Ovnis en Andalucía

Allá donde el sevillano va de descanso estival; hasta en los lugares más insospechados puede darse el encuentro con lo desconocido

20 may 2017 / 22:53 h - Actualizado: 20 may 2017 / 22:53 h.
"La aventura del misterio"
  • Ovnis en Andalucía

Es llamado, por méritos propios, el enigma del siglo XX, y yo me atrevería a decir que hasta del siglo XXI. En mi libro OVNIs en Andalucía he querido recabar un buen número de casos OVNI allá donde el sevillano va de descanso estival y donde ha tenido más de un inesperado encuentro con los No Identificados.

El OVNI de la playa de Regla

Sucedió un 13 de julio de 1979, el diario ABC publica una noticia firmada por Antonio Jiménez Gómez en cuyo titular se puede leer: «Pequeño maremoto en Chipiona con inexplicables vientos». La noticia sigue: «Sin alguna duda un extraño fenómeno se produjo el miércoles 11 de julio [de 1979] en Chipiona, pues las aguas del mar inundaron las playas como en una creciente marea viva. Los aficionados a la pesca y los que se encontraban marisqueando manifiestan que dicho fenómeno no lo habían conocido nunca... José Lastro y Francisco Lozano, aficionados a la mar, estaban en la orilla de Montijo, lugar donde existen buenos cangrejos; eran las diez de la mañana y la bajamar se producía a las diez y media. Faenaban con los corrales completamente en seco y vieron cómo, de repente, las aguas en forma de corriente les llegaba al cielo, por lo que salieron inmediatamente, las aguas tornaron a su nivel y, por varias veces consecutivas, se repitió el fenómeno. Los comentarios que han circulado por Chipiona son diversos. Unos marineros piensan que el fenómeno ha sido debido a los vientos, pues a la hora de producirse la creciente pleamar reinaba viento del Norte y en décimas de segundo pasó a levante sur y quedó en poniente o noroeste, haciendo un giro de 270 grados. Otros no se explican los hechos y no se descarta la posibilidad que se trate de un pequeño maremoto».

El mismo día Enrique Espino, un joven de trece años, estaba en las cercanías de la playa de Regla cuando vio a un kilómetro de distancia (aproximadamente) una extraña forma luminosa ovalada con bordes definidos. Emitía una luz pulsante amarilla y naranja y de sus extremos salían dos haces de luz troncónicas de color blanca, según explicó el testigo al ufólogo José Miguel Alcíbar de la Red Nacional de Corresponsales y de la Coordinadora de Estudios sobre el Fenómeno OVNI. Enrique Espino le dijo: «era como si el agua que estaba debajo de la luz se moviera y parecía que estaba hirviendo».

Según un cálculo improvisado el objeto tendría unos diez metros de largo por dos metros de alto según la observación del testigo que duró unos diez minutos. La distancia que le separaba del agua no superaba los quince metros.

El joven fue a avisar a sus amigos pero cuando estos hubieron llegado ya no había nada en la posición donde Enrique divisó el OVNI.

Por las mismas fechas del avistamiento se habían realizado en Cádiz prospecciones de hidrocarburos, trabajos que realizó la plataforma semisumergible Bideford Dolphin descubriendo gas metano en el sondeo del Golfo de Cádiz B–2 y en ello. O relacionado con ello, se quiso ver una explicación a lo visto por Enrique Espino.

Humanoides en Algeciras

Sucedió el 12 de febrero de 1980 cuando Rafael Tobajas y su esposa fueron a visitar a una amiga enferma con gripe. Una vez en el domicilio y desde la terraza del mismo Rafael Tobajas ve unas extrañas y misteriosas esferas que tienen rumbo, o dirección, a Los Adalides en Algeciras. La observación sorprende a todos pero no era algo nuevo en tierras gaditanas, una zona de una gran actividad ufológica.

Sobre las nueve de la noche, en la carretera local denominada Botafuego y Llano de la Vega, Garganta del Capitán y Sierra de Ojén había un fenómeno que se repetía: unas luces esféricas de color blanco con destellos violetas cruzaban su horizonte de forma muda e inquietante. Es visto por numerosos testigos que afirman que es un objeto sólido que al bajar deja al descubierto su forma de «taza invertida» con luces de colores que van desde el rojo al verde, que se desplazan a gran velocidad y que desde unas especies de antenas emiten unas ráfagas de luz... Se mueven siempre en dirección Norte–Sur para bajar en la vertical de la Sierra de Ojén hasta la barriada de Los Adalides, La Granja, Camino Viejo de Los Barrios. Sus medidas aproximadas lo situaban entre los cinco y los doce metros y sus evoluciones son dispares ya que unos días puede ser muy lentas y otras moverse con suma rapidez.

