AUDIENCIA NACIONAL

El excomisario de Barajas, condenado a tres años de prisión por recibir un Porsche y dinero a cambio de un "trato preferente"

La Audiencia Nacional corrige así su condena inicial, que era de cinco años y ocho meses de prisión y que tuvo que anular en julio por contradicciones

El excomisario del Aeropuerto de Madrid-Barajas, Carlos Salamanca (i) habla por teléfono a su salida de la Audiencia Nacional

El excomisario del Aeropuerto de Madrid-Barajas, Carlos Salamanca (i) habla por teléfono a su salida de la Audiencia Nacional / Europa Press

Carlos Salamanca, el que fuera comisario jefe del aeropuerto de Barajas, ha sido condenado a 3 años y 3 meses de cárcel por haber recibido dádivas entre 2010 y 2015 tanto en especie (Porsche, Rolex...) como en metálico (se calcula que cerca de medio millón de euros) por parte de empresarios a cambio de dispensar un trato preferente a sus clientes y familiares cuando llegaran a suelo español. Así lo ha decretado la Audiencia Nacional en una sentencia a la que ha tenido acceso este periódico y en la que se le condena por un delito continuado de cohecho pasivo propio.

Se trata de la segunda sentencia sobre estos hechos, ya que el pasado mes de julio la Sala de Apelación anuló la primera en la que se condenaba a Salamanca a 5 años y 8 meses de prisión al entender que la resolución adolecía de claridad en los hechos probados y presentaba contradicciones en la calificación penal.

Ahora, con esta nueva sentencia, los magistrados de la Sección Cuarta consideran que han corregido las contradicciones y la falta de claridad que se apuntaban en la sentencia de la Sala de Apelación. Aunque, eso sí, al modificar los tipos penales para encajarlos en el cohecho pasivo se ha producido una rebaja de la condena de casi dos años y medio.

Salamanca, sin embargo, deberá restituir algunas de las dádivas que recibió a cambio de ese trato de favor, pues la sentencia establece que restituya al Estado alrededor de medio millón de euros y que se le incauten dos relojes: un Rolex modelo Oyser Perpetual Date GMT-Mater II (valorado en unos 42.000 euros ) y un Hublot Geneve, que dependiendo de las prestaciones va escalando su precio desde los 7.000 euros.

En el caso del abogado Francisco Menéndez Rubio, que también estaba acusado y que forma parte de la investigación de las cloacas policiales del excomisario José Manuel Villarejo en el caso Tándem, la Audiencia Nacional ha mantenido la condena por un delito continuado de cohecho activo, aunque se le ha aplicado la atenuante "muy cualificada" de colaboración y se ha mantenido la pena en tres meses de prisión. A ambos, además, se les ha absuelto de la acusación de haber favorecido la inmigración ilegal y de haber cometido prevaricación administrativa.

Porsche, un Rolex y dinero

La justicia considera probado que, entre el 20 de junio de 2016 hasta el 3 de noviembre de 2017, Salamanca aceptó regalos "de carácter suntuario", lo que en unos casos fue fruto de la mera consideración a su cargo, y en otros -como ocurre con el del también condenado Francisco Menéndez Rubio- con el objetivo de que dispensara un trato de favor preferente a sus clientes ecuatoguineanos y a los familiares de aquel cuando llegaran al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.

Allí el funcionario policial ejercía sus servicios, “sin que conste que ese mejor trato se materializara en algún acto concreto de que fueran beneficiarios dichos pasajeros que venían a Madrid". Entre esas dádivas, la sentencia menciona la entrega de coches de alta gama (como un Porsche Cayenne valorado en más de 65.000 euros), relojes, viajes y dinero por valor de casi medio millón de euros “para sí y para el disfrute de sus familiares más cercanos”.

También a sus más allegados. De hecho, según se explicó en el juicio, a Salamanca le gustaba reunir a sus amigos los lunes en Cassa Piluca, uno de los restaurantes más castizos de Madrid y uno de los lugares elegidos por José Manuel Villarejo para sus propias reuniones.

Allí, con el Rólex de oro en una muñeca y quejándose de lo poco que ganaba un comisario como él, los testigos que citó la defensa del expolicía contaron cómo Salamanca repartía muestras del poder que le otorgaba ser el hombre que tenía las codiciadas llaves de entrada a Madrid. A uno de sus amigos, por ejemplo, le hizo un préstamo de "30.000, 40.000, 50.000 euros... no lo recuerdo y tampoco sé si se lo devolví"; y, a otro, uno de medio millón que cuando se celebró el juicio todavía no le había devuelto. "No sé cuándo vence, la verdad...", respondió dubitativo.

En ocasiones, además, el dinero que repartía no tenía que ser ni siquiera necesariamente suyo. El otro condenado en esta pieza separada del caso Tándem, Francisco Menéndez Rubio, también conocido como el Pagafantas, contó durante el primer día del juicio que Salamanca le indujo a prestar 60.000 euros a un grupo de artistas de música flamenca para que pudiera producir su propio disco. La cantaora, que pasó por la Audiencia Nacional durante el juicio, aseguró que no devolvieron el dinero.