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Actualizado: 21 dic 2022 / 08:11 h.
  • «La literatura puede ser tan entretenida como un partido de fútbol»

Nacido en un humilde barrio de Sevilla, Luis M. Cabrera pasaba las horas de clase dibujando y sin atender al maestro. Siempre quiso estudiar Bellas Artes, pero al considerar que los estudios no eran lo suyo, la opción de entrar en una carrera era inviable. La casualidad quiso que, a la edad de 18 años, un profesor de Bellas Artes viera sus dibujos y le invitara a asistir a sus clases. Es en ese contexto cuando descubre que para vivir del arte no hace falta un título, sino talento. Luis decide hacer viñetas sobre su equipo de fútbol, el Sevilla FC, teniendo estas una gran aceptación en redes sociales.

A partir de entonces, sus dibujos comienzan a aflorar de manera brillante, llegando a colaborar con el propio equipo hispalense. Como no podía ser de otro modo, Luis llama la atención de los medios y asiste a varias entrevistas de radio, siendo en una de ellas cuando el presentador Javi Nemo le ofrece la posibilidad de hacer su propio libro. De este modo, Cabrera debuta en el mundo literario como ilustrador con el libro «La Prueba», y más tarde cumple su sueño al publicar su propio libro, «Yo soy el Sevilla FC» (Punto Rojo Libros), donde cuenta la historia del club de sus amores; una obra que superó todas las expectativas en cuanto a ventas y recepción por parte de los lectores.

Desde entonces, Luis M. Cabrera no ha dejado de ilustrar obras para infinidad de autores, ampliando su gama de registros e incrementando su prestigio dentro de la industria editorial. Ahora nos sorprende con «El gol que nos cambió la vida», un cómic ambientado en el año 2006, cuando el equipo de Nervión comenzó a forjar su leyenda...

¿Cómo se te ocurrió la idea de este libro?

No sé decirte el cómo, pero sí que era algo que siempre tuve en mente. Nunca antes había podido escribir una historia cien por cien original en la que dar rienda suelta a mi imaginación, así que sabía que tarde o temprano la idea de hacer un cómic guionizado por mí sería llevada a cabo.

¿Tenías clara la historia completa antes de ponerte manos a la obra o fue surgiendo mientras dibujabas las viñetas?

No al cien por cien. Tenía claro el principio, el final y el arco en el que se establece la historia. Pero el desarrollo desde el principio, hasta llegar al final es lo que tenía que ir masticando día a día. No puedo decir que la obra surgiera mientras dibujaba las viñetas. No me gusta sentarme e improvisar. Primero, me gusta tener establecido el qué voy a hacer y el cómo. Antes de coger el lápiz, ya tengo un manual escrito previamente sobre lo que toca dibujar.

«El gol que nos cambió la vida» arranca con un prólogo de Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi. ¿Te costó mucho convencerlo?

Ni siquiera hubo que convencerlo. Se mostró siempre con la actitud de ayudar. Es algo a lo que siempre le estaré agradecido. Una persona tan influyente y aclamada como él podría haber perdido la cabeza hace tiempo y haberse deshumanizado, pero la sensación cuando te acercas a su entorno, es la de ser una persona más que, si puede ayudarte, lo hará.

Tras un buen número de años ilustrando las previas del Sevilla en color, ¿por qué has optado por el blanco y negro?

Creo que el blanco y negro favorece a la historia. Ayuda a crear ese entorno melancólico que envuelve al cómic y al recuerdo que tenemos cuando pensamos en el gol de Puerta. Si hay colores que definan la melancolía, para mí son el blanco y negro, por eso opté por editarlo así.

El relato comienza con un sevillista de raza, Paco Pozo, que no atraviesa un buen momento. Háblanos de él.

Es un personaje que siento muy humano. Atraviesa un momento duro en su vida pero muy común en las casas de España, el momento en el que te abraza la soledad. Tarde o temprano a todos nos llega y ver cómo lidia con ella hace que lo sienta como un personaje real.

Seguidamente, «El gol que nos cambió la vida» pone el foco en un Sevilla F.C. que se halla inmerso en la celebración de su centenario pero que no termina de ilusionar a la afición. ¿Cómo recuerdas aquel año?

Con muchísimo cariño. Yo tenía once años y recuerdo que justo fue la temporada en la que empezaba a ser más consciente de lo que suponía el fútbol en esta ciudad y en la que, definitivamente, me volví un obseso del fútbol. Recuerdo además, con bastante cariño, todos los balcones de la ciudad llenos de banderas con el logo del centenario, en un ambiente así, ¿cómo no me iba a enamorar de este club?

Y llegamos a la Noche de Reyes de 1993, un salto en el tiempo nada casual...

Sin duda, para mí, es la noche más mágica del año. Quería mostrar la unión que tenía Paco con su familia, y para ello creo que no hay nada mejor que una buena escena de Reyes Magos.

A partir de ese momento, la obra comienza a volverse cada vez más emocionante, llegando incluso a enternecer al lector.

Sí, a partir de aquí la realidad sacude al protagonista y nos hace ver que todo en esta vida puede cambiar. Tanto para bien, como para mal.

Pero para emoción, la de aquella noche del 26 de abril de 2006. Cuéntanos cómo la viviste.

Pegado a una radio. Yo no era socio del Sevilla, por lo que no pude ir al partido y, como anécdota, aquella vuelta de semifinales de UEFA no fue televisada en España. Por lo que solo había una manera de verlo, o en el estadio o imaginándola con la radio. Me tocó lo segundo y lo disfruté a mi manera. Recuerdo vagamente a mi padre entrando a mi cuarto con sus cascos de radio puestos gritando «¡Gol de Puerta!».

La Navidad es tiempo de magia, por lo que vamos a terminar la entrevista formulando un deseo. ¿Quién te gustaría que leyera «El gol que nos cambió la vida»?

No soy una persona a la que le ilusione el hecho de llegar a muchos lectores. Sí que me gustaría que personas que nunca leyeron un libro, se acercaran a este cómic y descubrieran que la literatura puede ser tan entretenida como un partido de fútbol.