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Actualizado: 27 may 2022 / 08:02 h.
  • El tiempo entre costuras, el musical.
    El tiempo entre costuras, el musical.

La joven modista Sira Quiroga abandona Madrid en los meses previos al alzamiento militar de 1936, arrastrada por el amor desbocado hacia un hombre a quien apenas conoce. Juntos se instalan en Tánger, una ciudad mundana, exótica y vibrante donde todo lo impensable puede hacerse realidad. Incluso, la traición y el abandono. Sola y acuciada por deudas ajenas, Sira se traslada a Tetuán, la capital del Protectorado español en Marruecos. Con argucias inconfesables y ayudada por amistades de reputación dudosa, forja una nueva identidad y logra poner en marcha un selecto atelier en el que atiende a clientas de orígenes remotos y presentes insospechados. A partir de entonces, con la contienda española recién terminada y la europea a punto de comenzar, el destino de la protagonista queda ligado a un puñado de personajes históricos entre los que destacan Juan Luis Beigbeder —el enigmático y escasamente conocido ministro de Asuntos Exteriores del primer franquismo—, su amante, la excéntrica Rosalinda Fox, y el agregado naval Alan Hillgarth, jefe de la inteligencia británica en España durante la Segunda Guerra Mundial. Entre todos ellos la empujarán hacia un arriesgado compromiso en el que las telas, las puntadas y los patrones de su oficio se convertirán en la fachada visible de algo mucho más turbio y peligroso.

Este es el argumento de El tiempo entre costuras, la novela con la que la filóloga María Dueñas irrumpió en el panorama literario en el año 2009 y que, poco a poco, fue convirtiéndose en un fenómeno sin precedentes tanto a nivel nacional como internacional, llegando a vender la friolera de 10 millones de ejemplares y siendo traducida a 40 idiomas. Dicho éxito, como era de esperar, no solo cambió la vida de esta profesora nacida en Puertollano (Ciudad Real), sino que impulsó la realización de una serie de televisión producida por Boomerang TV para el canal Antena 3 —hoy puede disfrutarse en las plataformas digitales—, e incluso una segunda novela titulada Sira y publicada por la editorial Planeta en abril de 2021.

Estreno en Zaragoza

Sin embargo, la gran sorpresa llegó ocho meses después del lanzamiento de la secuela, con el estreno mundial de El tiempo entre costuras, el musical, espectáculo producido por DarioRegattieri (BeonEntertainment) que vio la luz el 2 de diciembre de 2021 en el Teatro Principal de Zaragoza. Un montaje con letra de Félix Amador, música de Iván Macías —ambos responsables del laureado musical El Médico—, y dirección de Federico Barrios Fierro que cuenta con un elenco de 21 actores además de siete músicos y un equipo de alrededor de cincuenta personas, entre técnicos, regidores, maquinistas y escenógrafos.

Tras recorrer ciudades como Valencia, Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife y Madrid, El tiempo entre costuras recala en el Teatro Cartuja Center-CITE de Sevilla precedido de excelentes críticas. Un recinto donde permanecerá hasta el próximo domingo, y que, merced a su buena acústica y las grandes dimensiones de su escenario, permite disfrutarlo en toda su dimensión.

«El tiempo entre costuras»: un musical con alma

Antes de entrar en materia —quien escribe estas líneas tuvo ocasión de asistir al estreno de ayer jueves en Sevilla—, si tuviéramos que definir con una sola palabra este producto artístico basado en la novela de María Dueñas optaríamos por «valiente»; probablemente el mismo término que deberíamos utilizar para referirnos a El Médico, el musical,y que se nos viene a la cabeza al conocer el proyecto basado en otra novela icónica, La historia interminable, que ya prepara Beon Entertainment para estrenarlo en otoño. Y es que hay que tener muchas agallas para enfrentarse a retos de este calibre en unos tiempos donde la cultura no atraviesa su mejor momento —se ve que a los productores les va la marcha, porque en plena pandemia se atrevieron con el festival Bekultura Fest y La noche de los Musicales, ambos con un gran despliegue técnico y humano—.

Recreando la magia

Más allá de este detalle —meritorio sin duda—, hemos de decir que la versión de El tiempo entre costuras dirigido por Federico Barrios Fierro (West Side Story, Sonrisas y Lágrimas, Cabaret), entra por los ojos nada más abrirse el telón, lo cual es un indudable punto a su favor. Y es que su cuidada puesta en escena, que cuenta con profesionales de la talla de Ricardo S. Cuerda —uno de los mejores escenógrafos en la actualidad—, Felipe Ramos —gran labor en el diseño de iluminación—, Javier Isequilla —notable diseño de sonido— y Lorenzo Caprile y Marietta Calderón —la colaboración entre ambos da lugar a un extraordinario vestuario que nos envuelve en la magia narrada en la novela—, solo puede arrojar resultados positivos. Aunque es sin duda el reparto, liderado por la madrileña Laura Enrech, el que merece los mayores elogios. De ella podemos decir que, tras afrontar el difícil reto de encarnar a Sira Quiroga —un papel que en el imaginario colectivo posee el rostro de Adriana Ugarte—, cumple con nota alta, no solo en las escenas textuales —donde sabe imprimirle a su personaje la dulzura, el tesón o la sagacidad que este requiere en cada momento— sino especialmente en las melódicas, brillando con luz propia entre un elenco desprovisto de grandes nombres pero que rebosa profesionalidad y sobre todo mucha alma.

En este sentido, El tiempo entre costuras, cuyo ritmo no decae en ningún momento pese a sus dos horas y media de duración, es un delicioso ejercicio coral donde Sira es el eje sobre el que gravitan figuras, decorados y cambios de vestuario, y en el que el libreto de Félix Amador, que condensa con acierto las 600 páginas de la novela de María Dueñas —quien por cierto ha participado en el proceso de creación del musical—, y sobre todo la música de Iván Macías —exquisita, como todo lo que sale de su talento—, nos permiten viajar por el Madrid de los años treinta, el Marruecos del Protectorado español y la Europa de la Segunda Guerra Mundial sin movernos de la butaca. Un periplo fascinante en el que hemos de mencionar el trabajo de María Gago dando vida a Candelaria Ballesteros, alias ‘La Matutera’ —entre tanto drama y momentos de tensión, se agradecen mucho sus aportes de humor, pero también su exquisita voz—, Joselu López como Marcus Logan —gran presencia escénica y depurada técnica vocal—, Ricardo Soler como Manuel Da Silva —al igual que su personaje, posee orígenes lusos—, Naomi Mizoy en el rol de Dolores Quiroga —bellísima su canción sobre los horrores de la guerra—, y Silvia Álvarez como Rosalinda Fox —en todo momento aporta la elegancia que su personaje histórico requiere—.

También es de justicia destacar a María José Santos, responsable de la dirección vocal —la experiencia siempre es un grado—, y Félix Romero, cuyas coreografías y diseño de movimientos resultan clave para lograr la vivacidad que demanda el espectáculo. Eso por no hablar del maquillaje y la peluquería ideados por Aarón Domínguez —todos salidos de las manos de grandes conocedores de su oficio—, los cuales, sumados al resto del equipo técnico dirigido por Pablo Santos y los músicos liderados por Lawrence Aliganga y el propio Iván Macías, hacen de El tiempo entre costuras un musical digno de las mejores producciones de Londresy Nueva York.

«El tiempo entre costuras»: un musical con alma