El Centro Oceanográfico regresa a Málaga 40 años después

El Centro Oceanográfico está de vuelta en Málaga capital nada menos que 40 años después de su partida al Puerto Pesquero de Fuengirola. Una mudanza que ha costado “sudor y lágrimas” tras afrontar un sin fin de obstáculos e imprevistos, pero que hoy se ha hecho oficial con la visita de la ministra de Ciencia, Diana Morant, y la presidenta del CSIC, Eloísa Del Pino.

Las instalaciones, ubicadas en la explanada de San Andrés, llevaban ya funcionando desde hace unas semanas aunque estaban aún a la espera de la visita del Ministerio de Ciencia y del CSIC, instituciones a las que pertenecen y que han costeado tanto las obras como la adquisición de nuevo equipamiento, con una inversión de nueve millones de euros, cuatro millones por encima de las cifras que manejaba el Gobierno en 2016 al inicio de las obras.

“Hoy es un gran día, un día esperado por todos y todas, un día necesario que da comienzo a un nuevo período del Centro Oceanográfico”, ha celebrado con emoción el actual director de este centro, David Macías, de las personas que más se han volcado en el traslado, al igual que los tres directores y directoras que le han precedido y que también lucharon por que la apertura fuera una realidad: Juan Antonio Camiñas, Jorge Baró y María del Carmen García, quien está ahora al frente del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC).

“Asumimos con ganas e ilusión esta responsabilidad, vamos a convertirnos en referencia mundial de la investigación marina”, ha defendido Macías, que asegura que el espacio, con más de 5.000 metros cuadrados y cuatro plantas, está destinado a crecer, tanto en personal científico como en proyectos de investigación.

La plantilla actual del Centro Oceanográfico de Málaga cuenta actualmente con 105 profesionales, a los que está previsto que se sumen próximamente 14 trabajadores nuevos. Entre sus líneas de investigación se incluye la actividad pesquera, desde la artesanal local hasta la de grandes compañías; las geociencias marinas, incluyendo el estudio geológico de los fondos marinos; la cartografía marina; la evaluación de los riesgos de tsunamis y los efectos del cambio climático como tema transversal prácticamente a todos los grupos de investigación. Un amplio campo de trabajo que se centra en el Mar Mediterráneo, en concreto, en la demarcación marina del Estrecho y Alborán.

Seis años de retraso

La apertura del Centro Oceanográfico de Málaga llega con seis años de retraso con respecto a las previsiones que se manejaban al inicio de las obras, que arrancaron en 2016. Entonces, el fin de obras y la posterior inauguración estaba previsto que ocurriese en 2018, un plazo que desde luego no se ha cumplido.

El primer problema emergió nada más empezar los trabajos constructivos, con un problema inesperado en la cimentación de edificio que requirió aparcar los trabajos para encargar estudios geotécnicos y redactar una modificación del proyecto.

Esto provocó un parón de unos dos años en las obras, que no se retomaron hasta 2019. Solventado esto, a finales de 2020 la ejecución del edificio ya se encontraba al 85% pese a los retrasos que provocó la pandemia de la Covid-19. Además, al año siguiente se produjo además la integración del IEO en el CSIC.

Debido a los retrasos, en 2022 el Ayuntamiento de Málaga aprobó una declaración institucional para solicitar al CSIC la apertura del Centro Oceanográfico de Málaga, ya habían culminado las obras y no había noticias de la apertura.

Durante 2023 y 2024, los trabajos se han volcado en la adquisición de mobiliario y la mudanza de los equipos técnicos, que culminó a lo largo de este verano, además de solventar, con la ayuda del Puerto de Málaga, otra serie de problemas con el suministro eléctrico, para lo que incluso hubo que construir una subestación que no estaba prevista.

Raíces malagueñas

“Por fin este centro oceanográfico vuelve a la vida en el corazón de una ciudad que ha sabido mirar al mar con una visión de futuro”, ha incidido la ministra de Ciencia, Diana Morant, en referencia a los orígenes del Centro Oceanográfico de Málaga, que parten de 1911 en el barrio de la Malagueta con la creación de la Estación de Biología Marina.

De hecho, el germen de este centro investigador es incluso anterior a la creación del Instituto Español de Oceanografía, que nació tres años después, al que acabó adhiriéndose.

En 1929 arrancaron as obras de un nuevo espacio, denominado Centro Internacional de Estudios Marinos de Málaga, ubicado en el Paseo de la Farola. Abrió tras seis años de obras aunque la actividad investigadora duró poco ya que con el estallido de la Guerra Civil fue ocupado por la Armada, que lo usó como base naval. En 1939, se instaló a allí la Comandancia militar de la Marina, aunque entregó parte del espacio para la actividad investigadora, una situación en la que se mantuvo durante 45 años. 

En 1983, el Oceanográfico se marcha de la capital y se muda definitivamente a Fuengirola para ocupar unas instalaciones en las que se han mantenido 40 años y que ya se habían quedado pequeñas y obsoletas.

“Es un día absolutamente alegre en el que solo podemos pensar en lo que avanzamos como institución. Supone la culminación de un proyecto que lleva mucho tiempo en marcha y que hemos conseguido activar en los últimos años”, ha recalcado la presidenta del CSIC, Eloísa del Pino.

Con respecto al futuro de las instalaciones de Fuengirola, por ahora siguen en manos del CSIC y, por tanto, es responsable de su mantenimiento. Aunque no hay un proyecto definido aún, Del Pino sí ha asegurado a este periódico que hay interesados en ocupar este espacio.