Toros

Juan Ortega: De vuelta al foro

El emergente diestro sevillano vuelve a la plaza de Las Ventas de Madrid el Domingo de Resurrección después de su reveladora actuación del día de la Paloma

17 abr 2019 / 09:13 h - Actualizado: 17 abr 2019 / 09:38 h.
"Toros"
  • Juan Ortega. / El Correo
    Juan Ortega. / El Correo

El 15 de agosto de 2018 marcó un antes y un después en la incipiente carrera de Juan Ortega, ese prometedor torero sevillano formado en tierras cordobesas a la vezque culminaba sus estudios de ingeniería. Aquel día se marcaron algunas diferencias pero más allá de la oreja cortada se reivindicó el concepto más clásico del toreo.

Una sola tarde puede cambiar toda una vida....

Cambia la película, sí, acostumbrado a afrontar los inviernos vacíos sin nada por delante, esto es un sueño. Normalmente yo empezaba temporada en agosto y de golpe y porrazo me veo en el mes de marzo con dos tardes firmadas para Madrid y una de ellas el Domingo de Resurrección. Me siento feliz. Es cierto eso de que cuando un torero da la cara en Madrid, Las Ventas recompensa y se acuerda.

Una vuelta a Madrid, además, en la yema de un cartel que ha caído de pie entre el aficionado.

Me ha sorprendido a mí también. Cuando me dijeron el cartel pensé... Que cartel más bonito. Intuía que podía caer bien al aficionado. Somos tres toreros que han tenido buen paso por Madrid, con una ganadería que triunfó el año pasado pero no pensaba que iba a tener la repercusión que está teniendo. Hay muchos aficionados que se van a desplazar de Sevilla teniendo su abono de la Maestranza y eso me ha llamado la atención, es muy bonito que la gente se ilusione con tres toreros nuevos.

¿Pensó que tendría esta repercusión cuando se quitó la ropa de torear aquel 15 de agosto?

Hombre, yo era consciente de lo que había hecho, había cortado una oreja y eso siempre vale pero es verdad que hay orejas y orejas. Empecé a darme cuenta de las cosas a la mañana siguiente cuando me levanté, empecé a leer algunas crónicas y comenzó a sonar el teléfono. Entonces me di cuenta del calado que había tenido la faena. En ese momento estaba disgustado porque al segundo toro no le había podido hacer las cosas y cuando llegué al hotel estaba más cabreado que contento.

Está puesto en Madrid pero aún toca romper el cerco de las ferias.

Es verdad que mi nombre apunta y ahora toca disparar. La que te termina de pegar el empujón es Madrid, todo depende de esas dos tardes en Las Ventas. Ya el hecho de tener esas dos corridas, con dos ganaderías buenas, deja todo encarrilado.

El domingo aún cuenta con el factor sorpresa. Será novedad para muchos aficionados.

Lo primero intentar llegar lo mejor posible; me refiero a tener la cabeza ordenada. Es obligación del torero llegar con todo. Madrid es Madrid y hay mayor presión, por el pedazo de toro que sale y por muchas cosas que te condicionan. Yo lo que me tengo que preocupar es de llegar los más afinado posible a ese día y a partir de ahí, que ayuden los animales y que salgan las cosas bien. Yo demostraré lo que yo siento y lo que hice el 15 de agosto, de ahí para arriba.

El referente de esa faena, la del 15 de agosto, será obligado...

Eso lleva dos lecturas. Gran parte del calado que tuvo la faena del 15 de agosto fue también el factor sorpresa porque no me conocía absolutamente nadie. Me habían visto torear cuatro gatos y esa sorpresa ayuda mucho y con eso ya no cuento. Ahora cuento con que la gente espera algo de mí y cuando yo como aficionado voy a la plaza y espero algo de un torero, le estoy exigiendo pero le estoy consintiendo porque le espero. Tiene su parte negativa y su parte positiva, el hecho es saberlo aprovechar.

El año pasado hizo un ejercicio de autocrítica confesando que si no había toreado más era por su culpa. Ahora que salen las cosas también será por su culpa...

(Risas). Al final el toreo depende de la condición del toro pero sobre todo del estado de ánimo de uno mismo. Para sentirse bien con uno mismo depende de muchos factores anímicos, físicos... que la vida te vaya bien. En aquel momento quizás no supe estar a la altura de lo que la situación me requería y cuando las cosas salen bien es porque el trabajo previo va por buen camino, luego sale el toro pero creo que esa parte previa es clave. Decía el maestro Emilio Muñoz: “un torero dispuesto siempre está bien”. Eso resume mucho, puedes ser mejor o peor torero, tener un concepto u otro, pero la disposición depende de cada uno y luego ya vienen los demás factores pero primero tiene que estar bien uno consigo mismo.