Solidaridad para que los niños no dejen de sonreír

La Operación Potito recoge en Sevilla más de 150 kilos de alimentos infantiles destinados al colectivo Red Madre

16 dic 2017 / 21:58 h - Actualizado: 16 dic 2017 / 23:06 h.
"Local"
  • Los potitos entregados en esta operación solidaria. / Manuel Gómez
    Los potitos entregados en esta operación solidaria. / Manuel Gómez

«Buenos días, ¿le gustaría colaborar?». La cliente apenas ha entrado en la farmacia de la Encarnación, pero la sonrisa de la voluntaria y la buena causa de fondo son dos argumentos irresistibles. Hablamos de la Operación Potito, una campaña que bajo el lema ¡Por una Navidad feliz para todos los niños de Sevilla! recogió ayer donaciones de alimentos infantiles con el impulso de Salesianos de María Auxiliadora. A la espera de hacer recuento del número de productos recogidos, a juzgar por las imágenes publicadas en redes sociales no cabe duda de que la iniciativa ha sido de nuevo un éxito rotundo. Según la cuenta de twitter de Red Madre Sevilla, destinataria de las donaciones, se hizo acopio de «más de 150 kilos de potitos y muchas cosas más», afirmaron.

«Llevamos cuatro o cinco años colaborando con la Operación Potito junto a otras farmacias de toda la ciudad, de forma completamente altruista», explicaba Francisco, responsable del establecimiento. «A veces cuesta un poco captar a la gente desde fuera, que está en sus compras navideñas y sus cosas, pero al final la solidaridad se impone», agrega el farmacéutico.

«¡Increíble!», expresaba también en redes el joven Ezequiel García en su primera experiencia de la nueva edición de la Operación Potito, mientras que otra voluntaria identificada como Warrior la resumía en «una buena mañana para una buena causa», escribía. «¡Por las sonrisas de los más pequeños!», proclamaba otra sevillana, Cristina Gutiérrez, mientras que Nacho Vilches se mostraba en su cuenta «muy contento por haber podido ayudar a los pequeños que lo necesitan», afirmaba.

«No podemos cambiar el mundo, pero sí darle pequeños toques. ¡Un potito, una sonrisa!», escribía María Gutiérrez. Por su parte, José Javier Puerto, un voluntario asiduo a campañas como la Operación Kilo del Banco de Alimentos, comentaba que «suelo colaborar a nivel logístico, en las naves, y esta vez quise hacerlo a pie de supermercado».

«Es una experiencia muy bonita, hay gente que viene exclusivamente a hacer sus donaciones, sin comprar para ellos. Compruebas que la gente, aun pasándolo mal como lo está pasando, siempre tiene un hueco para darle a los más necesitados», comenta el voluntario.

«Al final la gente se da cuenta de que comprar un kilo de pasta, de arroz o un potito o unos pañales, leche, aceite... De una compra grande, aportar algo para nosotros no es nada y para los más necesitados es mucho. Debería apuntarse mucha más gente a estas iniciativas, porque es bastante gratificante», concluyó.