Análisis

Financiación autonómica: estas son las diez mentiras que más veces vas a oír

Guía para no perderse en un debate lleno de medias verdades donde los números se retuercen para reforzar los argumentos políticos

La ministra de Hacienda María Jesús Montero y el presidente Juanma Moreno.Moreno

La ministra de Hacienda María Jesús Montero y el presidente Juanma Moreno.Moreno / Efe

Isabel Morillo

Isabel Morillo

La negociación del Gobierno de Pedro Sánchez con ERC de una financiación “singular” para Cataluña ha abierto un batalla que toca de lleno al resto de comunidades españolas. Viene un debate duro, árido pero importante donde las mentiras, o las medias verdades, campan a sus anchas. Hay mucho interés además por agitar agravios y comparaciones entre territorios y un componente emocional, con un debate que toca directamente al bolsillo de los ciudadanos.

Estas son algunas de las afirmaciones que se oirán con más frecuencia cuando se aborde el modelo de financiación autonómica, que fija las reglas del juego para el reparto del dinero del Estado hacia las autonomías. Ese dinero sufraga servicios básicos del Estado del Bienestar como la sanidad, la educación o los servicios sociales, incluida la dependencia. Las comunidades defienden sus intereses según sus necesidades y las características de su población y por encima de siglas políticas. Barones del PP y PSOE pueden compartir intereses comunes y hacer piña.

Andalucía es una región subsidiada que vive de las 'paguitas'

Es muy común al abordar el debate de la financiación que se distinga entre comunidades ricas y pobres y se caiga en los tópicos y los retratos injustos hacia las comunidades que se sitúan como receptoras netas del sistema. La Andalucía “subsidiada” o de “las paguitas” volverá a la palestra. Hay que tener en cuenta que los impuestos no los pagan los territorios sino las personas.

El actual modelo funciona con una caja común a la que el Estado inyecta 10.600 millones de euros (2021) y solo tres comunidades son aportantes netas: Madrid (6.313 millones), Cataluña (2.168 millones) y Baleares (334 millones). Todas las demás son perceptoras netas.

Los andaluces reciben 2.793 euros por habitante, por debajo de la media española (2.963 euros). Por debajo de la media están Murcia (2.691), la Comunidad Valenciana (2.730 euros), Andalucía y Castilla La Mancha (2.814 euros).

Las receptoras chupan del bote y pagan menos impuestos

Los impuestos se pagan en todas las comunidades. En aquellas que son más ricas, se recauda más. Como en un ciudad, en los barrios donde hay mayor renta per cápita se recauda más que en aquellos con menores índices de riqueza. Eso no significa que los servicios deban ser de peor calidad en aquellos barrios, es decir aquellas comunidades, donde se recauda menos dinero. Un andaluz, un gallego o un catalán deben tener derecho a recibir una educación o una sanidad pública en igualdad.

Sí que hay una advertencia de los expertos y un reproche del Gobierno de la nación hacia las comunidades que es cierto. Las comunidades del PP, siguiendo la estela de Madrid, practican una política fiscal a la baja y rebajan impuestos en los tramos cedidos del IRPF o, por ejemplo, suprimiendo el impuesto de Patrimonio. Eso ha hecho Andalucía. La corresponsabilidad del gasto debe ir acompañada de corresponsabilidad fiscal. No se puede pedir más dinero para gastar y, a la vez, tomar medidas que son bien recibidas electoralmente pero detraen recaudación de la caja, avisan los expertos. Es lo que se llama ‘dumping’ fiscal, que abre una competencia o puja a la baja entre los impuestos que manejan las autonomías.

Cataluña está infrafinanciada o “España nos roba”

Cataluña no está infrafinanciada. Según las tablas oficiales, con datos técnicos, se sitúa como la novena comunidad en financiación por habitante. Cada catalán recibe 3.015 euros (en datos de 2021 difundidos en enero de este año), por encima de la media del país (2.963 euros).

De lo que se quejan los partidos catalanes es de que ellos son los segundos al aportar fondos y los novenos al recibir. Por eso reclaman un principio de ordinalidad, que garantiza que cada uno reciba según dé. Ese principio, que ya se articuló por petición de ERC en el actual modelo, aprobado en 2009, pero no ha funcionado. Esto es lo que inspira el “España nos roba” que entonan los independentistas pero no es cierto que la financiación por catalán esté en la parte baja de la tabla ni por debajo de la media del país.

El cupo catalán cabe en la Constitución como el vasco

El modelo foral que se articuló para el País Vasco y Navarra es una anomalía que se recoge expresamente en la Constitución. Si Cataluña, como quieren los partidos nacionalistas emulara este mismo sistema de cupo, recaudando todos sus impuestos y pagando después ellos una parte al Estado, el sistema quebraría. El 30% de los recursos quedarían fuera de la caja común y habría un hachazo de 30.000 millones de euros en el modelo. Los juristas sostienen que un modelo de cupo para Cataluña obligaría a cambiar la actual Constitución española, que solo lo contempla para el País Vasco y Navarra.

