¿Y cuál es ahí el papel del abogado rotal?

—El abogado tiene que encontrar la causa por la que se puede intuir que el matrimonio es nulo o no. El juez no va a decir por qué causa tu matrimonio es nulo. El abogado rotal es el que le tiene que plantearlo. El Derecho Canónico dice que todas estas normas tendrán como único fin la salvación de las almas, por ese motivo todo lo que se contenga en las actas del proceso, el abogado rotal tiene la obligación de no revelárselo ni a su propio cliente, para evitar sembrar odio entre los cónyuges. Eso es lo primero que nos dicen, están aquí para hacer feliz a los cónyuges que tienen que atravesar por esta situación tan delicada en sus vidas.

—¿Cuáles son los principios del matrimonio canónico?

—Lo que hace al matrimonio es el consentimiento y no el afectivo, sino el consentimiento efectivo. Es decir, quiero a una persona para toda la vida, para serle fiel, para buscarle lo mejor que le pueda ocurrir en la vida y además quiero tener hijos con esa persona y educarlos en la fe católica.

—¿Todo el que se casa en la Iglesia es consciente de ello?

—Depende del cursillo prematrimonial que hiciera. Pero habría que ver cada caso.

—¿Pero se toma el matrimonio por la Iglesia como un acto social?

—Por lo que después se ve cuando pides la nulidad, sí. Lo que se juzga, no es lo que ocurre después. Tienes que estudiar a la persona desde la niñez, pues lo que hay que enjuiciar es si la semilla estaba ya antes del matrimonio. Por ejemplo, las infidelidades, si es una persona que sufre el donjuanismo, un trastorno por el que es incapaz de ser fiel a otra, tienes que analizar su vida antes. Lo que le hace infiel no es que se haya acostado a los dos años con alguien, lo que hace nulo el matrimonio es que esa persona tiene un trastorno de personalidad que, por mucho que quiera estar con una persona, no puede porque necesita otras relaciones.

—¿Y si no la hubo antes, no sería matrimonio nulo?

—Sí. Habría que analizar dónde tiene la causa, si tiene un trastorno de la personalidad que ya estaba latente al contraer el matrimonio.

—Y si una pareja alega que se les ha acabado el amor, ¿eso es motivo de nulidad?

—Depende el motivo por el que se acabe el amor y qué entiendes por amor, porque eso es más bien el amor afectivo. Yo quiero a esta persona igual que puede gustarme este jarrón, pero ya no me gusta. Eso no hace al matrimonio. El matrimonio significa que tú más yo dejamos de ser tú y yo para convertirnos en nosotros, en una sola carne. Ahora, yo que soy padre de cuatro hijos, sé más lo que significa mi unión con mi mujer que cuando fui a contraer matrimonio. Es el don sincero de uno mismo, el matrimonio significa realmente regalarte a otra persona.

—¿Ha tenido que decir a algún cliente esto no es un motivo de nulidad?

—Lo que no puedes es mentir, no puedes ser copartícipe de una mentira. Yo entiendo esto como una ciencia del Derecho, donde está por medio un tribunal eclesiástico y la salvación de las almas.

—¿Y qué ocurre en los casos en los que hay hijos?

—El hecho de que haya hijos no afecta, porque lo que se está enjuiciando es el momento de contraer matrimonio y ahí normalmente no hay hijos.

—¿Cuáles serían entonces las causas por las que se puede pedir la nulidad?

—Fundamentalmente están los impedimentos legales como el del vínculo, el de consanguinidad o el de rapto. Los trastornos de la personalidad, que conllevan alguna incapacidad, y el grave defecto de discreción de juicio sobre los fines y propiedades del matrimonio.

—¿Está notando un aumento del número de solicitudes de nulidades?

—Sí. Hay una nueva pastoral del divorcio del Papa Francisco para establecer el procedimiento abreviado. Estamos hartos de escuchar que el divorciado no puede ser un cristiano de segunda clase, pero a mi me dijo literalmente el delegado del asuntos jurídicos del arzobispado de Sevilla que una persona que no tuviera la nulidad matrimonial canónica y tuviera un noviazgo, aunque no exista convivencia, supone una situación de preadulterio y, por lo tanto, no puede pertenecer a una junta de gobierno de una cofradía porque no es un ejemplo para la comunidad cristiana. En este caso concreto, era un señor que se había divorciado hace 22 años y tiene 65 años. Eso es muy fuerte porque eso se aleja del Papa, una barbaridad. Esto tiene que ser un camino para la felicidad de los cónyuges.

—Y es discriminatorio...

—Por supuesto, lo que el papa Francisco está diciendo es que al divorciado hay que ponerle los medios que estén al alcance de la Iglesia para que no sea un cristiano de segunda clase. Eso no significa que haya que dar la nulidad sí o sí, pues si el matrimonio es válido, lo es, pero a esa persona no se le pueden impedir ciertas cosas. ~