Situada al sur de Salamanca, la localidad de los Arapiles, situada entre las colinas de Arapil Chico y Arapil Grande, fue una de las más cruentas y decisivas de este 1812 y la Guerra de la Independencia. Gracias a ella el Ejército inglés se hizo con la necesaria calidad técnica de soldados como para ganar a las tropas napoleónicas en Waterloo (Bélgica) en 1815, gracias también a los efectivos que se unieron en Países Bajos, Prusia, Hannover, Nassau o Brunswick. El responsable al mando de todo ello será el duque de Wellington.
Es esta la última aventura narrada en primera persona, además de ser la propia de Gabriel de Araceli, que termina su periplo armamentístico por España casándose con Inés y consiguiendo ser condecorado como general del Ejército, tras haber acumulado méritos como coronel.
En cuanto a las tramas secundarias, veremos como aquel muchacho que participó en el episodio del 2 de mayo, Juan de Dios, se mete a sacerdote, sufriendo (tal y como él mismo describe) inenarrables arrebatos místico-eróticos por Inés, que Araceli sigue escuchando con paciencia, hasta cansarse de él. Otro personaje que tendrá bastante importancia en la trama será don Luis de Santorcaz, que descubrimos es el padre biológico de Inés y amante de Amaranta, un tipo venido a menos desde que participó en París en la Revolución, y que aquí quiere retener sea como sea a su hija, no sólo porque necesite de sus cuidados, sino debido igualmente a que los franceses se debiliten, ante la triple alianza Portugal-Inglaterra-España por la que Gabriel apostará, a pesar de que en un principio el afianzamiento de los napoleónicos, gracias a Pepe Botella o José I Bonaparte (hermano del Emperador) es patente y sobrada.