Análisis

Soplar y sorber: ¿Cómo dirá Moreno 'no' a rebajar la 'hipoteca' aunque esté asfixiado?

La reforma del sistema de financiación y la quita de deuda se han mezclado en la centrifugadora del debate político pero nada tienen que ver ambos asuntos y negociar con el Ministerio debería ser una responsabilidad

Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno, con Alberto Núñez Feijóo en la Cumbre de Presidentes del PP.

Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno, con Alberto Núñez Feijóo en la Cumbre de Presidentes del PP. / José Luis Roca

Isabel Morillo

Isabel Morillo

¿Se imaginan que viene el banco y le ofrece rebajar en 100 euros su hipoteca cada mes? Estaría en su derecho a pensar que le tienden una trampa pero si la entidad le pone por delante la posibilidad de cancelar parte de su deuda y de aminorar los intereses que paga, ¿diría que no?

Nada tiene que ver la quita de deuda con la reforma del sistema de financiación autonómica pero todo se mezcla en este debate político donde todo se mete en la centrifugadora para perder la hondura y los contornos. Para perder, de paso, la oportunidad de debatir sobre asuntos excepcionalmente importantes.

El pacto de investidura de Pedro Sánchez con ERC firmó la quita de 15.000 millones de euros de la deuda de Cataluña con el Estado a través del Fondo de Liquidez Autonómica. Ahí se abrió la veda para que el resto de comunidades denunciaran agravio y privilegios a Cataluña. El hit del otoño político, intensificado ahora por el pacto para la financiación singular para la comunidad catalana, ya tuvo una precuela hace ahora un año.

Es difícil de explicar que las comunidades autónomas del PP puedan decir no a un cheque para la quita de deuda. Lo sabe la Comunidad Valenciana, que es la segunda con más deuda con el Estado en el FLA tras Cataluña (46.274 millones de euros). Lo sabe también Andalucía, que, según datos de la Consejería de Hacienda del primer trimestre de 2024, tiene una deuda total de 38.302 millones de euros, de los que 24.539 millones corresponden al Fondo de Liquidez Autonómica.

Dónde está la asfixia

El mensaje que trasladan desde el Gobierno de Juan Manuel Moreno es claro: “Andalucía no tiene un problema de asfixia por su deuda sino por la infrafinanciación a la que la condena Pedro Sánchez”. El sistema que castiga a Andalucía está en vigor desde 2009, mucho antes de que Sánchez llegara al poder. El Gobierno inyecta ahora en las autonomías mucho más dinero de lo que pudo hacer Mariano Rajoy pero eso no impide que, con números en la mano, los andaluces tengan una financiación por habitante por debajo de la media de España.

Es cierto que en relación a su población, Andalucía no tiene un problema con su endeudamiento. Lo es también que cada año paga en intereses de deuda 717 millones de euros. De esos, 267 millones son para pagar la deuda que tiene con el Estado a través del FLA.

¿Hay un chantaje?

El Ministerio de Hacienda nunca ha puesto cifras sobre la mesa. Tampoco ha dicho en ningún momento que quien coja el cheque del FLA tendrá que tragar con un acuerdo que saque a Cataluña fuera del sistema de financiación. "Es la estrategia", avisan los populares. En realidad, ha sido el PP el que ha vinculado ambos asuntos, advirtiendo Alberto Núñez Feijóo de que sus barones no van a admitir ningún chantaje y cerrando la puerta a que las comunidades puedan reestructurar su deuda.

En febrero, Hacienda anunció una ronda inminente con las comunidades que sigue en stand by. Primero se atascó por la negociación de la amnistía. Después, por la negociación de la investidura de Salvador Illa y el acuerdo de financiación con ERC. Ahora, porque aguardan, explican, a la ronda que Pedro Sánchez ya ha anunciado de forma inminente con los presidentes de las comunidades autónomas.

