Festival de Sevilla

C. Tangana y Yerai Cortés celebran la vida y sus heridas en ‘La guitarra flamenca’

Tras el éxito en el Festival de San Sebastián y el In Edit, Antón Álvarez presenta en el Festival de Sevilla con un “liberador y sanador” documental que indaga en la tragedia familiar del guitarrista

Yerai Cortés y Antón Álvarez C. Tangana, en el photocall del Festival de Sevilla para presentar este sábado 'La guitarra flamenca'.

Yerai Cortés y Antón Álvarez C. Tangana, en el photocall del Festival de Sevilla para presentar este sábado 'La guitarra flamenca'. / Lolo Vasco / Festival de Cine

Sara Arguijo

Sara Arguijo

Antón Álvarez lleva años en busca de una identidad que deshace y machaca cada vez que intuye que ha llegado a la cima. Quizá porque su creatividad precisa del estímulo de lo nuevo o porque, como manifestó este sábado en el Real Alcázar, con motivo de su debut cinematográfico La guitarra flamenca de Yerai Cortés en el Festival de Cine de Sevilla, “como artista estoy harto de mí mismo”.

El caso es que la curiosidad o el carácter provocador del creador le llevó primero a enterrar al rapero madrileño -“no hay nada que tenga más sinsentido”, ha bromeado- y después al cantante, despidiendo a El Madrileño y a C. Tangana con Esta ambición desmedida (Santos Bacana, Rogelio González, Cristina Trenas, 2023), el documental nominado a los Goya que acompañaba al artista en la apoteósica gira Sin cantar ni afinar con la que batió todos los récords hasta agotarse del personaje.

El que se presenta a la cita cinematográfica sevillana es, por tanto, el director de un documental “íntimo y liberador” que cuenta una delicada historia personal capaz de conectar con las emociones de todos, invitando al espectador a adentrarse en ese espacio privado donde residen la pasión, el amor y el perdón y donde se celebra la vida y sus heridas.

Así, Antón Álvarez se mostraba “encantado de haber desaparecido del foco” para acompañar a Yerai en un proceso difícil en el que, si bien no marcaron líneas rojas, sí tuvieron claro desde el principio que no harían nada que pusiera en juego las relaciones familiares del reconocido guitarrista. “El germen es que me enamoro de Yerai”, reconocía, y a partir de aquí había que abordar “el material sensible”.

No he cometido el riesgo de meterme en esto con una historia costumbrista española de cuatro apellidos gallegos

Antón Álvarez C. Tangana

— Artista y director del documental 'La guitarra flamenca de Yerai Cortés'

Es verdad que, tal y como ha admitido el cineasta con cierta ironía, “no he cometido el riesgo de meterme en esto con una historia costumbrista española de cuatro apellidos gallegos”, pero “sí tenía un amigo ahí dentro y eso me exigía ir chequeándolo para ver cómo se sentía, qué quería contar, su dolor, sus anhelos… y, al mismo tiempo, conseguir que contara su historia”.

Un secreto familiar, una redención

Con este objetivo emprenden un viaje juntos para grabar un disco en el que las canciones vienen marcadas por una gran pena y donde el propio proceso creativo enfrenta a Yerai Cortés con su pasado y lo empuja a explorar un secreto familiar a través del cual trata de redimir la relación con sus padres. De hecho, una de las cosas que, según el guitarrista, le ha hecho más feliz “es que he podido hacerme amigos de María y de Miguel, mis padres, porque al escucharlos desde fuera he podido conocerlos sin ese filtro de hijo”, por lo que confiesa que la cinta ha servido como “una terapia familiar sanadora” en la que ha podido darse a conocer tal y como es hoy.

Con el respaldo de la Mención Especial en la sección New Directors de San Sebastián, el Premio Nacional en el Festival In Edit y un 7,2 en Filmaffinity, el artista vuelve a irrumpir por la puerta grande en un universo artístico en el que se ha sentido “exageradamente bienvenido”. “Me esperaba y estaba preparado para un poco de sufrimiento, de caras rancias, de comentarios del tipo qué se cree este chaval… Sobre todo, porque soy consciente que he sido polémico y que llego a un terreno bastante menos amable que el de la música donde hay que picar más piedra, pero lo que he sentido un abrazo absoluto”, aseguró.

Entre la tradición y la vanguardia

El carácter de intruso lo comparte con el protagonista del filme, una figura inusual dentro del flamenco; tan respetado por los gitanos más tradicionalistas como por los artistas vanguardistas de la nueva ola y tan cuestionado tanto por ser demasiado moderno como demasiado gitano.

Al respecto, ambos coinciden en que la búsqueda de la identidad no puede concluir porque si se determina muere. Es decir, para Álvarez, lo interesante es el proceso, “no llegar a un pacto y definir fronteras que delimiten lo que es o no es”, algo que Yerai ha experimentado en el flamenco. Frente a los límites, ellos reivindican la duda y el derecho a cuestionarse, aunque, como matizaba el cantante, el diálogo entre la tradición y la modernidad, entre la permanencia y el cambio sea necesario, “porque gracias a que hay gente muy tozuda en el mundo el martinete persiste. Lo digo yo que soy un payo que llega al flamenco con veintitantos años”, defendía.

Por otro lado, la cinta permite mostrar a otros públicos la realidad del mundo flamenco permitiendo el acceso “a esas reuniones que tienen lugar cuando termina el espectáculo”. Además, se ha cuidado la estructura formal y el sonido para sumergir al espectador en esa atmósfera flamenca que conecta con la emoción sin necesidad de entender del género y que “completa el discurso de lo musical”, señalaba Tangana antes de adelantar que su camino seguirá por esta línea de búsqueda de la identidad en la que siempre sonará flamenco.

Horas antes de la presentación en el Cartuja Center del documental se mostraban nerviosos por estar en una ciudad que es cuna del flamenco y en la que viven muchos de los ídolos de Yerai que ahora participan en la cinta, como Farruquito, Remedios Amaya o La Tana. “Esto ya es un premio”.

Tracking Pixel Contents