Un estudio científico demuestra que el toro de lidia es una especie única

La investigadora Rocío Pelayo ha encabezado esta investigación que ha desentrañado la rica diversidad genética de los distintos encastes

07 ago 2015 / 20:34 h - Actualizado: 08 ago 2015 / 17:04 h.
"Toros"
  • El toro de lidia y la dehesa son las piezas clave de un ecosistema único que permite la pervivencia de otras especies y asegura el equilibrio natural. / Manuel Gómez
    El toro de lidia y la dehesa son las piezas clave de un ecosistema único que permite la pervivencia de otras especies y asegura el equilibrio natural. / Manuel Gómez

Un estudio de la Universidad de Sevilla, junto con el Departamento de Genética de la Universidad de Córdoba y el Departamento de Investigación del Serida (Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario) de Asturias, ha puesto de manifiesto que la información genética que aporta el toro de lidia a través del cromosoma Y hace única a esta raza en el mundo. El estudio, dirigido por la investigadora Rocío Pelayo, ha comparado 1.3oo reses de 47 razas bovinas europeas, africanas y españolas.

Este trabajo ha permitido trazar «la contribución genética de la raza de lidia al patrimonio genético del bovino, así como establecer medidas para su conservación y mejora genética», tal y como explica Pelayo que, con los resultados en la mano, puede ir más allá. La sorpresa llega al encontrar grandes diferencias entre los distintos encastes que conforman la cabaña brava, «incluso a veces más que las existentes entre distintas razas bovinas, por lo que la población de lidia debería ser considerada como una agrupación racial, más que como una única raza», afirma Pelayo, que es miembro del Grupo de Investigación en Nuevas Tecnologías de Mejora Animal y de sus Sistemas Productivos de la Universidad de Sevilla (Grupo Meragem). Pelayo da un paso más y concreta que las distintas castas primigenias del toro de lidia –Navarra, Vázquez, Gallardo, Cabrera o Albaserrada– «no se asemejan a ninguna raza estudiada hasta el momento, por presentar haplotipos únicos en el mundo».

La investigadora da un paso más y rompe una lanza por la preservación de este rico patrimonio genético que debe su conservación a su lidia en las plazas y festejos populares. «Hay que hacer grandes esfuerzos para que se conserve este patrimonio único que se encuentra en peligro de extinción y del que ya se han perdido algunas castas en España», explica Pelayo, que recuerda que a las cinco castas consideradas como fundacionales –su génesis hay que buscarla en pleno siglo XVIII– hay que añadir veinte subpoblaciones o encastes dentro de estas. El mismo estudio ha permitido concretar que las reses procedentes de las castas fundacionales y sus encastes derivados poseen «además de un constitución genética única, un patrón morfológico y temperamental propio, que hace inconfundibles a los toros de cada una de estas subpoblaciones».

Esta aportación científica concluye que «el toro de lidia ocupa un lugar destacado en el ecosistema de la dehesa, contribuyendo junto con el cerdo ibérico y otras razas autóctonas decididamente a su mantenimiento». De la misma forma, añade, «esta raza conserva en gran medida el sistema productivo tradicional que tenía en los últimos siglos». ~