El testigo, Rafael Tobajas, ya había sido participe de este tipo de incidentes al escuchar los comentarios de diferentes vecinos pero nunca había podido verlo. Aquella noche, a las 21.30 h. desde casa de su amiga enferma quedaba impresionado por la observación.

Algunos decían que era sólo un resplandor, otros que se trataba de algún bromista, pero ¿todas las noches? Parecía excesivo. Aquella noche Rafael Tobajas observó detenidamente aquel extraño objeto, era luminoso, se balanceaba y Rafael decide ir hacia el lugar donde se encontraba el OVNI. Sus amigos no quieren acompañarlo siendo sólo su esposa coparticipe de su experiencia.

Conduce por la antigua carretera de Los Barrios, pasa por delante del colegio Los Adalides donde ve a un grupo de treinta chicos con linternas y palos, se detiene y pregunta a los chicos si han visto la luz, le responden afirmativamente e indican que aquel grupo de chicos iba a «explorar» e investigar de que se trataba. Sube en su auto a tres de ellos, José A. Sanjuán, José Rodríguez y Diego Gutiérrez quienes indican a Rafael Tobajas el camino.

A la altura del quemadero de basura, a varios kilómetros, observan dos luces muy intensan en la falda de la sierra de Ojén, su automóvil detiene su marcha y con la precisión de unos prismáticos observan las evoluciones de las luces.

Observan con atención aquellas luces durante quince minutos, tras las luces se percibe la silueta de algo mayor... La esposa de Rafael Tobajas agudiza la vista y ve, claramente, la figura de algo, Rafael toma los prismáticos y descubre dos formas humanoides saliendo de aquella luz embutidos en un traje de color verde, muy ajustados y de caminar torpe, se puede distinguir perfectamente sus extremidades, los brazos y las piernas. Distaban ambos humanoides unos 100 metros. La luz se intensifica y la sombra de aquellos dos seres se proyecta sobre el agua de un cercano arroyo. Uno de los humanoides comienza a andar hacia la posición de Rafael Tobajas y sus acompañantes, sienten miedo, retroceden, suben en el automóvil y arrancan... Huyen despavoridos del lugar sabiendo que han sido testigos de algo «imposible».

Al día siguiente Rafael Tobajas vuelve a aquel lugar y comprueba como hay una gran cantidad de huellas. Miembros de la Red Nacional de Corresponsales (grupo de investigación y divulgación ufológica) opinan que las huellas encontradas son similares a las que origina un mortero del 91 en maniobras militares, las mismas que realiza el destacamento de Botafuegos. Sin embargo aquel día no hubo maniobras...

Pero el fenómeno no se detiene, al unísono, a varios kilómetros de allí, el guarda nocturno de un cementerio de coches que estaba durmiendo en el interior de uno de los vehículos siente como algo golpea la puerta del coche... Despierta y observa aterrado a un ser con forma femenina, ojos rasgados y piel verdosa llamando al cristal del auto. El guarda, asustado, toma un palo de grandes proporciones como defensa y sale del auto para golpear a aquel ser que se desvanece ante su mirada llenando de terror al testigo. Jamás volvería ese puesto de trabajo.

No es el primer incidente registrado en la zona, en Septiembre de 1959 sobre las 2.30 h. de la madrugada, en la estación de bombeo de aguas de Algeciras, un empleado pudo apreciar la evolución en el cielo de una extraña forma ovoide con una especie de visera a su alrededor de, aproximadamente, seis o siete metros de diámetro. Cuando el objeto tomó tierra de su interior surgieron dos formas de apariencia humana de 180 centímetros de estatura, el incidente dejó sin palabras al sorprendido testigo que jamás olvidaría el incidente.

El OVNI acosador de La Antilla

Sucedió un 11 de agosto de 1980 en el trayecto desde La Antilla (Huelva) a Sevilla. Ese día un médico, José Luis Torrella López, fue perseguido por una misteriosa forma luminosa durante el trayecto, el médico lo manifestaba así al periodista del diario ABC Javier de Pablos:

–Mira, yo salí de La Antilla a las tres menos cuatro de la madrugada del domingo al lunes, igual que hago normalmente todos los fines de semana. Entonces, una vez pasado Niebla, camino de Villarrasa, v una luz muy pequeña, distinta a las estrellas, que se movía zigzagueando, estando a una altura de trescientos metros, no tardando en desaparecer. Pasé La Palma del Condado y, antes de llegar a Manzanilla, de nuevo la volví a ver, mucho más grande, hasta que la perdí de vista.

–¿Qué es lo que pensaste en un principio?

–En los primeros momentos pensé que podía ser una estrella fugaz, pero en seguida deseché la idea, ya que estaba demasiado baja para ser una estrella y, además, éstas no pueden hacer movimientos los movimientos que este objeto realizaba.

