El aeroclub de Sevilla agasaja a Juan José Padilla

La tertulia taurina del Real Club de Andalucía –el Aero- ha entregado al diestro jerezano el XIII trofeo ‘Memorial Manolo Vázquez’

10 abr 2019 / 10:47 h - Actualizado: 10 abr 2019 / 10:50 h.
"Toros"
  • El aeroclub de Sevilla agasaja a Juan José Padilla

Juan José Padilla sigue sumando reconocimientos en su primer año como torero retirado. El último de ellos lo recibió este mismo martes en el ‘Aero’ de Sevilla –el Real Club Andalucía- que le entregó su ya clásico trofeo ‘Memorial Manolo Vázquez’. La glosa del torero premiado la hizo Manuel Vázquez Gago, hijo del recordado maestro que da nombre al preciado galardón que fue creado para premiar el suceso más destacado de la temporada anterior en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla y ya alcanza su decimotercera edición.

El jurado, que preside el propio Manuel Vázquez Gago, ensalzó en su momento “su trayectoria en Sevilla y sus valores personales y humanos que ha demostrado durante toda su carrera como torero y sobre todo en su última etapa”. Así rezaba el acta oficial en la que también se destacaba que se trata de “la figura de un torero que lo ha dado todo por su profesión y que se despidió de la afición de Sevilla el pasado 29 de septiembre cortando una oreja”.

El trofeo que recibió el diestro jerezano es una estatuilla del prestigioso escultor e imaginero Luis Álvarez Duarte que reproduce un conocido busto que conserva la familia de Manolo Vázquez. En sus doce ediciones anteriores resultaron distinguidos los matadores de toros Enrique Ponce, César Rincón, José María Manzanares, Julián López ‘El Juli’ -dos veces consecutivas-, el toro ‘Arrojado’ de Núñez del Cuvillo, el novillero Francisco Lama de Góngora, los ganaderos Antonio y Eduardo Miura además de los diestros Pepe Moral, Eduardo Dávila Miura, Morante de la Puebla y Antonio Ferrera.

Juan José Padilla se había despedido de la afición sevillana en la pasada Feria de San Miguel antes de cumplir su último compromiso en un ruedo español en la plaza de Zaragoza. Fue en Zaragoza, precisamente, donde estuvo a punto de perder la vida hace seis años. Aquel tremendo percance le desfiguró el rostro y le hizo perder un ojo para, paradójicamente, alumbrar una nueva etapa en los ruedos que estuvo precedida de un impresionante proceso de recuperación física y anímica para reaparecer en poco más de cinco meses.