Un alivio que propuso Montoro (PP)

Fue la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) quien calculó que el Gobierno podría apalancar 88.000 millones de euros para extender la quita de deuda a todas las comunidades. A Andalucía corresponderían unos 12.900 millones. No es una idea genuina de la ministra María Jesús Montero. Su antecesor en el cargo, Cristóbal Montoro (PP), ya planteó la reestructuración de la deuda del FLA y la quita a las comunidades autónomas.

Entonces, no estaba vinculada a Cataluña sino a un acuerdo con todas las comunidades y la oferta pasaba por alargar los plazos y bajar los tipos de interés. Al fin y al cabo ese fondo, el FLA, no fue más que una forma de dar préstamos a unas comunidades asfixiadas en plena crisis financiera y después de que los bancos cerraran totalmente el grifo. Hace ya años que Andalucía, como las demás, puede colocar su deuda en el mercado con intereses muy razonables.

Caer en contradicciones

Los presidentes del PP tienen que tener cuidado para no caer en contradicciones. El tema de la financiación autónomica es un campo de minas. Lo ha comprobado esta semana Juan Manuel Moreno. El presidente nunca ha cerrado explícitamente la puerta a una quita de deuda para Andalucía. Cuando se conoció el perdón de 15.000 millones a Cataluña, Moreno sacó la calculadora y pidió 17.800.

Esta semana, el presidente andaluz se ha sentado ante los micrófonos de Carlos Alsina y en Onda Cero tampoco ha cerrado de lleno la puerta a la quita. Dribla como puede. “El problema de Andalucía no es la deuda de 25.000 millones que tiene con el Estado. Nuestro problema es de financiación. Cataluña tiene el triple de deuda que Andalucía y la quieren blanquear”. “Si no hacemos un esfuerzo por tener un equilibrio presupuestario y alguien nos condena a endeudarnos, ¿qué mensaje estamos mandando como gestores?”. “A lo mejor la deuda que tiene Cataluña está vinculada al procés”. “Si Sánchez quiere hablar de deuda, tiene que sentar a todas las comunidades en la Conferencia de Presidentes, porque si no, yo no sé qué está negociando con otros”.

La única comunidad que no tiene deuda con el Estado en el FLA es Madrid. Isabel Díaz Ayuso ya advirtió a lo barones que no cogieran ese cheque, igual que les pidió que no se sentaran con Pedro Sánchez en Moncloa. Andalucía dejó claro que acudirá a esa cita que será inminente, confirmó Moncloa el pasado viernes.

Ese mismo día, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, advirtió a Andalucía que no puede “soplar y sorber” a la vez, después de que la consejera de Hacienda, Carolina España, dijera en el Parlamento que su Gobierno seguirá estudiando “posibles medidas fiscales”, acotándolo a la atracción de empresas, inversiones y proyectos de transformación digital, la mejora de la tributación sobre el acceso a la vivienda y el apoyo la tributación de las familias. En la coctelera estaba ya un aviso previo del presidente, que horas antes, había advertido solemnemente: “La Junta ha llegado al tope financiero en educación, sanidad y servicios sociales”.

La oposición lo tuvo fácil. “¿Cómo puede decir que no tiene recursos mientras se niega a negociar una quita de deuda y baja impuestos a los ricos?”, dijo Toni Valero (IU). “¿Si ayer no tenía capacidad financiera cómo hoy le sobra para bajar los impuestos”, señaló Juan Espadas (PSOE). La Consejería de Hacienda recogió cable para dejar claro que solo si hay recursos se bajarán impuestos y que ahora mismo no hay por “la asfixia” de Pedro Sánchez.

Lo mejor que tiene Moreno en su maleta es el acuerdo sellado por el Parlamento andaluz en 2018 con la ministra Montero como consejera de Hacienda. Un acuerdo unánime de todos los partidos andaluces exigiendo que Andalucía deje de ser una comunidad infrafinanciada. El reconocimiento expreso de todos los partidos de que el actual sistema deja un agujero cada año de más de 1.000 millones de euros, con datos técnicos y sin políticas. Claro que si tu situación es esa, si tu problema es que te falta liquidez, ¿dirías que no a tu banco si te ofrece una quita de la hipoteca?