Si de algo puede presumir el palacio real en uso más antiguo de Europa es, además de la riqueza de su patrimonio, de las muchas historias que atesora. Historias cuyos protagonistas nos permiten recorrer mil años de intrigas, celos, envidias, ambiciones y una pasión desmedida por la ciudad que los acogió. De Al-Mutamid a Isabel la Católica, de Pedro I a Cristóbal Colón, de Fernando III a Carlos V, el Real Alcázar de Sevilla fue y continúa siendo un imán para los grandes nombres de todos los tiempos, los cuales, fascinados por su belleza y grandiosidad, continúan alimentando su leyenda.
Desde noviembre de 2021, Sevilla viene celebrando el octavo centenario del nacimiento del rey Alfonso X el Sabio con un programa de alrededor de medio centenar de actividades entre las que figuran exposiciones, ciclos de conferencias, reediciones de libros y encuentros multiculturales. Pero si hay una iniciativa que sobresale por su carácter inmersivo esa es la que Teatro Clásico de Sevilla viene realizando desde hace años en el interior del Real Alcázar, y que en esta ocasión se ha sumado a la efémeride retratando la vida del monarca con el pulso y la calidad a los que nos tienen acostumbrados. Nos estamos refiriendo a las visitas nocturnas teatralizadas que, cada curso que pasa, cuentan con más adeptos entre sevillanos y foráneos, pues permiten descubrir el conjunto palaciego de un modo distinto y cuasi mágico.
Con dirección de Alfonso Zurro y producción de Noelia Díez y Juan Motilla, el Rey Sabio se convierte en el hilo conductor de un recorrido por las entrañas del Alcázar —uno de los monumentos más visitados del país— los jueves y viernes al caer la tarde. Un programa con cuatro pases entre las 21:00 y las 22:30 horas, que se ampliará a los sábados a partir de julio, y que permite adentrarse en los secretos de la vida del monarca al tiempo que se disfruta de los patios, salones y jardines del recinto de manera prácticamente exclusiva. Y es que, además de trasladar a los visitantes la vida, la época y la aportación a nuestra cultura de Alfonso X, es una ocasión sin igual para gozar sin aglomeraciones de maravillas tales como el Patio del Yeso, el Cuarto del Almirante o la Galería del Grutesco.
El itinerario arranca en la Puerta del León, donde, tras ser recibidos por los operarios del recinto hispalense, los visitantes acceden al patio homónimo para comenzar la visita. Una serie de instrucciones por parte del personal de TCS son el prólogo al inicio de un viaje, que, bajo la dulce mirada de Leonor —guía medieval durante la primera parte de la experiencia—, nos conducirá hasta la España de la segunda mitad del siglo XIII, en la que el monarca nacido en Toledo hubo de enfrentarse a la dura crisis económica y a la rebelión de la nobleza, al tiempo que libraba sus propias batallas interiores. En este sentido, y como principal novedad, el texto de Alfonso Zurro arranca con un discurso sensible e intimista por parte de Violante de Aragón —esposa del rey castellano desde 1249— en el que la figura regia no sale muy bien parada, y donde los espectadores empatizan de inmediato con la dama. Un personaje perfectamente dibujado por Zurro y encarnado con vivacidad por la actriz que lo interpreta, a través del cual podemos conocer determinados aspectos de la personalidad del hijo de Fernando III el Santo, los cuales se van ampliando hasta su primera aparición, pasada la primera media hora, tras transitar por espacios como la Sala de la Justicia, el Patio de la Montería o la Capilla de la Virgen de los Navegantes. A partir de aquí, la visita cobra mayor dinamismo, en primer lugar por el recorrido —las grandes joyas del Alcázar se descubren a los visitantes merced al buen hacer de una nueva cicerone llamada Aldonza—, y en segundo lugar por la fuerza del actor que da vida a Alfonso.