Jairo Valencia: «La ficción te permite poner un espejo a una realidad que ni siquiera te habías planteado»

Para el escritor rinconero Jairo Valencia, la corrupción es “endémica a la historia de la humanidad”. Sobre eso habla en su primera novela, donde la trama es tan real – documentada en el día a día de los medios de comunicación – que si la realidad supera a la ficción, sería difícil dirimir qué es verdad y qué invención. Por encima, esta ópera prima es una historia del amor como tema vertebral en el mundo y en la vida. Todo junto es ‘La chica de los zapatos rojos’, novela con cuya presentación el autor ha cerrado el Otoño Literario de La Rinconada.

El relato se ambienta en en Sevilla, entre comisarios y políticos corruptos, policías, jueces y periodistas, en unos giros inesperados del más puro género policíaco y que refleja la aculturación de un emigrante forzoso como es Jairo Valencia. Por ese endemismo al que el autor hacía referencia, la novela evita dar nombres y referencias espaciales y temporales, porque lo que pasa en Sevilla o en España pasa también en su Colombia natal. Su pretensión ha sido, por ello, escribir una historia “universal”, donde quien la lea sienta que le habla de cosas que conoce.

Y por eso mismo, esa misteriosa mujer que calza zapatos rojos no tiene nombre. Porque su misterio es parte de la historia, pero también porque es una mujer universal, como tantas hay, a las que “la literatura las olvida, pero en la historia real están”. La novela rompe con los estereotipos del género, al situar en el centro de la acción a un personaje femenino, terreno que siempre está reservado a los masculinos en las novelas policíacas, donde la protagonista es una mujer empoderada que rompe techos de cristal.

La obra – publicada por la editorial local Donbuk – parte con el reencuentro entre Mono, periodista, y la chica que lleva zapatos rojos. Tras una noche apasionada, la mujer – jueza del Tribunal Superior de Justicia – desaparece. Desde este punto, y con la ayuda de su amigo Rigoberto Osorio y Manuel Berdejo, comisario de la Policía Nacional, el periodista investiga la desaparición en una trama que visitará los lugares más oscuros de la política y la sociedad.

La novela es ante todo una historia de amor. Pero también es un relato de los bajos fondos, del ánimo de lucro, del servirse de lo público en vez de dar un servicio público. Del aparentar brillo aunque el fondo esté sucio. “Estamos en los tiempos de la impostura. Lo que importa es la fotografía, no lo que hay detrás”.

Para ello están el comisario Villar – trasunto del que lleva tiempo poniendo en jaque a todo un estado – o el político Javier García. Ejemplos de la corrupción, pero con una singularidad. Ni los malos lo son tanto, ni eso les hace ser buenos, porque al fin y al cabo son puntos de vista, donde quizás el más objetivo sea el que ofrece la literatura en general y este libro en particular. “Cuando vas a la información directa puedes interpretar si es verdad lo que me dicen o no. Cuando lees ficción, le das tu propia verdad. Para darle tu propia verdad tienes que pensar si estás de acuerdo con eso. La ficción te permite poner un espejo a una realidad que ni siquiera te habías planteado”.

Aprovecha con ello para reivindicar el buen periodismo, sin el cual “la sociedad está vendida”. En las páginas del libro está la reclamación de un periodismo que investigue en el pleno ejercicio de la libertad de expresión. Eso que – explicó en el acto – su padre, periodista, pretendió hacer en Colombia y que les costó tener que emigrar siendo él apenas un adolescente para salvar sus vidas.

Este martes, Jairo Valencia jugaba en casa. Rinconero de corazón, el también colaborador de Radio Rinconada ha presentado a distintos autores en las actividades de este año de literatura dividido entre La Estación de las Letras y el Otoño Literario. Pero en esta ocasión se ha sentado en el sillón contrario, para contestar las preguntas de Sergio Moreno, compañero en las ondas, y al que aseguró que se hubiera sentido más cómodo siendo el entrevistador que el entrevistado. Porque, aseguró, le da cierto pudor y hasta vergüenza hablar de sí y de su obra, que no ha vuelto a leer después de publicarse.

Con la presentación de ‘La chica de los zapatos rojos’, han sido casi un centenar de autores los que han pasado por el año más comprometido con las letras de La Rinconada, como recordó la delegada municipal de Cultura, Raquel Vega. Año marcado por dos estaciones, la de las Letras en primavera y este Otoño Literario, donde se ha recorrido la literatura desde todos los géneros – novela, poesía, teatro –; pasando desde escritores consagrados a la más pujante creación local, y “sembrando literatura”, llevando a los autores a colegios e institutos para crear en los nuevos públicos el hábito de leer. Una cuestión de importancia capital, porque como concluyó Jairo Valencia en su presentación, “mientras a la gente no le apetezca leer nunca se van a poner frente a la situación y nunca van a asimilar la realidad. La lectura es lo que permite ponerla en pie y tomar postura”.