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Nuestro río, nuestra cloaca

Ecologistas en Acción organiza una limpieza del Guadalquivir con voluntarios y saca 400 kilos de basura: desde el esqueleto de una moto a 200 figuritas de animales e incluso un consolador

30 sep 2017 / 21:33 h - Actualizado: 30 sep 2017 / 21:33 h.
"Río Guadalquivir"
  • Algunos de los voluntarios revisan la sábana con unos 200 animales en miniatura hallada en el río. / Eva Leal (Ecologistas en Acción)
    Algunos de los voluntarios revisan la sábana con unos 200 animales en miniatura hallada en el río. / Eva Leal (Ecologistas en Acción)
  • Dos de las voluntarias se afanan entre la maleza. / Eva Leal (Ecologistas en Acción)
    Dos de las voluntarias se afanan entre la maleza. / Eva Leal (Ecologistas en Acción)
  • En la orilla se instaló un ‘stand’ para informar a los viandantes. / Manuel Gómez
    En la orilla se instaló un ‘stand’ para informar a los viandantes. / Manuel Gómez

Echar la basura debajo de la albombra es una guarrería. ¿Por qué entonces la seguimos echando bajo las aguas del río? ¿No es un contrasentido que el río que más han cantado los poetas, el Guadalquivir, acumule toneladas de desperdicios en sus márgenes?

Ecologistas en Acción llevó a cabo ayer una limpieza simbólica con unos 25 voluntarios. Dio para retirar 400 kilos de basura de unos 150 metros de la orilla izquierda de la dársena del parque de San Jerónimo, en la zona del Huevo de Colón. El Guadalquivir necesita más, pero es lo que dio de sí la voluntad de los sevillanos.

La convocatoria, que terminó en un almuerzo festivo, permitió liberar a voluntarios que se metieron en el agua hasta la cintura en esta orilla fangosa –un tramo poblado de juncos de hasta tres metros de alto y mucho cieno– decenas de botellas de plástico y cristal, latas... y un montón de desperdicios más: el cuadro de una moto de gran cilindrada, una vajilla completa, alfombras enteras de césped artificial de terraza de bar... pero también una sábana atada con un nudo con unas 200 figuritas de animales –en principio, pensaron que eran huesos reales de algún bicho– e incluso un consolador.

Los pescadores, como Antonio Macías, añaden que más al fondo hay hasta coches, arrojados hasta que se puso una valla cuando se inauguró el parque.

La limpieza quiso hacer visible el problema de la basura y los cauces y partió de la sede Ecologistas en Acción, en el Centro de Ecología Social Germinal. «Las aguas de la dársena sustentan un ecosistema singular, se encuentran entre las mejores de Europa y su lámina de agua en la mejor opción para el piragüismo o la pesca deportiva. Sin embargo, el estado de las márgenes viene siendo una constante en las denuncias de diferentes clubes y asociaciones vecinales», recordó Ecologistas en Acción con un comunicado.

La responsalbe en Sevilla de la campaña Clean up the sea, Sara Acuña, explicó que estas orillas hay que limpiarlas de forma manual –cualquier medio mecánico arrasaría ese ecosistema– y Lipasam les prestó ayer una decena de equipos impermeables y guantes de jardinería. Los grupos de voluntarios se distribuyeron y comenzaron a peinar y a llenar, en pocos minutos, sacos y más sacos de 50 litros de capacidad que también cedió Lipasam.

Bajo un hedor difícilmente soportable los voluntarios Jesús Presa y Arquímedes Escrig retiran basura. Arquímedes descubre que los guantes no son impermeables. «El agua está fresquita», expresa. Van colocando en la bolsa botellas de plástico, platos de barro, bolsas, un trozo de madera... «Pero lo que más repelús me ha dado ha sido el consolador», expresa uno de ellos.

José Ignacio Acuña, otro de los voluntarios, explica que en este punto, el final de la dársena, las cloacas de la ciudad se alivian en época de crecida. «Por eso se sacan tantos bastoncillos de cera».

La responsable de la campaña Clean up the sea insiste: «Tenemos la mala costumbre de echar las basuras y pensar que el agua las elimina. No. Sólo las cambia de lugar. El 80% de la basura del mar tiene la tierra firme como origen y los ríos son una de las vías para que acabe todo allí». Un cálculo de los conservacionistas calcula que en el mar el 15% de la basura termina en las orillas, lo que es extrapolable al río. El 70% se hunde y otro 15% flota a la deriva.

Entre los residuos más peligrosos destaca el plástico, destaca la responsable de la limpieza. «Tiene muchos productos químicos que se descomponen en el agua, de ahí que todo el mundo haya escuchado cosas acerca de que son perjudiciales las botellas de agua de plástico».

Entretanto, los voluntarios del grupo de Víctor Pérez e Iván Cuadrado sacan en menos de 20 minutos tres sacos llenos de basura. Víctor, enfundado en un mono y con el agua hasta las rodillas, va sacando tapones de plástico.

«Me siento frustrado», exclama mientras se moja. «El río es de todos los sevillanos. De los pescadores, de los vecinos... y aquí sólo veo a los ecologistas. He venido a hacer algo por el medio ambiente y aquí estoy enfangado».