Más Jazz en Platea, más música y ambiente

El domingo pasado reseñábamos concierto con sinergias del Jazz sevillano. Fue en CC Plaza de Armas, antigua estación de Córdoba. Hoy relatamos que el espectáculo continúa. Hay más disfrute

Juan-Carlos Arias jcdetective /
25 ene 2021 / 07:39 h - Actualizado: 25 ene 2021 / 07:43 h.
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La Sevilla que se reinventa y crece ante la adversidad está ahí, no hay que buscarla mucho. La pasada semana la entreplanta del Centro Comercial Plaza de Armas fue testigo privilegiado de la buena música, la seguridad anti-Covid19 y el maridaje cultura-empresa de la iniciativa privada.

Un memorable concierto de los mejores músicos de jazz locales e invitados se aglutinan en la Asociación Sevillana de Jazz (ASSEJAZZ) Tuvo lugar en PLATEA, espacio de hostelería y espectáculo que nos sumerge en la leyenda del tren. El espacio lo impulsan cines ODEÓN y la agitadora cultural hispalense IMPERDIBLE en tiempos más que difíciles desde que se abrió hace pocas semanas. Esta iniciativa, inversora y empleadora, tiene especial valía en tiempos de cierre hostelero.

La Jam Session contó con músicos de nivel. Improvisadamente se sucedían en el escenario con sumo oficio. El aplauso del respetable refrendó una matinal, un domingo a horas de brunch –desde 13 hasta 16:30 horas-. Las que se unen desayuno y almuerzo. De los nervios del estreno, la semana pasada, salieron airosos y se prometieron futuras actuaciones. Dicho y hecho. Aquel concierto lo reseñó este periódico decano hispalense. La segunda entrega musical de ASSEJAZZ ha sido mejor, más nutrida y concurrida. Esa realidad desmiente que las segundas partes no avizoran nada bueno.

El jazz reúne, suma

Los músicos de ayer domingo tenían un guion artístico abierto. Invitaron a los presentes, por si había algún músico que se uniera al grupo, a la fiesta si alguien lo deseaba en el mismo escenario. Esto es algo impensable, suponemos, entre artistas del rock, flamenco o canción española. En esos lares pesa más el ego o la estrella que llevan algunos artistas en esos terrenos. El cosmos del jazz es así: abierto, proactivo y trasversal.

A las 13 horas, inicio del concierto, ya estaba casi completo el aforo del PLATEA. Las estrictas medidas de seguridad, que alcanzaron a los ejecutantes, limitaron el acceso desde las 14 horas hasta la conclusión del concierto, sobre las 16:30. La primera formación que concitó el entusiasmo del público la integraban Nacho Guarrochena (Saxo), Juan Miguel Martín (Bajo) Ernesto Naranjo (Piano) y José Gómez (Percusión-Batería).

Posteriormente fueron apareciendo ante profanos, músicos y entendidos diferentes artistas que se dejaban aplaudir con humildad cuando cesaban sus solos. ASSEJAZZ los había invitado a ésta Jam Session o decidieron acompañar a sus colegas. La lista de los participantes posteriores es larga, en excelencias y virtuosismo: Bernardo Parrilla (Saxo), Lovis G (Vocalista), Guillermo Mc Gill y Nacho Megina (Batería), Trevor Coleman (Trompeta), Luis Casado, Gon Navarro y Óscar Pantalón (Guitarra) más Claudia Muñoz (Piano). Reapareció el mismo bailarín cubano del pasado domingo, Samuel Rigal.

Las diferentes piezas ejecutadas contaron con esos toques que tanto gustan a los amantes de Jazz. Temas estandard y lúcidas improvisaciones con sello personal. Los solos –además- rebotaron gozosos en la cubierta de la vieja estación ferroviaria. El público que llenó el PLATEA estaba pletórico y bien acompañado por notas que el pentagrama dejó libres para el don de agradar a un público, repetimos, que conectaba con los músicos.

Disfrutar el jazz a la hora del tapeo en PLATEA, un lugar especial, añade el placer de tomarse copas o una comida. Sus precios son razonables (1,70 caña cerveza, 9 euros pizza en mesa, por ejemplo) y no hay precio de entrada al concierto del soberbio espectáculo. De esta forma, es más tentador militar en el Jazz a buena hora, en espacio abierto y acompañados.

Aunque en el Jazz muchos músicos, como en novelas o films, sobreviven apenas con su voluntad y coraje, en la Sevilla que combate la pandemia, se confinó y mantiene a raya al bicho, los artistas se mostraban tan profesionales que vivirían de su arte. Pero la realidad podría ser otra, como vivir de escribir. Mantenerse de una pasión cuesta. O hay que pagarla.

