-
La comisión negociadora entre el PSOE y el PP se verá de nuevo mañana. / El Correo
El fondo va sobre ruedas pero las formas siguen sin encajar. Esta es la conclusión de la segunda reunión que han mantenido PSOE y PP en las negociaciones que se están llevando a cabo estos días para llegar a un acuerdo presupuestario.
Los puntos de entendimiento son cada vez más entre el gobierno local y el principal partido de la oposición. Si el primer día acercaron posturas sobre la Gavidia o las cuantías de la deuda o los préstamos municipales, en este segundo encuentro se han puesto sobre la mesa cuestiones tan diversas como un plan de modernización del Ayuntamiento, las ayudas a empresas para la reactivación económica, las mejoras en Parques y Jardines, la necesidad de mejorar la población o el Plan Cero Barreras, para que Sevilla sea una ciudad accesible. Unas propuestas que el gobierno del socialista Juan Espadas ve con buenos ojos y que harían posible un acuerdo que permitiría aprobar las cuentas de gasto municipales para este 2018, pues ambos partidos sumarían ya los concejales necesarios –además de que ya existe un acuerdo previo con Ciudadanos que garantiza los votos positivos de sus tres concejales–. Es más, es tal el buen camino que han tomado estas negociaciones que se ha pospuesto sine die la reunión de la Comisión de Hacienda prevista para hoy para proseguir avanzando en las reuniones, que se están produciendo también con el resto de grupos políticos.
¿Cuál es el problema entonces? Las formas. Es decir, ese presupuesto alternativo, esa enmienda a la totalidad que presentaron los populares y que el secretario y el interventor municipal rechazaron –tanto verbalmente en junta de portavoces como posteriormente en un informe–. El PP insiste en trabajar sobre ese texto no ya en el contenido, que sobre eso es en lo que se está negociando de hecho, sino en la fórmula. Y es que el partido que lidera Beltrán Pérez, condiciona su voto favorable a que el gobierno local elabore un nuevo texto, un nuevo proyecto de presupuestos «en el que queden contempladas tanto la estrategia como la filosofía de su presupuesto alternativo». Y aquí es donde comienzan las diferencias. Primero porque, como señalaron ayer fuentes municipales a este periódico, esta opción supondría un retraso importante en los plazos para que Sevilla cuente con un presupuesto. Y es que elaborar un nuevo borrador implicaría unos dos meses de tramitación pues requiere que los técnicos cuadren números, volver a mandar al Consejo Económico y Social de Sevilla el texto para su valoración, una aprobación inicial en pleno, presentación de enmiendas... Con lo que podría llegarse a junio sin unas cuentas de 2018 aprobadas.
Pero es más, en el planteamiento que hace el PP tampoco se admiten enmiendas ni incorporaciones de otros grupos, «el presupuesto alternativo es un documento único con coherencia y solvencia, que no admite ser desmenuzado en enmiendas parciales que sirvan de mercadeo. Ya dejamos claro que no íbamos a entrar en menudeo que enmiendas a los presupuestos».
¿Cuáles son las opciones entonces? El PP podría, en cualquier caso presentar enmiendas, como hicieron el resto de partidos de la oposición pues, aunque el plazo acabó la pasada semana, los portavoces acordaron admitir enmiendas de los populares si solicitaban un plazo extraordinario pues, cabe recordar que, para incluir en el borrador de presupuestos del gobierno alguna modificación es necesario registrar propuestas que posteriormente se votan en la Comisión de Hacienda de donde sale el documento final que se eleva a pleno.