–¿Cuándo volvió a surgir?

–A las cuatro y media, cuando me incorporé a la autovía, ya que iba por la carretera vieja; la vi con mucha mayor claridad a la derecha del coche.

–¿Cómo era ese objeto volante no identificado?

–Tenía tres aristas y una luz central que era amarilla intensa, siguiendo a mi lado hasta el cruce de Umbrete. Desde ese momento empecé a ponerme nervioso y lo que hice fue apretar el acelerador y correr a toda velocidad. Cuando llegué al cementerio de Castilleja se trasladó a mayor distancia y hacía movimientos de derecha a izquierda y sobre su propio eje,

–Una vez llegaste a Sevilla, ¿qué sucedió?

–Al entrar en la ciudad, por el camino de Tablada, la perdí de vista, pero cuando llegué a la calle Genaro Parladé, que es donde vivo, se me apareció frente por frente. Aparqué el coche en el portal y el OVNI estaba prácticamente encima del automóvil, con una luz tenue, cerca de un descampado, antiguo almacén de maderas.

–¿Subiste a tu casa?

–Subí las escaleras corriendo, muerto de miedo y con la cara pálida, según me dijo mi padre, que se asustó al verme, creyendo que me había pasado algo. Se lo expliqué y salió conmigo a la calle en paños menores, al igual que un vecino, que también bajó con nosotros.

–¿Seguía el OVNI allí o había desaparecido?

–Estaba allí, pero mucho más alto que cuando yo lo dejé. Dio la casualidad que pasó un avión comercial, calculando, por la altura que normalmente suelen llevar éstos, que el objeto estaría a unos cuatro mil metros. Me había bajado la máquina de foto y saqué unas cuantas fotografías, que no sé si saldrán. Desde las cinco hasta las seis se quedó fijo y, a medida que fue amaneciendo, se fue elevando, siendo ya muy difícil de identificar. A la noche siguiente estuve estudiando gran parte de la madrugada y me asomaba de vez en cuando, pero no había nada.

–¿Esa luz amarilla intensa que el objeto emitía, deslumbraba al mirarla?

–Producía cierta hipnosis cuando te quedabas mirando fijamente. Verla daba una sensación placentera.

–¿No llamaste a la Policía?

–No lo pensé. Hay tantas personas, según oyes en los programas de radio y ves en televisión que ven estos objetos que creí que nos les interesaría.

–¿Creías en la existencia de los OVNIs?

–Racionalmente sabía que era factible que los hubiera, pero siempre lo veía como experiencia de otras personas.

–¿Y ahora?

–Ya veo que existen estas cosas, qué están ahí y que habrá que estudiar y analizar. Me parece absurdo que los Gobiernos lo sigan ocultando.

El OVNI que investigó J.J.Benítez

El popular investigador y periodista J.J. Benítez ha realizado miles de kilómetros tras los OVNIs, ha buscado por todo el mundo sus huellas, ha realizado miles de entrevistas y sin dudas es una de las voces más autorizadas para hablar sobre este enigmático fenómeno. Una de aquellas investigaciones lo llevó en Diciembre de 1980 a Andalucía y sobre ella el diario La Región publicaba en testimonio del investigador navarro: «En mi rastreo por las sierras de Huelva, por el Aljarafe sevillano y por las costas y montañas de Cádiz, así como en Extremadura, los casos que he podido reunir, y que me merecen un mínimo de confianza suman más de doscientos. Demasiados casos, en fin, para pensar en alucinaciones. En uno de estos pueblos, próximos a la serranía gaditana, pude comprobar con asombro con considerable cerco de tierra y maleza calcinada –formando un perfecto círculo– y que había sido provocado, según manifestaciones del propietario de la finca donde había tenido lugar el acontecimiento, por una extraña nave de forma circular y con impresionante luminosidad verdosa. El hecho, según parece, tuvo lugar a plena luz del día. Del objeto habían descendido tres seres de aspecto absolutamente humano, que vestían una especie de uniforme o mono de color blanco muy brillante. Eran de considerable altura».

Según el investigador navarro J.J. Benítez, en la localidad gaditana de Jimena de la Frontera, un testigo dijo que «aquellos seres tenían alrededor de dos metros de altura».

Igualmente se observaron misteriosas luces y «naves» en forma «cigarro puro» de la que surgían o introducían otras más pequeñas... Todo ello a escasos doscientos metros del suelo.

Historias oficialmente imposibles que tienen como escenario especial los cielos andaluces y muchos de los lugares donde habitualmente el sevillano elige para descansar, al fin y al cabo es lo incomprensible del fenómeno OVNI, del enigma del siglo XX. ~