Morante ya acaricia su retorno a los ruedos de la mano de Manolo Lozano

El diestro de La Puebla, que anunció su retirada el pasado 13 de agosto, dejaría atrás al grupo azteca que había gestionado su carrera desde el otoño de 2012

20 oct 2017 / 08:30 h - Actualizado: 20 oct 2017 / 08:31 h.
"Morante de la Puebla"
  • Arrebatado natural de Morante el pasado Domingo de Resurrección. ¿Volverá a estar en la puerta de cuadrillas de la Maestranza el próximo 1 de abril? / Foto: Arjona-Toromedia
    Arrebatado natural de Morante el pasado Domingo de Resurrección. ¿Volverá a estar en la puerta de cuadrillas de la Maestranza el próximo 1 de abril? / Foto: Arjona-Toromedia

El rumor había corrido en los últimos días, espoleado por la indiscreción de las redes sociales. Morante ya había sido visto y fotografiado –debajo de su indomable melena y luciendo barba decimonónica– en compañía de Manolo Lozano. En los interiores del mundillo se empezaba a dar por hecho que el veterano taurino toledano estaba destinado a poner en marcha una carrera que sólo había quedado al ralentí. La edición digital de ABC confirmaba la noticia en la tarde de ayer sin poner fecha ni plaza. «Hay que esperar», precisaba el diestro de La Puebla en esa información firmada por Rosario Pérez que terminaba de encajar el resto de las piezas.

Pero... ¿Quién es Manolo Lozano? El viejo taurino de La Sagra pertenece a la poderosa familia empresarial y ganadera del mismo apellido. Es hermano de Pablo, Eduardo y José Luis Lozano; tío de Fernando y Luis Manuel... pero siempre ha caminado por libre y con cierto aire bohemio. Manolo Lozano, que ya tiene 87 años, fue el responsable de la resurrección taurina de Roberto Domínguez a mediados de los ochenta además del mentor de los primeros años de matador de El Juli. Una cosa nos lleva a la otra: la decisión de Morante, que aún se encuentra en plena maduración, llevaría aparejada la ruptura con su actual mentor, el multimillonario mexicano Alberto Bailleres, cabeza visible del grupo de empresas Fusión Internacional por la Tauromaquia (FIT), que ha gestionado sus asuntos profesionales desde el otoño de 2012.

Hay que poner en marcha la moviola: Morante había decidido retirarse del toreo después de torear en El Puerto. El matador cigarrero compartía cartel con El Juli y no tuvo su mejor tarde. De hecho fue abroncado por el público que había acudido a la Plaza Real al reclamo de un cartel que había despertado una gran expecación. Pero la decisión estaba tomada. Así lo aseguró el propio matador en las últimas horas de esa misma jornada encendiendo todas las alarmas del toreo. «Lo venía pensando desde hace tiempo», precisó Morante descartando que se tratara de una decisión precipitada o improvisada.

Morante declaró sentirse «cansado de la forma de proceder de presidentes y veterinarios en muchas plazas a la hora de los reconocimientos, porque van en contra del toreo de arte», e indicó que a veces es necesario «parar» para «dar un toque de atención y retomar el camino con ilusiones renovadas». Esas excusas no impidieron que arreciaran los rumores que apuntaban que el torero no estaba satisfecho con algunas de las decisiones y condicionantes de su entorno profesional, por lo que ya se aventuraba un drástico golpe de timón de cara a una hipotética reaparición que podría estar muy cerca.