Tecnología médica nacida en la Universidad de Sevilla

El investigador Manuel Freire, de la Facultad de Física, crea una antena orientable para resonancias magnéticas para pacientes con esguince cervical

18 jun 2017 / 10:35 h - Actualizado: 18 jun 2017 / 10:40 h.
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  • Manuel Freire, en su despacho de la Facultad de Física de la Universidad de Sevilla, junto a la antena orientable para realizar resonancias magnéticas craneales. / El Correo
    Manuel Freire, en su despacho de la Facultad de Física de la Universidad de Sevilla, junto a la antena orientable para realizar resonancias magnéticas craneales. / El Correo
  • Tecnología médica nacida en la Universidad de Sevilla

«Lo que hemos desarrollado es una antena para obtener imágenes del cerebro en un escáner de resonancia magnética», cuenta el investigador Manuel Freire, del Departamento de Electrónica y Electromagnetismo de la Facultad de Física de la Universidad de Sevilla, con una calma impropia de quien ha creado una herramienta médica única en el mundo.

Única porque las antenas de cráneo habituales son estructuras fijas en las que el paciente tiene que meter la cabeza dentro y no moverse. Sin embargo, «este dispositivo tiene la peculiaridad de que está pensado para los pacientes del Hospital de Parapléjicos de Toledo que tienen pérdida de movilidad craneal, y para ellos era preciso disponer de una antena que se pudiera orientar en el espacio para acomodarla al cráneo del paciente». Y esa capacidad de orientación, la posibilidad de colocarla en distintos ángulos, la hace única. No es poca cosa, porque la patología denominada esguince cervical, que tiene su origen en un 98 por ciento de los casos en accidentes de tráfico, afecta en España a más de 25.000 personas cada año.

Con todo, esa característica no es la única que hace especial la antena, que Freire ha desarrollado en colaboración con la empresa Biosensores Inteligentes para la Salud. Sin entrar en grandes tecnicismos, su antena cuenta con 32 canales para imagen por resonancia magnética a tres teslas. Traducción: el hecho de trabajar con una mayor resolución permite mejorar la eficiencia del hospital, porque hace posible acortar el estudio a la mitad respecto a las antenas convencionales –o hacer el doble de estudios en el mismo tiempo–, y el confort del paciente, que podrá salir mucho antes del cilindro en el que se realizan las resonancias y que incomoda a tanta gente.

La antena surge de un proyecto de la Mutua Madrileña, que financia una investigación del hospital toledano. «En ese proyecto se requiere adquirir una antena de cráneo capaz de acomodarse a los pacientes con esa movilidad reducida, y el hospital saca a concurso la compra de este dispositivo», cuenta Freire. Las grandes multinacionales, como Siemens o General Electric, descartan concursos de este tipo por un simple motivo: no son rentables económicamente como para emplear sus recursos en investigación. El caso de Biosensores, relata Freire, es diferente, además de que ya habían colaborado en otras iniciativas. De manera que la empresa contrata a la Universidad y su investigador, que también es docente en los grados de Física y Química, se pone en marcha.

«La antena se desarrolló durante el año pasado y se entregó al hospital en febrero. Se probó con voluntarios y funcionó correctamente. Ahora la tenemos aquí para hacerle algunos ajustes, pero ya es propiedad del hospital de Toledo, que la está usando», cuenta. El presupuesto del concurso: 32.000 euros. Una comparación: una antena craneal de Siemens, también de 32 canales pero sin movilidad, cuesta 80.000. De manera que el que de verdad ha hecho un negocio redondo es el hospital, que ha comprado más barata una herramienta con más prestaciones.

La forma de contarlo puede dar a entender que todo ha sido sencillo. No ha sido así. «El sector médico, en general, es muy conservador. Nosotros hemos tenido la suerte de dar con un radiólogo –José Florensa, jefe del Servicio de Radiodiagnóstico del Hospital de Toledo– que ha confiado en nosotros, pero no es fácil», aclara Freire, y se explica: «No te conocen de nada, y tú les dices: yo soy capaz de hacerte esto. Y piensan: si eso lo hace Siemens, que es una multinacional, ¿me lo vas a hacer tú en un despachito de Sevilla?».

De hecho, en otros casos no ha encontrado esa confianza. Porque Freire desarrolló también una antena «para imagen de órbitas oculares. Hicimos un estudio con un voluntario en el Hospital Virgen Macarena y le detectamos un tumor que no había aparecido en exploraciones anteriores. Hicimos la antena gratuitamente, la tengo ahí guardada. Fue en el 2011», concreta. El Virgen del Rocío lo llamó hace unos meses, pero no se ha concretado nada. «Es triste, hemos tenido que irnos a Castilla-La Mancha», lamenta, y cuenta además que trabaja ahora con un hospital de Leganés en la creación de antenas de piel para detectar melanomas por resonancia magnética, algo que todavía no se hace. «Pero no soy derrotista», advierte, «estoy en Airbus, y lo que se hace en Sevilla no se hace en ningún sitio. En el sector aeronáutico. En el médico, en Andalucía, nada».