Flamenco

Otro flamenco es posible

Cristian de Moret presenta en la Sala B del Teatro Central su primer disco, ‘Supernova’ en el marco del ciclo ‘Flamenco viene del sur’

03 oct 2021 / 14:17 h - Actualizado: 03 oct 2021 / 14:21 h.
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Cristian de Moret presentó el pasado sábado en la sala B del Teatro Central su primer disco, ‘Supernova’, que vio la luz el año pasado, aunque debido a la maldita pandemia no ha podido ser promocionado como se merece.

Se trata de un disco que aúna todas las influencias del músico onubense, que van desde Camarón de la Isla a Radiohead, de Paco de Lucía a Ray Charles y de Enrique Morente a Pearl Jam, Red Hot Chili Peppers o el grupo musical tuareg Tinariwen. Una amalgama musical que se vuelca en las creaciones de este disco sin dejar atrás el flamenco, que Cristian conoce de sobra ya que, a pesar de su juventud (33 años) ha trabajado como instrumentista por todo el mundo con artistas flamencos de la talla de Andrés Marín, Pedro el Granaíno, Rosario la Tremendita, Carmen Linares o Jorge Pardo.

De Moret convocó a nutrido grupo de seguidores que llenaron la Sala B del Teatro Central, ya sin restricciones de aforo, lo que no es baladí teniendo en cuenta que ese mismo día en la Sala A actuaba David Coria, una figura en alza del baile flamenco. Pero son muchos los aficionados a la música en general, y al flamenco en particular, que se sienten atraídos por esa mezcla transgresora que se atreve cantar letras y palos tradicionales del flamenco con el funki, el grunge, el blus o las música con reminiscencias tuareg.

De todo ello dio buena cuenta el pasado sábado. Apareció en el escenario, guitarra eléctrica en mano, acompañado de sus músicos, Pablo Prada al bajo, guitarra y programaciones, Rafael Rabal a la batería y Gautama del Campo al saxofón, que enardeció en más de un momento del concierto al público con sus solos. Como primer tema Cristian eligió unas guajiras que, aunque algo desdibujadas en cuanto a su esencia flamenca, sentaron las bases de lo que sería el resto del concierto, esto es, un despliegue de entrega, energía, poderío y atrevimiento que nos envolvería en un manto de ritmos desenfrenados y notas musicales envolventes, una música con el poder catártico del rock y la alegría vital y la fuerza cautivadora del flamenco. Algo que se desprendía a raudales de los tangos de Granada, El Pañuelo y de El romance de la Cautiva con aires de funki.

Por desgracia, tal vez por una excesiva elevación del sonido, las letras de estos dos primeros temas se perdían en la voz de Cristian, que se peleaba para alcanzar unos agudos imposibles. Todo lo contrario que la debla de Tomás Pavón que cantó a continuación, en la que su voz sonó tan nítida como sentida. Al igual que los fandangos que dan nombre al disco, Supernova, que cantó acompañándose él mismo con el teclado derrochando delicadeza y emotividad.

A esas alturas el público estaba entregado y con ganas de salir a bailar, lo que seguro que más de uno hubiera hecho de no ser por el maldito virus al que todavía no hemos vencido del todo. Todo se andará. A Cristian podremos volver a verlo en el escenario del Teatro Lope de Vega el próximo mes de febrero, y de momento podemos seguir disfrutando del flamenco con este ciclo de El flamenco viene del sur, que nos ofrece hoy la actuación de otro de los grandes, Víctor Monge ‘Serranito’, y los días 7, 8 y 9 de octubre terminará con el Ballet Flamenco de Andalucía homenajeando a Antonio el bailarín, del que se cumplen 100 años de su nacimiento.