«Betis es papá»

La hija de Jorge Molina resume mejor que nadie esa relación de seis años a la que el protagonista espera poner fin «en el césped». «Se va una familia bética entera. Las alegrías del Betis serán nuestras alegrías», promete el jugador

12 may 2016 / 13:51 h - Actualizado: 13 may 2016 / 13:49 h.
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  • Jorge Molina, con su hija Mía en brazos, sonríe en el césped junto a sus padres, Rubén Castro o el presidente del Betis / Manuel Gómez
    Jorge Molina, con su hija Mía en brazos, sonríe en el césped junto a sus padres, Rubén Castro o el presidente del Betis / Manuel Gómez

Vídeo de Antonio Viola.

Jorge Molina vivió este 12 de mayo su penúltimo gran día como jugador del Betis. El último, si el entrenador no dice lo contrario, será el domingo en el partido contra el Getafe, «en el césped». Ese es el deseo del protagonista. Antes, el club verdiblanco lo homenajeó en público, ante toda la plantilla, su familia y la prensa. Fue un acto bonito y sencillo. El gran delantero de Alcoy lloró, rio, bromeó y dio las gracias a todos los que lo han acompañado en esta aventura de seis años. También se emocionó dos veces. Una, cuando se acordó del único compañero al que citó: Rubén Castro. La otra, cuando su mujer y su hija Mía aparecieron por sorpresa en un vídeo de excompañeros. La pequeña quitó a su padre el titular del día: «Betis es papá», balbuceó la joven bética.

«Pensé en hacer una nota para no olvidarme de nadie ni de nada, pero no iba a ser capaz de leerla entera. He preferido improvisar y que salga lo mejor que pueda», advirtió el capitán antes de dar las gracias a diestro y siniestro. Al Betis, por darle la «oportunidad de defender este escudo e intentar dignificarlo»; a todos los entrenadores que ha tenido; a su familia; a sus amigos; y, por supuesto, a los béticos: «Cómo me voy a olvidar de la afición. Siempre me mostró un cariño enorme. Aunque sé que alguna vez los habré desesperado con alguna ocasión que haya fallado, intenté compensarla con goles y trabajo», señaló con una sonrisa.

Después llegaron las lágrimas. Las primeras, para su compañero de viaje. «No quiero mencionar a nadie en especial porque seguro que me dejaría a alguien, pero todos me van a entender cuando hable de uno que ha estado conmigo estos seis años. Es mi compañero, es mi socio y es mi amigo. Es Rubén. Lo tenía que decir», musitó a duras penas, con la voz entrecortada por la emoción. Incluso se confesó dispuesto a sacrificar su último gol por ayudar a su socio: «Me gustaría marcar, pero es mucho más importante lo que se está jugando Rubén, que es ser pichichi nacional. Se lo merece», recordó. Para eso tendrá que jugar el domingo: «Ojalá pueda estar ahí, ayudar, vivir el ambiente del que he disfrutado durante estos años y despedirme en el césped», confesó.

Luego les tocó a su familia y sus amigos. «Gracias a mis padres, que cada semana que jugamos en casa se hacen 600 kilómetros de ida y 600 de vuelta sólo para ver jugar a su hijo. Y a mi mujer y mi niña, por estar siempre ahí y ser mi máximo apoyo», explicó, también emocionado.

«Al final he aguantado mejor de lo que creía», bromeó como colofón de su discurso. «Deseo al club la máxima de las suertes. Se va una familia bética entera. Para mi hija, ver el escudo del Betis es ver a papá. Para mi sobrina no existe el color verde, sino el color Betis. Las alegrías del Betis serán nuestras alegrías», remató. Cuando dispute su último partido, Jorge Molina se irá a Alcoy y allí elegirá «lo mejor» para su carrera. Atrás quedará el Betis. Atrás quedarán seis años en los que, según dicen quienes lo conocen, se confirmó como gran futbolista y mejor persona. «Las máximas alegrías fueron los dos ascensos y la clasificación europea», resumió. «Aquí he estado como en casa, de maravilla», sentenció. El Betis siempre será eso para él: su casa.

Su momento favorito

«Momentos ha habido muchísimos, son seis años que dan para mucho. Las máximas alegrías fueron los dos ascensos, ambos muy difíciles, y esa clasificación europea».

Futuro después del fútbol

«Mi intención es seguir disfrutando del fútbol mientras crea que pueda ayudar y estar capacitado. En un futuro no sé. Está claro que aquí he estado como en casa, de maravilla. La idea es volver a Alcoy, pero nunca se sabe».

El domingo

«El míster decidirá, ojalá pueda estar ahí, ayudar y vivir el ambiente del que he podido disfrutar durante estos años y poder despedirme en el césped, que es donde a todos los futbolistas nos gusta despedirnos».

Y después...

«Tendré que sentarme con la familia y con mi representante, ver las opciones, valorar y después elegir lo que crea que es mejor».

Qué prefiere, un gol o una asistencia a Rubén

«Está claro, me gustaría marcar gol pero es mucho más importante lo que se está jugando Rubén, que es ser pichichi nacional. Vamos a intentar ayudarle todos. Ojalá lo consiga porque se lo merece, lleva seis años marcando una cantidad de goles increíble».