«Aunque aún no hay cura, se puede dar un mensaje de optimismo a las familias»

David Saldaña, profesor de Psicología Evolutiva de la Universidad de Sevilla, trata de explicar las causas y terapias de los Trastornos del Espectro Autista.

18 sep 2017 / 20:32 h - Actualizado: 18 sep 2017 / 20:32 h.
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  • Aunque incurable, los avances han hecho del autismo algo más llevadero. / Manuel Gómez
    Aunque incurable, los avances han hecho del autismo algo más llevadero. / Manuel Gómez

El autismo sigue siendo hoy, pese a los avances, un gran enigma de difícil comprensión y solución, incluso para los expertos. David Saldaña, profesor del departamento de Psicología Evolutiva de la Universidad de Sevilla, explica que «es un trastorno cuyos primeros casos se describen hacia 1943, tampoco es tan antiguo. Durante mucho tiempo se ha estudiado poco porque se pensaba que era un trastorno raro, los estudios más rigurosos no llegan hasta los años 60 y 70. Hoy día las tasas de prevalencia, en torno al uno por ciento de la población, lo convierten en algo que se toma ya más en serio».

Su complejidad parte de que, a día de hoy, no están claras ni las causas que lo provocan: «Que hay un componente genético parece bastante indudable. Por ejemplo, se han hecho estudios que demuestran que en el caso de gemelos las probabilidades son mucho más altas que en mellizos. Pero, a diferencia del síndrome de Down que tiene un cromosoma identificado, en este caso es más difícil encontrar el sustrato genético», argumenta Saldaña antes de agregar: «Parece que hay una multiplicidad de factores, pero todos los que se han ido estudiando se han descartado, como por ejemplo las vacunas o la exposición a metales pesados».

Los TEA se detectan en cuatro hombres por cada mujer, lo que se puede deber a que «quizás se ha infradetectado a niñas con autismo debido a que el perfil de cómo los problemas del autismo se manifiestan sean diferentes y estén pasando desapercibidos. Se trataría de rasgos o características distintas, por su desarrollo, por su relación con el entorno... ese es un campo de investigación ahora mismo», cuenta este experto en la materia.

Hoy día se trabaja en una doble vertiente: «A raíz de un encuentro de la Asociación Americana de Psiquiatría en 2013 se habla más bien de dos: los trastornos sociales y de la comunicación y las dificultades en cuanto a persistencia y rigidez comportamental».

En consecuencia, tampoco existe un tratamiento único: «Las intervenciones que se recomiendan hoy son del ámbito psicológico y educativo, hay que tener en cuenta que estas personas tienen una exigencia de orden bastante mayor, lo que les genera cierto nivel de ansiedad y no saber ubicarse en el mundo». Además, se emplea «logopedia, terapia ocupacional...», pero en principio no hay una terapia farmacológica, que sólo se utiliza «cuando el autismo viene acompañado de otros problemas mórbidos como la hiperactividad o la epilepsia, en cuyos casos se recomienda medicación pero no para el autismo sino para estos problemas asociados».

ENSAYOS EN MARCHA

Quizás la haya en el futuro próximo: «Se está experimentando, hay ensayos en marcha pero de momento nada en el mercado ni en fases avanzadas. Eso sí, creo que en los próximos años aparecerán fármacos gracias a que sabemos mucho más sobre el funcionamiento neurológico», prevé Saldaña, que quiere lanzar esperanza: «Aunque no hay cura, sí se puede dar un mensaje de optimismo a las familias. Hemos aprendido mucho. La edad media de detección ha bajado 2-3 años y hay niños que se detectan con un año o 18 meses y enseguida entran en atención temprana. Sabemos utilizar procedimientos que les ayudan a comprender el entorno o a que se inserten laboralmente. Profesionales que llevan muchos años trabajando en esto te cuentan que hay mucha diferencia entre un adulto de los de antes, con el que apenas se había trabajado 5-6 años, y uno actual con el que se trabaja desde la escuela», concluye.