Semillas viajeras desde La Oliva

Vecinos de Toledo y Guadalajara encuentran en sus campos globos con simientes sevillanas

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
02 ene 2016 / 21:51 h - Actualizado: 03 ene 2016 / 09:57 h.
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  • Los globos con las semillas se soltaron en racimos de siete el pasado 19 de diciembre en La Oliva. / El Correo
    Los globos con las semillas se soltaron en racimos de siete el pasado 19 de diciembre en La Oliva. / El Correo

Iba a echar mano en el tajo, cuando avistó una ristra de globos enganchados en lo alto de un olivo. «Me llamó la atención, pues no es normal. Pero mayor fue mi sorpresa cuando encontré que traía colgada una semilla y una nota explicando cómo plantarla y de dónde procedía», comenta entusiasmado Jesús Rodelgo, un vecino de Villacañas, en la provincia de Toledo, que se ha convertido en uno de los primeros destinatarios del millar de mensajes inflados de solidaridad y ecología que el pasado día 19 de diciembre se soltaron en la barriada de La Oliva dentro del programa #LucesdeBarrio organizado esta Navidad por el Ayuntamiento, con Nomad Garden y Jane’s Walk, para iluminar de forma especial, social y participativa determinados entornos de la periferia.

Jesús guarda con cariño el papel escrito de puño y letra –previsiblemente por un escolar– y que se ha hecho, con viento a favor este-nordeste, casi 400 kilómetros en apenas dos días. Al otro lado del teléfono, este extrabajador de una de las conocidas fábricas de puertas de Villacañas y agricultor ocasional en campos familiares, no duda en dictar el texto con el que se topó aquella mañana antes de empezar con la recolección de la aceituna negra: «Que crezcan muchos árboles en el mundo para que los disfruten nuestros descendientes», decía.

Y es que los mil globos de helio agrupados en un gran Olivo de Navidad fueron lanzados el pasado día 19 a ritmo de la banda sonora de la película Up desde la plaza del Estanco. En racimos de siete subieron a lo más alto llevándose consigo «mensajes de unidad y ecología». «Hubo quien llegó a pedir un trabajo para su padre o quien aprovechó para felicitar por la Navidad», recuerda el presidente de la asociación Familias de La Oliva, José María Algora, quien apunta que en esta iniciativa han participado centenares de vecinos a través de las distintas entidades del barrio, como Amigos de los Jardines de la Oliva, la comunidad de propietarios de Nuestra Señora de la Oliva, la asociación familiar La Oliva, la parroquia del entorno y los centros escolares Manuel Canela y Zurbarán.

Una experiencia que ha despertado en Jesús el interés de hacerse los kilómetros que le separan de sus remitentes para visitar Sevilla y conocer los árboles que crecen en la ciudad: «La semilla que he recibido es una jacarandá. Ya me he informado por internet. La quiero plantar en una maceta y luego, cuando agarre, ponerla ya en la tierra... primero en un terreno que tengo junto a mi casa, pero si sale adelante me gustaría que quedara en una plaza de Villacañas». Algo de lo que, a priori y dada las condiciones meteorológicas que separan ambas latitudes, voces expertas advierten de ciertas dificultades: «De las especies de árboles recogidas en el entorno de La Oliva y enviadas en los globos, hay algunas que de Córdoba para arriba pueden tener problemas a la hora de agarrar bien», reconoce Jacinto Martínez, quien desde la asociación Amigos de los Jardines facilitó el paquete de simientes.

Es, por ello, que otro de los destinatarios de estas semillas viajeras ha pensado en dónde sembrarla. «En una zona de humedales, muy cerca de un arroyo», explica Manuel Palomeda, quien casualmente se topó con la sorpresa cuando subió al campo para visitar a su hermano que, como Jesús, se encontraba recogiendo aceitunas en un campo familiar en Sayatón, en la provincia de Guadalajara. «Mi padre nos enseñó a amar la naturaleza y a plantar olivos. Hay almendros que hemos visto crecer. Esto ha sido un regalo... caído del cielo», confiesa este lugareño de 61 años, que vive en Alcalá de Henares aunque no pierde contacto con sus orígenes y con la naturaleza que legó de su familia. «Como nos gustan las plantas, esta semilla la sembraremos y la cuidaremos entre todos, para que siempre haya un trozo de Sevilla en estas tierras en las que hemos crecido nosotros», se compromete Manuel, quien toma el testigo de los vecinos de La Oliva de seguir conservando las especies botánicas más cercanas.