TRAS LAS ELECCIONES GALLEGAS

Montero pide “liderazgos transversales” en el PSOE mientras carga contra Page: “Es incomprensible”

La número dos del PSOE sitúa al barón manchego en los márgenes del PSOE: “Uno debe saber qué camiseta lleva cuando juega su equipo"

Los socialistas recetan a sus territorios liderazgos que, más allá de las siglas, “conciten una alianza con el resto de sectores progresistas”

Montero carga contra Page: "Uno tiene que saber cuál es la camiseta de su equipo"

Video: Agencia ATLAS | Foto: EP

El PSOE sigue inmerso en el análisis de su debacle electoral en las elecciones gallegas. La primera conclusión pasa por alejar las lecturas en clave nacional y descargar responsabilidades en el territorio. Un cortafuegos para que no se extiendan las críticas encabezadas por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y desviar el foco del hipotético impacto de las alianzas y políticas del Gobierno a las limitaciones de sus estructuras territoriales. Sobre todo de sus liderazgos. Si Pedro Sánchez recetaba como respuesta al 18-F reforzar los liderazgos y abrirse al talento ajeno, tal y como informó este diario, la vicesecretaria general, María Jesús Montero, ha explicado esta mañana que se refería a potenciar en los territorios “liderazgos transversales”.

La número dos del PSOE y vicepresidenta primera del Gobierno, abundaba durante una entrevista esta mañana en la 'Cadena Ser' que estos liderazgos a los que apelan deben “concitar una alianza con el resto de sectores progresistas”. Como los que se movilizaron el 23-J “para frenar a la ultraderecha” y, de este modo, llevar “ese mismo discurso a cada una de las elecciones” combatiendo la desmovilización de su electorado cuando se trata de comicios autonómicos.

La apuesta de Ferraz pasa por consolidar liderazgos territoriales a medio y largo plazo, comenzando por el propio José Ramón Gómez Besteiro al frente del PSdeG. Montero ha incidido en mostrar el respaldo de la dirección federal a su continuidad para representar una alternativa que desde hace cuatro años encabeza la nacionalista Ana Pontón. El trasvase de votos de los socialistas al BNG los ha hecho descender de los 14 a los nueve diputados, su suelo histórico, mientras que Pontón ha alcanzado los mejores datos de su partido tras aumentar de los 19 a los 25 diputados. Según Montero, se trata de “un voto prestado” que confía en recuperar de cara a próximos comicios.

Mientras Montero apelaba a unos “liderazgos transversales” tanto en Galicia como en el resto de comunidades, después de que los socialistas perdiesen en las últimas autonómicas la gran mayoría de su poder territorial, cargaba contra uno de los barones más asentados advertir que un cambio de Gobierno en Galicia presidido por el BNG sería una “legitimación de la amnistía” y que el ganador sería “Puigdemont”. “Me resulta incomprensible”, ha censurado Montero para situarlo en los márgenes del PSOE: “Uno debe saber cuando juega su equipo qué camiseta lleva”.

La paradoja de Page

El líder de los socialistas en Castilla-La Mancha, quien ha advertido sobre la posibilidad de que el “cambio de ciclo” tras las gallegas se convierta en un “ciclón” con capacidad de arrasar al PSOE, es uno de los tres presidentes autonómicos del partido y el único que gobierna con mayoría absoluta. Se trata, precisamente, de uno de los perfiles más asentados a nivel territorial y con la transversalidad que ahora se receta para conseguir atraer apoyos de diferentes sectores. La sociología electoral de su territorio, con un votante más conservador, lo lleva a mirar más al centro sin por ello dejar hueco al espacio a su izquierda, sin representación parlamentaria en las Cortes de Castilla-La Mancha.  

El mensaje de la dirección federal, consciente del retroceso del PSOE en su implantación territorial, se centra en "rearmar y reconstruir” las estructuras del partido, atrayendo también “colaboradores externos” que aporten a nivel de programa, análisis y capacidad de llegar a diferentes colectivos. “El candidato solo no llega, tiene que estar rodeado de un grupo de profesionales, no necesariamente del partido, que aporten desde diferentes ámbitos y asesoren”, justificaban fuentes de la dirección sobre el análisis que encabezó en la ejecutiva Pedro Sánchez. Eso sí, entienden que lo primero es que no se acude a las urnas con un candidato distinto cada vez que hay comicios, para ofrecer la imagen de un candidato bregado en la oposición, con recorrido en el territorio.

Relación con el BNG

Después de mantener una actitud conciliadora con el BNG durante la campaña, sin entrar al choque para no desmovilizar al electorado progresista y confiando empujar así un vuelco electoral, en el PSOE dan síntomas de revisar esta estrategia. El análisis, según trasladaba la número dos del partido es que el BNG "reflejó mejor la posibilidad de impulsar un cambio" y, por tanto, la ciudadanía favorable a ello "depositó su voto en esta fuerza". "Esto explica la caída en número de escaños y votos del PSOE", concluía.

Este análisis obvia que, a la espera del recuento del voto exterior, los nacionalistas gallegos aumentaron en 156.000 votos y los socialistas perdieron 46.000. Con todo, los socialistas anticipan un cambio de actitud con el BNG, pasando a adoptar una relación más competitiva: "Hay que saber interpretar esto porque en Galicia no habrá cambio de Gobierno si no es hegemónico el PSOE".

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