Padrinos de la solidaridad

El apadrinamiento colectivo ayuda a las familias que quieren acoger por primera vez a niños saharauis y no pueden afrontar el gasto del billete. El pasado año se financiaron hasta 33 pasajes

10 mar 2017 / 08:12 h - Actualizado: 10 mar 2017 / 08:19 h.
"Solidaridad"
  • Con el apadrinamiento colectivo se financian los billetes de familias que acogen por primera vez y no pueden afrontar el gasto. / José Luis Montero
    Con el apadrinamiento colectivo se financian los billetes de familias que acogen por primera vez y no pueden afrontar el gasto. / José Luis Montero

De pequeña centella grande hoguera. Esto es poco más o menos lo que se han planteado los miembros de la asociación de amistad con el pueblo saharaui de Sevilla con su proyecto de apadrinamiento colectivo.

La idea es tan sencilla como efectiva. La asociación pone en marcha esta propuesta que lleva a colectivos, empresas, sindicatos, partidos políticos, colegios... Son los propios trabajadores, y no las empresas, quienes con pequeñas aportaciones suman entre todos la cantidad necesaria para abonar el importe del billete de uno de los niños saharauis para que disfruten en Sevilla de los meses de verano en el programa Vacaciones en Paz.

«Financiar el billete de los niños es un freno importante para las familias que se deciden por primera vez a sumarse a la iniciativa», explica Diana Fernández, responsable del programa Vacaciones en Paz en Sevilla. Este es el principal motivo por el que surgió el pasado año esta idea que permitió pagar el viaje a 33 niños.

Fernández asegura que el programa, que lleva en funcionamiento desde 1992, ha sufrido un importante decrecimiento a raíz de la crisis. Las familias han ido reduciéndose por varios motivos. «Algunas, que han participado otros años, ya son mayores y han optado por dejar de acoger, pero sobre todo el tema económico echa a mucha gente para atrás», detalla. «La crisis ha hecho mella en nosotros también. Pues traer a un niño no es que sea especialmente caro, pero cuando no hay ni para lo básico...». Según asegura, el tema económico es el principal escollo que encuentran «en el 90 por ciento de los casos». También influye, apunta, que las familias que se animan por primera vez «comienzan a informarse cuando llega el verano y ya no tienen margen para ahorrar el precio del billete».

En concreto, el pasaje desde Tinduf (Argelia) hasta Sevilla tiene un coste de 650 euros, que incluye el viaje de ida y vuelta de los menores y los monitores, los seguros y los gastos de gestión del programa. La falta de apoyo institucional –en Sevilla capital no existe y hay muy pocos pueblos que aporten subvenciones, explica Fernández– hace que las familias tengan que sufragar el 100 por cien del gasto. De aquí surge la idea del apadrinamiento colectivo. «No se trata de grandes aportaciones ni de pedir el dinero a las empresas. Son las personas las que ayudan a otras para que los niños puedan venir a pasar el verano aquí, lejos de las inclemencias del tórrido calor del desierto y de la escasez alimenticia de los campamentos, recibiendo a la vez asistencia sanitaria adecuada» gracias a un acuerdo con el Servicio Andaluz de Salud.

En la primera experiencia del proyecto algunos trabajadores financiaron el billete de niños que acogían compañeros de la misma empresa «cerrando el círculo». Pero en el caso de que en la entidad en cuestión no haya familias acogedoras, «se destina a apoyar a quienes no disponen de financiación, con prioridad a las de la localidad donde está situada la empresa». «Tenemos familias en lista de espera», dice Fernández que explica que esta ayuda es solo para quienes acogen por primera vez. El objetivo es ir sumando más familias. «Además, el que ya ha tenido a un niño en casa, tiene 10 meses para ahorrar para el billete del año siguiente. Se conciencian y llegan sin problemas. Ellos son los primeros que quieren que los niños vuelvan al verano siguiente».

Hasta el momento, los responsables del programa Vacaciones en Paz están difundiendo esta iniciativa del apadrinamiento. «Seguimos abiertos a todos aquellos que quieran colaborar». Para ello, cuentan con la ayuda de Izquierda Unida tanto a nivel local como andaluz. «Nos han ayudado mucho a dar a conocer el programa y eso es fundamental», apunta.

Toda ayuda es poca a la luz de los datos. En el año 2005 fueron 1.100 niños los que llegaron a Sevilla y su provincia a pasar los meses de julio y agosto. El año pasado, la cifra no alcanzo los 270. «Y porque conseguimos financiar el billete de 33 más gracias al apadrinamiento», apunta Fernández.

La falta de familias hace también que los pequeños que vengan sean de mayor edad. «Antes venían desde los 8 a los 12 años», relata. «Se empieza siempre por los más mayores para que tengan la posibilidad de venir algún verano al menos». Ahora, con el número de acogimientos que hay, «solo llegan a venir los niños de 10 a 12 años. Es una pena porque han pasado de poder disfrutar del verano fuera durante cinco años a hacerlo solo uno o dos».

Y el número de niños es el mismo. O más. Pues Fernández explica que justo en esta franja de edad hay ahora un mayor número de menores. «Hace ocho o diez años, fue su baby boom».

Para sumarse al proyecto no hay más que ponerse en contacto con la asociación en aapss@saharasevilla.org. Ellos se encargan de explicar en qué consiste el apadrinamiento colectivo en las empresas, que los niños visitan durante su estancia veraniega, y los trabajadores se organizan como mejor les convenga para hacer el ingreso –ES26-2100-8688-7302-0001-4475 (La Caixa)–.

Fernández insiste en que el colectivo en cuestión «es lo de menos, lo verdaderamente importante es la solidaridad de la gente porque un granito de arena no es nada, pero juntos forman un desierto». O un billete.