Gobierno de coalición

La "victoria" de Sumar con la ley del suelo le alienta a seguir su estrategia de choque contra el PSOE

Yolanda Díaz marca un hito en lo que va de legislatura al cambiar el paso hacia su socio de Gobierno: "Mano de hierro, guante de seda"

Yolanda Díaz e Íñigo Errejón durante la comparecencia de Pedro Sánchez esta semana en el Congreso.

Yolanda Díaz e Íñigo Errejón durante la comparecencia de Pedro Sánchez esta semana en el Congreso. / José Luis Roca

Ana Cabanillas

El revés del PSOE en el Congreso da oxígeno a Sumar en su nuevo rol como socio minoritario del Gobierno. Esta semana Yolanda Díaz se mostró dispuesta a tumbar el proyecto de ley del suelo salido del Consejo de Ministros y, aunque sus votos no eran decisivos -el resto de socios tampoco lo apoyaban-, el Gobierno terminó retirando la norma de la Cámara y negociará sus apoyos antes de volver a llevarla. El paso atrás de los socialistas, que en Sumar consideraron una "victoria", ha supuesto un espaldarazo a su socio minoritario de coalición, que ve afianzado el cambio de estrategia emprendido en las últimas semanas, por el que han endurecido sus posiciones respecto al PSOE y han perdido el miedo a cuestionar públicamente al ala mayoritaria del Gobierno.

"Mano de hierro, guante de seda", es como definen algunos cargos de la coalición esta senda de Sumar. Un rumbo que, apuntan distintas voces, no está únicamente orientada a marcar perfil propio en la campaña electoral para las europeas, sino que va camino de perpetuarse más allá del 9 de junio como una segunda etapa de la coalición, después de unos primeros meses donde los de Díaz quedaron seriamente desdibujados por la acción socialista.

Este mismo jueves, en el acto de apertura de campaña, la candidata de Sumar, Estrella Galán, no dudó en azuzar este asunto como bandera electoral, asegurando que la ley "favorece la especulación y no defiende el derecho a la vivienda", y lanzando un mensaje directo a los socialistas: "Si el PSOE va a seguir mirando a la derecha para sacar este tipo de leye, como hace en Europa con la fiscalidad o el pacto de migraciones, con Sumar que no cuente", defendió Galán en su primer mitin. La exdirectora de CEAR no dudó en señalar directamente a la vicepresidenta socialista: "Están planteando a Ribera como una candidata verde. Desde aquí le pido que nos diga cuál es su posición sobre este Ley del Suelo", le retó.

Las fases de Sumar

Los movimientos de Sumar esta semana, con su oposición frontal a una ley del Gobierno, han causado un importante malestar entre los ministros socialistas, que no ocultaban su enfado contra la vicepresidenta segunda del Gobierno. Sin embargo, el balance para Sumar es de éxito. No sólo celebraron la retirada de la norma como una "victoria de la izquierda", logrando remarcar sus diferencias con el PSOE, sino que les ha brindado importantes cotas de protagonismo, situándole en el centro del debate precisamente por rechazar una norma que entremezcla dos materias que, aseguran, para Sumar son "casus belli" dentro del Gobierno, como son la vivienda y la protección medioambiental. Un papel diametralmente opuesto al que exhibieron en los primeros compases de la legislatura, donde la estrategia de Yolanda Díaz le llevó incluso a asumir como propias tesis de los socialistas.

La filosofía en Sumar ha cambiado, y lo ha hecho en distintas fases. El primer hito de la legislatura fue la crisis de los decretos, cuando Díaz vio que decaía su reforma de los subsidios. Lejos de remarcar sus diferencias, Díaz terminó sufriendo la derrota de su norma por un apartado que le había sido impuesto durante la negociación de la norma con Nadia Calviño en el seno del Gobierno. Y mientras su medida estrella decaía, acusaba al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, de lograr el apoyo a los decrtos socialistas a cambio de contrapartidas que nada tenían que ver con esos textos. "Estamos negociando maniatados", se quejaban en Sumar, que sin embargo centraban sus críticas en el partido morado y evitaban exhibir su malestar con los socialistas.

Este episodio despertó un profundo debate en el seno del grupo parlamentario y en los distintos partidos de la coalición de Yolanda Díaz, donde algunas formaciones como Más Madrid, Compromís o IU abogaban por endurecer el discurso frente al PSOE para evitar verse fagocitado. Después de aquello, Sumar pidió en febrero una reunión para revisar el acuerdo de coalición, en una tímida exhibición de su malestar que sin embargo no fue atendida hasta tres meses después.

Presupuestos y reflexión

El segundo momento de ruptura llegó en marzo, cuando Pedro Sánchez renunció a presentar los Presupuestos Generales de 2024 sin comunicárselo a Sumar, que venía cómo se esfumaba la posibilidad de poner en marcha algunas de sus principales medidas sociales incluidas en el acuerdo de Gobierno. Este movimiento limitaba aún más la capacidad de Yolanda Díaz dentro del Consejo de Ministros y ya encontró por primera vez una respuesta que, siendo precavida, ya no dudaba en afear al PSOE sus movimientos. Sin embargo, en lo sustancial Sumar seguía manteniendo su misma estrategia, que consistía en guardar "lealtad" al Gobierno, ahorrarse las críticas públicas y pelear dentro los debates; una línea que muchas voces han llegado a cuestionar, por el alto riesgo de voto de fuga al PSOE que suponía no marcar bien las distancias.

Pero el tercer acto de este nuevo rumbo, y el que marcó un antes y un después, fue la reflexión de cinco días del presidente de Gobierno. Esos días Sumar exhibió un respaldo total, llegando a manifestarse para pedir su continuidad. Pero una vez que confirmó que se quedaba, sobrevoló la sensación de haber sido utilizados para cohesionar aún más los apoyos en torno a Pedro Sánchez.

Desde entonces, los reproches de Sumar han subido de nivel, y la principal crítica es que, en su discurso tras la refelxión, anunciara un "punto y aparte" en la legislatura que sin embargo estaba vacío de contenido. Desde entonces, Yolanda Díaz no ha dudado en anunciar medidas de todo tipo para tratar de marcar el paso al PSOE y presionar desde la izquierda proponiendo en solitario la ley para modificar las mayorías del CGPJ, la derogación de la Ley mordaza o una ley para suprimir las Golden visa. Unas medidas que han ido acompañadas de un cambio de discurso, por el que Sumar no se se ahorra ya críticas hacia el socio mayoritario de Gobierno. Un rumbo propio que esta semana en el Congreso ha servido de toque de atención al PSOE, con un mensaje claro, según resumen en Sumar: "O negocias con nosotros, o las cosas no salen".

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