Los criterios de la OMS son el punto de partida de cada marca para implementar una serie de medidas orientadas a garantizar la pulcritud en el proceso de venta de vehículos nuevos en los concesionarios. Durante una temporada que nadie puede aventurar a saber cuánto durará, la tradicional costumbre de cualquier interesado en adquirir un coche nuevo, esa de entrar a la exposición y acceder a los vehículos con plena libertad para toquetear el interior y examinar los detalles, va a tener que ser postergada. Es evidente que, ante esta situación sanitaria en la que se debe extremar la precaución frente al contagio, permitir que cualquier persona que pudiera estar contagiada manosee libremente las superficies del habitáculo a las que a continuación pueda llegar el próximo cliente, es un lujo que no se pueden permitir ni los clientes, ni los propios empleados de los concesionarios, que también se verían expuestos.
La mayoría de marcas han emitido comunicados oficiales donde exponen sus protocolos de actuación para que la experiencia del cliente se aproxime o incluso se vea enriquecida respecto a la que tenía antes de la crisis del COVID-19. Estos protocolos tienen en común las medidas de higienización de los vehículos expuestos y de las unidades de prueba en carretera (los coches «demo», como habitualmente se les conoce), pero también las de las operaciones de mantenimiento que requieren dejar el coche en taller.
En la mayoría de casos las medidas básicas consisten en la limpieza a fondo de cada unidad (algo que ya se solía hacer), para posteriormente hacer un tratamiento adicional de desinfección. Hay marcas que han optado por usar hidroalcoholes para las superficies más expuestas al toqueteo y hay otras que emplean procesos de tratamiento con ozono, aunque esto requiere de unas medidas de seguridad y de ventilación estrictas para que después se pueda acceder al interior sin problema.
Los clientes que deseen reservar algún tipo de cita cuentan con nuevas opciones a través de internet o de las aplicaciones móviles (en el supuesto de ser cliente de la marca, en muchos casos se dispone de una clave de usuario para hacer gestiones del vehículo desde el teléfono, que incluyen la reserva de cita en taller). Posteriormente se puede dejar y recoger la llave del coche depositándola en un recipiente con luz ultravioleta y recogiéndola dentro de una bolsa que garantiza su previa desinfección. Los coches de las exposiciones deben ser limpiados entre cada visita y generalmente tienen las puertas precintadas como sello de garantía. A la llegada, una persona encargada de recibir a los clientes suele tomarles la temperatura y ofrecer gel hidroalcohólico y guantes antes de acompañarles a la exposición o a la mesa al interesado. En los puestos de atención hay mamparas de metacrilato que sólo dejan espacio en medio para la firma de documentos. Algunas marcas también han mejorado sus páginas web para poder hacer visitas virtuales de sus modelos, a lo que se suma el tradicional configurador que permite imprimir un documento en el que ya consta todo el equipamiento y la versión del coche elegido.