Anna Gabriel, de la CUP: «Tocaba proclamar la República catalana»

En su intervención afirmó que «se ha perdido una ocasión» para proclamar el nacimiento de una república catalana que ponía fin al «régimen del 78» en Cataluña

10 oct 2017 / 23:30 h - Actualizado: 10 oct 2017 / 23:32 h.
"El desafío catalán","Referéndum ilegal en Cataluña"
  • La diputada de la CUP, Anna Gabriel tras comparecer hoy en el Parlament después de la intervención del president, Carles Puigdemont. EFE/Alberto Estévez
    La diputada de la CUP, Anna Gabriel tras comparecer hoy en el Parlament después de la intervención del president, Carles Puigdemont. EFE/Alberto Estévez

A la CUP se le aguó la fiesta en el Parlament. La suspensión de la declaración de independencia del presidente Carles Puigdemont no satisfizo a la portavoz de esta formación, Anna Gabriel, que en su intervención afirmó que «se ha perdido una ocasión» para proclamar el nacimiento de una república catalana que ponía fin al «régimen del 78» en Cataluña.

Según indicó, a la CUP le hubiese gustado un referéndum como el de Québec o Escocia «en lugar de tener que hacerlo bajo una ocupación judicial y policial», pero se mostró partidaria de la independencia «para recuperar los derechos y que se deje de asaltar las instituciones democráticas». Así, Gabriel dejó claro que «no se pueden suspender los efectos de nada, y de hecho nos dicen que vamos a una negociación y mediación, pero ¿con quién, con un Estado que sigue amenazando y desplegando fuerzas policiales y militares, que atiza la violencia de la extrema derecha?».

En este sentido, añadió que «ni nosotros ni mucha gente pensamos renunciar, no hay derrota que valga, empezamos una etapa de lucha, no podemos suspender lo que han expresado más de dos millones de personas».

Por su parte, la portavoz de Cs, Inés Arrimadas, advirtió que la independencia «a plazos» o «en diferido» como la que, dijo, proclamó Puigdemont, sigue siendo una «declaración de independencia» y un «golpe a la democracia». Tras escuchar al presidente, la política catalana afirmó que «no va a permitir» que pidan a su familia, que vive en Andalucía, el pasaporte cuando vayan a verla, mientras ella mostraba el suyo en la tribuna.

La jefa de la oposición ha cargado contra Puigdemont por representar «el peor nacionalismo» que ha existido en Europa y por eso –dijo– «no le apoya nadie» en la Unión Europea. «Esto no iba de urnas, sino de fronteras», señaló Arrimadas, acusando a Puigdemont de que el único objetivo que ha buscado siempre no era un referéndum sino declarar la independencia «a toda costa».

Por otro lado, el líder del PSC, Miquel Iceta, consideró que Puigdemont «no puede suspender una declaración (de independencia) que no ha hecho» y le pidió que convocara elecciones para que los catalanes voten «con garantías», porque «no queremos volver atrás 300 años ni cuarenta». Después de las palabras del presidente, Iceta le reprochó que «asuma un mandato discutible y proponga suspender una declaración no hecha. No se puede suspender una declaración que no se ha tomado».

Tras repetir en catalán, castellano, francés e inglés la frase «una minoría no se puede imponer a una mayoría», al considerar que los resultados del referéndum del 1-O solo representan a un 38 por ciento de la población catalana, el socialista pidió a Puigdemont: «No queremos volver atrás 300 años, ni tampoco cuarenta».

Mucho más duro fue el portavoz del PP, Xavier García Albiol, que exigió a Puigdemont una propuesta de diálogo «asumible» y dentro del marco legal, advirtiéndole de que no habrá ninguna negociación para pactar la independencia de Cataluña. Tras escuchar al presidente, el líder de los populares señaló que están abiertos a dialogar, pero le pidió que concrete en qué términos quiere hablar. «¿De qué quieren hablar, de cómo volamos la soberanía nacional, de si lo hacemos en dos, cuatro u ocho meses?», preguntó.

Albiol pidió «seriedad» a Puigdemont en sus proposiciones y le avisó de que «ya no valen ni medias palabras ni piruetas semánticas». En este sentido, insistió en que el Estado de derecho y la democracia «no van a permitir ningún Estado independiente en forma de república».

Finalmente, el presidente de Catalunya Sí Que Es Pot, Lluís Rabell, consideró que el momento actual requiere «valentía y coraje» para acometer un diálogo que permita la celebración de un referéndum acordado, con reconocimiento y con garantías, a diferencia del 1-O, que no ha dado este mandato. Así, consideró que la suspensión de la declaración de independencia es una «oportunidad» para el diálogo.

Rabell admitió que el 1-O supuso una «gran movilización» y una «demostración de fuerza del soberanismo», pero advirtió a Puigdemont de que su resultado no avala una declaración unilateral de independencia por la falta de garantías. Pero también avisó al PP de que ante cualquier tentativa de aplicar el artículo 155 o, «invocando lo que se invoque», «nos tendrá siempre enfrente».