Es destacable la puesta en escena de esta Jam Session. La mis-en-place rozaba la perfección. Entre pieza y pieza había coordinación, complicidad entre los músicos y muy poco tiempo. Los intermedios apenas eran de minutos. La dilación aburre y esfuma la magia musical que el Jazz entraña

Destacó ayer la voluntad de hacer disfrutar a quienes destinaban sus notas todos los músicos. La vocalista –Lovis- activó sus registros con oficio. El bailarín caribeño hizo lo propio con cubanía de pro. La trompeta de Coleman hizo honor a tan ilustre apellido jazzístico. Los saxos y flauta eran proverbiales, inspirados. Los teclados sonaban acompasados, con estilo individual. Las cuerdas de guitarras y bajo estaban en su lugar, basando el compás de cada formación. Todo estaba en su sitio. No soslayamos al curtido Mc Gill cuya maestría percusionista dejó huella. Percibimos el duende. El que buscan los flamencos antes, durante y después de la actuación. Hubo bienestar al personal y buen rollito.

Un poco de historia

La labor de ASSEJAZZ fue silente, pero efectiva en estos conciertos. No es fruto, este colectivo, de la casualidad ni de lo que genera este género. Entre las realidades que sustentan casi 200 socios hay conciertos, Master Classes, Big Band, actuaciones en Espacio Turina (Fundación Cajasol, c/ Laraña), CAAC y CICUS Sus fines se llevan a término, no son teoría fundacional como la de tantos grupos humanos. Son ‘...aficionados y músicos para que la cultura del jazz suene y crezca...’.

El éxito de ASSEJAZZ, sin duda una ONG musical que opera como diseminador del talento, ya posibilitó el pasado verano 2019 de la presentación mundial de trabajo ‘Sevillahabana Ensemble’ capitaneado por el cubano Guillermo Trujillo (Trujiz). Aquella inolvidable actuación fue reseñada por este Correo, decano de los periódicos sevillanos, y quien suscribe. Un efectivo equipo que lidera Javier Delgado hacen posible tantas realidades que se ligan a ASSEJAZZ.

El Jazz en Sevilla merece un paseo histórico. Los más veteranos recuerdan actuaciones de Big Band y orquestas uniformadas en una caseta ferial que ubicaron militares norteamericanos destinados en las Bases de Morón, San Pablo y Rota. Hablamos de los ‘felices sesenta’ jazzísticos del pasado siglo. Los más descreídos deben saber también que en la Feria de Sevilla había otra popular caseta, Los Estudiantes, donde sólo se oía rock local cimentado por flamenco. Hoy la Feria, la del Real, caballos y casetas clonadas está dominada por las sevillanas y el chimpún. Olé.

Andando los años el jazz pasó casi a la clandestinidad y a minorías. Y al coraje de empresarios y músicos. Pero, poco a poco, floreció con artistas norteamericanos, algunos ex militares (el boricua Angel de Jesús o Abdu Salim serían sendos ejemplos), que escogieron Sevilla para seguir con su música tras dejar la guerrera. El rock andaluz dio frutos al Jazz, la Banda Municipal, Manolo Cuervo, Blue Asteriod Records, Hot Jazz Club, Blue Moon, Colectivo Freeway, Be Bop-El Sol, ACME, Apolo y Baco o Naima son puntales, claves, de la semilla que floreció pre ASSEJAZZ.

Organismos como la –desaparecida- Caja de Ahorros San Fernando, o vigentes como Junta de Andalucía, Universidad-CICUS, Ayuntamiento y Diputación de Sevilla apoyaron hasta donde pudo el presupuesto el resucitable Festival Internacional de Jazz, Noches del Alcázar o mantienen actuaciones en el Teatro Maestranza o Central.

Sevilla también acunó fusiones entre jazz y flamenco. Músicos como Diego Amador o David Dorantes ejemplifican tan fructífero maridaje junto a una larga lista de músicos o cantantes que van por una línea que abrieron el dúo Sabicas-Jeff Beck, los inolvidables Pedro Itrurralde-L. Hampton y siguió otro inolvidable: Paco de Lucía. Jorge Pardo y Chano Domínguez siguen ahí. En tan noble empeño.

Todo el circuito de actuaciones del presente está al ralentí por culpa de los inciertos días que vivimos pendientes de vacunas, olas y virus. Pero el mejor Jazz sevillano tiene nueva cita: PLATEA, el próximo domingo desde 13 horas, hasta que la autoridad lo permita. No saldrán defraudados.