ANTE EL CUPO CATALÁN

Page presionará al PSOE con una ley nacional para armonizar impuestos y evitar la "competencia desleal"

En la federación de Castilla-La Mancha señalan las contradicciones entre las posiciones clásicas defendidas por el PSOE, también favorables a la armonización fiscal, con el acuerdo para la investidura de Salvador Illa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al presidente del Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, durante un mitin de las últimas elecciones municipales y autonómicas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al presidente del Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, durante un mitin de las últimas elecciones municipales y autonómicas. / Europa Press/Eusebio García del Castillo

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, dará la batalla en el 41 congreso federal del PSOE para tratar de impulsar una “ley nacional de armonización fiscal”. Una reivindicación que trasladará antes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, coincidiendo con la reunión bilateral que celebrarán en Moncloa el próximo 4 de octubre, en el marco de la ronda institucional del jefe del Ejecutivo con todos los presidentes autonómicos.

Se trata de una propuesta que García-Page ya puso sobre la mesa en su anterior investidura, mirando sobre todo a Madrid, y que ahora recupera en medio de su choque con Ferraz y el Gobierno socialista por el pacto fiscal con ERC para la investidura de Salvador Illa. Frente a lo que califica de “privilegios”, el barón díscolo y uno de los tres únicos presidentes autonómicos del PSOE, junto a Adrián Barbón (Asturias) y María Chivite (Navarra), contrapone una norma estatal para “evitar la competencia fiscal desleal entre regiones”. Una forma de señalar las contradicciones entre las posiciones clásicas defendidas por el PSOE, también favorables a dicha armonización fiscal, con el concierto catalán.

Según el documento acordado con los republicanos, sería la Generalitat “la que gestione, recaude, liquide e inspeccione todos los impuestos soportados en Cataluña y aumente sustancialmente la capacidad normativa en coordinación con el Estado y la Unión Europea”. Desde el Ejecutivo insisten en la “corresponsabilidad” fiscal, pero aducen que la armonización fiscal debería incluirse dentro de los criterios de un nuevo modelo de financiación autonómica, sin impulsarla a través de una normativa propia. Una forma de poner freno al denominado ‘dumping fiscal’, convertido en una carrera entre varias regiones gobernadas por el PP para suprimir el impuesto de sucesiones o patrimonio.

La armonización fiscal fue uno de los pocos puntos para la reforma que compartían todos los barones socialistas en la pasada legislatura, ya que sobre el método de cálculo manifestaron las diferencias clásicas entre las comunidades más poblaciones y las que tienen una demografía más reducida y dispersa. El PSOE ya llevó en su programa electoral el compromiso de poner coto a la competencia fiscal a la baja entre territorios. Asimismo, se apostaba por avanzar en el debate sobre la "tributación de la riqueza en el marco del modelo de financiación autonómica para acabar con la competencia fiscal desleal entre territorios". La armonización fiscal como medida para luchar contra las bonificaciones en impuestos como el de patrimonio en Madrid o Andalucía.

En el último congreso del PSOE celebrado en 2021, varias federaciones socialistas promovieron una reforma para equiparar impuestos de las comunidades autónomas. En la ponencia marco se incluyó finalmente que “los y las socialistas debemos reconsiderar la tributación sobre la riqueza acometiendo un proceso de armonización. Esto debe abordarse conjuntamente con la revisión del tratamiento de las rentas del capital en el impuesto sobre la renta para asegurar la adecuada tributación de los contribuyentes con mayores rentas y grandes patrimonios, sin aumentar la carga de las clases medias y mejorar la justicia fiscal”.

Enmiendas en el congreso

En la federación liderada por García-Page están a la espera de conocer la ponencia marco, y donde se fijará la hoja de ruta para los próximos cuatro años, para elaborar sus enmiendas. “Nuestras posiciones son de sobra conocidas”, trasladan desde la dirección después de mostrar su oposición tanto en público como en el último Comité Federal del PSOE.

La ponencia no se cerrará hasta el próximo 25 de octubre, apenas un mes antes del congreso federal que se celebrará en Sevilla entre el 29 de noviembre y el 1 de diciembre. Para su coordinación se han elegido a personas de la total confianza de Pedro Sánchez: la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, la secretaria de Estudios y Programas, Idoia Mendia, y el presidente la Fundación Avanza, Manu Escudero.

Modelo federal

En materia de financiación, fuentes de la dirección regional reconocen cierto ánimo en Ferraz para intentar alcanzar previamente al congreso un consenso de mínimos que evite una batalla en el congreso federal. Algo que consideran que solo se alcanzaría con un texto que sea lo suficientemente ambiguo, limitado a cuestiones compartidas como la necesidad de impulsar un nuevo modelo de financiación autonómica, aumentar los recursos a las comunidades autónomas para financiar los servicios públicos y garantizar la solidaridad entre territorios.

Lo que sí se ha coordinado con Ferraz, para evitar coincidencias con otros territorios, es la fecha de su próximo congreso regional, que se celebrará entre el 18 y el 19 de enero. No se esperan candidatos alternativos a García-Page, resguardado por su mayoría absoluta. Desde la dirección federal tampoco ha habido movimientos, como garantizan desde ambas partes, al contrario del escenario en Aragón, donde en Ferraz se mira a la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, para suceder al otro barón crítico, Javier Lambán.

La otra batalla dentro de la “renovación” ideológica que busca afrontar el PSOE en este cónclave es el modelo federal. En los territorios periféricos apuestan por un “reseteo” de la declaración de Granada, el modelo bajo el que Alfredo Pérez Rubalcaba cosió las diferentes sensibilidades, incluido el PSC, en los albores del ‘procés’. En otras federaciones, principalmente del interior, llaman a blindar aquel modelo para poner “límites”.

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