LEY DE CONCILIACIÓN

Feijóo apuesta por un giro social ante el bloqueo del Gobierno: "Sus electores están frustrados"

El PP empieza con la ley de conciliación un giro hacia una agenda social, convencido de que el Gobierno no podrá dar respuesta política a las demandas de la ciudadanía por culpa de unos socios que no le garantiza estabilidad ni apoyo

Alberto Núñez Feijóo preside el comité ejecutivo nacional del PP este lunes en un hotel de Madrid. / José Luis Roca

En mitad de una oposición feroz contra el Gobierno por su papel en la crisis política de Venezuela, el PP lleva días desgranando medidas que pretende concentrar en una ley de conciliación. Alberto Núñez Feijóo quiere implicar a sindicatos y patronal en su propuesta para darle más solidez antes del debate en el Congreso, que será en unas semanas. La idea es reunirse directamente con los agentes sociales. La directriz del líder conservador a los suyos es exhibir una alternativa al Ejecutivo de Pedro Sánchez, al que acusa de “inoperante” por el bloqueo que sufre en el Parlamento constantemente.

Que los Presupuestos para el próximo año vuelvan a estar en el aire -el jueves se vota la senda de estabilidad por segunda vez y por ahora no hay votos suficientes- y los partidos independentistas sigan sin garantizar la estabilidad del Gobierno a pesar de la ley de amnistía y otras concesiones, dicen en el PP, “deja un espacio enorme” para conquistar a electores “frustrados y decepcionados” con un Gobierno que no puede cumplir sus promesas. 

“La realidad es que cada semana vemos lo que Sánchez tiene que prometer a ERC o a Junts y la incapacidad de legislar. Pero los ciudadanos siguen con sus problemas sin resolver y este Gobierno, que se decía de izquierdas, no da salida a ninguno de ellos”, resume un dirigente de la cúpula conservadora.

En este contexto Feijóo ha apostado por dar un giro social que irá desarrollando en este nuevo curso político, más allá de los exabruptos que a menudo se suceden en los debates internacionales. Empezar por una ley de conciliación no es una casualidad. El tema lleva mucho tiempo en el radar de Génova, después de analizar por distintas vías que es una de las grandes preocupaciones sociales en España, independientemente de la ideología. Tener hijos es cada vez más difícil y sin políticas de conciliación que lo faciliten -reflexionan los conservadores- la situación irá a peor en un momento de crisis demográfica que no hace más que agravarse. 

Algunas de estas medidas ya iban en el programa electoral del PP para las elecciones generales, como la gratuidad de las escuelas infantiles en toda España cofinanciada entre el Estado y las comunidades autónomas. Galicia, con Feijóo en la presidencia, fue la primera comunidad en aprobar esa gratuidad para niños y niñas de cero a tres años. Castilla y León y Comunidad Valenciana se han unido a la iniciativa. 

El fin de semana Feijóo avanzó la siguiente propuesta: ampliar los permisos de maternidad y paternidad hasta las 20 semanas (ahora está en 16) y eliminar la obligatoriedad de que las primeras seis semanas desde el nacimiento deban disfrutarse de forma simultánea.

El PP propone que sean las familias las que decidan cuándo y cómo reparten el tiempo de baja, pero mantienen la intransferibilidad de los permisos. La filosofía de los populares, según explican, es que durante el primer año las familias puedan organizarse en casa para estar siempre con su hijo. Esta misma semana el líder del PP anunciará alguna otra medida de la futura ley, que algunos dirigentes del partido llaman directamente “socialdemócrata”.

Los conservadores quieren que los grupos parlamentarios se retraten en el Congreso y aseguran que podría darse un nuevo caso de impulsar una ley desde la oposición. En todo caso, la iniciativa implica un giro en toda regla. El PP en su anterior etapa, con Pablo Casado al frente, votó en contra de ampliar los permisos de paternidad y maternidad hasta las 16 semanas, aunque aseguraron que lo hacían por “el electoralismo” del Gobierno con esa propuesta a las puertas de unas elecciones.

Feijóo implicó en este giro social a todo el partido cuando ayer en el comité ejecutivo nacional se dirigió a sus filas pidiendo combinar la oposición más dura con lo que llama “política de verdad entendida como servicio público”. 

“Hay otra política y es la que estamos ejerciendo y tenemos que devolver a España. Hay una alternativa que no se va a quedar esperando su turno para poder cambiar y mejorar este país: esa alternativa es el PP y vamos a demostrar que el cambio es posible y que no sólo vendrá por demérito de un Gobierno decadente e inoperante”, zanjó.

Pulsa para ver más contenido para ti

Parte de la estrategia parlamentaria del PP pasa por romper la mayoría de investidura de Sánchez con propuestas que puedan atraer a sus socios habituales. Iniciativas que no solo se mueven en el campo económico o fiscal, sino que llegan a lo internacional -precisamente hace dos semanas lograron reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela con el apoyo del PNV y a pesar del rechazo del PSOE- o ahora el social. “Queremos ver cómo votan en contra de esta medida, que incluye ampliar los permisos hasta las 20 semanas, al resto de grupos”, dicen desafiantes en el grupo mayoritario.

Pulsa para ver más contenido para ti