TODOS IRÁN A MONCLOA

Los barones del PP renuncian a negociar la financiación autonómica bilateral con Sánchez en su cumbre con Feijóo

Todos los presidentes autonómicos, también Ayuso, acudirán a la llamada de Moncloa para abordar los asuntos propios de sus comunidades. El compromiso es no cerrar de manera bilateral nada que afecte a la financiación

Isabel Díaz Ayuso y Feijóo en la cumbre de presidentes del PP.

Isabel Díaz Ayuso y Feijóo en la cumbre de presidentes del PP. / José Luis Roca

Los presidentes autonómicos del PP se reunirán con Pedro Sánchez en la Moncloa cuando reciban la llamada, pero no hablarán de financiación autonómica. Es el compromiso que adquirieron todos en la cumbre organizada por Alberto Núñez Feijóo este viernes en Madrid. Desde que el encuentro empezó a organizarse hace semanas, han sucedido muchas cosas. El líder de los populares llevaba días tratando de unificar posiciones y dejar claro que las autonomías gobernadas por su partido no se enfrentarían entre sí ante la tentación de una financiación singular para ellas, después de que el Gobierno haya sugerido que esa posibilidad existe porque no será solo para Cataluña.

Veinticuatro horas antes del encuentro Isabel Díaz Ayuso hizo un llamamiento expreso a sus compañeros del PP para “que no compraran la estrategia de Sánchez” y su “intento de soborno”. Esas palabras daban a entender que existían dudas en algunos barones. El malestar entre algunos de sus compañeros de partido fue más que evidente. La dirigente madrileña insistía en que no debían sentarse con Sánchez “a negociar nada” en el contexto actual. En la cumbre popular tampoco deshojó la margarita, pero celebró el acuerdo de que “todo lo que tenga que ver con la caja común” se hablaría exclusivamente en un foro con todas las autonomías. Ya en la tarde del viernes, cuando la reunión había terminado, el entorno más cercano a Ayuso aseguraba que también ella acudirá a la llamada de Moncloa para abordar los asuntos de su comunidad y que no tengan que ver con la financiación.

“Claro que me gustaría hablar del destrozo absoluto de las Cercanías y el descontrol migratorio”, llegó a decir la dirigente madrileña ante los micrófonos. Una frase que poco tenía que ver con su discurso del jueves ante el PP de Madrid deslizando la posibilidad de no acudir a Moncloa. Enfrente, otros líderes territoriales como el andaluz Juanma Moreno defendían desde el principio el “respeto institucional”: “Claro que vamos a hablar con todo el mundo, por supuesto con el presidente del Gobierno”, afirmó el presidente de la Junta de Andalucía. Pero también añadía: “Lo que no vamos a aceptar es la bilateralidad [sobre financiación]”. El mismo mensaje expresado de manera muy distinta.

La realidad es que la imagen de unidad del PP estaba limitada desde el principio a crear un frente anti Sánchez y, sobre todo, de rechazo absoluto a su pacto fiscal con ERC. No estaba previsto en ningún caso abrir el melón del nuevo modelo de financiación, ni tampoco los populares están trabajando en unificar posturas para hacer una propuesta concreta en la que, por ejemplo, decidan los criterios prioritarios para ese nuevo sistema. Génova insiste en que esa es la tarea del Ministerio de Hacienda. Pero hay autonomías que reconocen abiertamente que la negociación sería complicada porque los puntos de partida están lejos.

“No hablaremos de dinero con Sánchez”

“Lo que hemos acordado con total claridad es que no vamos a hablar de dinero con Sánchez en Moncloa”, resume un presidente autonómico. “Y que todos defendemos la caja común”, añade.

El verdadero objetivo de Feijóo era conseguir la firma de todos sus presidentes renunciando a ese tipo de bilateralidad. Pero, sobre todo, enviar un mensaje a Moncloa de que no será tan fácil dividir a sus barones autonómicos. El miedo en el entorno del líder del PP era, precisamente, que el Ejecutivo lograra “camuflar” su acuerdo con ERC -que todo apunta a un concierto- con una suerte de “café para todos” como ya anunció con la condonación de deuda el otoño pasado, a pesar de que por ahora ha quedado en papel mojado.

En el momento de debilidad en el que se encuentra Sánchez -y las propias dudas que genera dentro del PSOE- en la dirección nacional tenían claro que no se podían permitir fisuras en su bloque. Cualquier fragmentación, reflexionaban en Génova, podía utilizarse por el Gobierno para desmontar la oposición del PP y disfrazar de alguna manera el acuerdo con los independentistas.

El documento firmado por los catorce gobiernos populares habla de “condenar totalmente la artimaña de la bilateralidad” con los separatistas y pone negro sobre blanco que “la actualización del sistema como cualquier cuestión relacionada con el mismo deben abordarse entre todos” y “no mediante encuentros arbitrarios, a capricho del Gobierno central y a puerta cerrada”. Eso es en el marco del Consejo de Política Fiscal y Financiera. “Las comunidades gobernadas por el Partido Popular nos comprometemos a tratar estos asuntos únicamente en los foros multilaterales diseñados para ello”.

La declaración excluye directamente que en las reuniones que Sánchez pretende convocar uno a uno se hable de financiación, a pesar de que los presidentes autonómicos son conscientes de que otros muchos asuntos que afectan a sus autonomías están íntimamente ligados al dinero que reciben del Estado. 

El documento del PP critica el Fondo de Compensación Interterritorial anunciado por Sánchez, y exige un Fondo Transitorio que pueda paliar la “infrafinanciación que padecen” todas las autonomías, además de la creación de “un verdadero y eficaz fondo complementario de nivelación” financiado con recursos del Estado hasta que se renueve el sistema de financiación. Esta necesidad de nivelar la situación cuanto antes fue especialmente remarcada por el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón. La otra propuesta habla de que el Estado inyecte 18.000 millones de euros de los fondos europeos que no se están ejecutando a las autonomías. Una iniciativa que ya descartó la vicepresidenta María Jesús Montero en la misma tarde de ayer con fuertes críticas al líder del PP, al que acusó de no conocer cómo funcionan los Next Generation.

Sin embargo, la sensación que quedó en la dirección nacional fue de “objetivo cumplido”, consciente también de que consiguieron no pisar un solo charco. El ‘atrezzo’ de la reunión estuvo enfocado a imitar la escenografía del Palacio de la Moncloa -en otro emplazamiento de la capital, el Palacete de los Duques de Pastrana, muy cerca de Chamartín-. Después de abordar la financiación durante casi dos horas, los presidentes continuaron hablando de inmigración -el otro gran debate nacional- a la espera de avanzar en un posible pacto con el Gobierno que incluya las demandas de las autonomías. En el almuerzo posterior también estuvieron los barones territoriales que no gobiernan. Era realmente el arranque de curso oficial para el PP.

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