La bilateralidad es normal al abordar la financiación

El sistema de financiación autonómica se fija en la Ley Orgánica de la Financiación de las Comunidades Autónomas (Lofca) y se debate en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, que sienta a todas las comunidades con el Gobierno. Pueden existir conversaciones bilaterales, a dos, del Gobierno con las comunidades pero el modelo debe acordarse en el CPFF con todas las comunidades y el Ministerio de Hacienda, que tiene voto de calidad. Ahora mismo hay 14 de las 17 comunidades gobernadas por el PP y los barones pueden ejercer su contrapoder a las políticas de Pedro Sánchez, también en materia de financiación.

Nunca antes el presidente del Gobierno pagó así a los nacionalistas

Siempre ha ocurrido. El actual modelo se pactó con ERC para apuntalar el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2009. Es una tradición en España que los modelos de financiación cambien de la mano de las demandas de los nacionalistas catalanes para dar su apoyo al presidente del Gobierno de España. Fue así con Felipe González, con José María Aznar y con Zapatero. Ahora vuelve a ocurrir con Pedro Sánchez. Sí que es verdad que todos han ido cediendo competencias y financiación a Cataluña pero nunca hasta ahora los independentistas han conseguido que se hable de un cupo catalán como el vasco.

Las comunidades más ricas gestionan de forma más eficiente

Es falso y nada más hay que mirar los datos de la deuda de las comunidades autónomas. Cataluña, a la que el Gobierno ha ofrecido una quita de deuda de 15.000 millones de euros, tiene la factura del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) más elevado. Andalucía debe 25.000 millones, Cataluña 73.000. Cuando tocó ajustarse el cinturón, no todas gestionaron con la misma eficacia y algunas pidieron más dinero prestado al Estado, lo que incrementó su déficit.

Hay una traición: “Están dando los dineros a los catalanes”

Eso le gritaron a la ministra María Jesús Montero el pasado viernes en Chiclana (Cádiz) pero es incierto. Los datos indican que la mejora de la recaudación del Estado, por una evolución positiva de los impuestos, en gran parte por la inflación (los precios son más caros, se recauda más IVA), y por el buen comportamiento de la economía andaluza, ha permitido inyectar más dinero del Estado a las comunidades. Ese reparto ha sido lineal y ha beneficiado a todas las comunidades. Es falso que Andalucía esté recibiendo menos dinero de ese ‘extra’ que Cataluña.

Sin el PP, el Gobierno no puede cambiar las reglas de la financiación

Sin el PP, que tiene mayoría en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, no debería abordarse ni aprobarse un nuevo sistema de financiación autonómica. Eso dicen los expertos, que aconsejan que haya un gran acuerdo entre los dos grandes partidos para fijar las nuevas reglas en el modelo. En realidad, la reforma de la Lofca necesita mayoría absoluta del Congreso. Previamente, en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, el PP tiene 11 votos, de las comunidades que gobierna, pero el voto del Ministerio de Hacienda vale un 50% y ante la ausencia tradicional de las comunidades forales, el Gobierno siempre dispone de la mayoría.

El actual sistema se aprobó en 2009 y debería haberse revisado cinco años más tarde, en 2014. Pero las reglas pueden cambiarse al margen del modelo y el Gobierno tendría capacidad para pactar de forma bilateral, de tú a tú, fórmulas que beneficien a Cataluña al margen de las demás comunidades. Hasta ahora, Pedro Sánchez ha asegurado, la última vez en el Congreso la pasada semana, que la negociación será multilateral con todas las comunidades. El PP denuncia que están negociando con ERC para obtener el apoyo a la investidura de Salvador Illa en Cataluña como ya Sánchez negoció con los independentistas para amarrar su propia investidura el pasado mes de octubre.

El actual reparto de los recursos garantiza la igualdad

El modelo actual no garantiza ni la equidad ni la igualdad. Es ineficiente. Lo dicen las comunidades autónomas más perjudicadas y lo contrastan los propios datos y las evaluaciones de los expertos. Hay un desequilibrio y comunidades que reciben muy por encima que otras. En el top, Cantabria 3.593 euros por habitantes. A la cola, Murcia, 2.729 euros. Las comunidades más perjudicadas (Murcia, Comunidad Valenciana, Andalucía y Castilla La Mancha) ha pedido que mientras se reforma el sistema se cree un fondo transitorio que equilibre sus números e inyecte dinero. Andalucía reclama 1.400 millones de euros al año para corregir el desequilibrio.

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