«El pan a secas» es «El pan desnudo» en las anteriores traducciones al español.
Un libro tremendo, el terrible relato en primera persona de un adolescente criado en la calle, maltratado por su padre y por la sociedad, cuya historia termina, curiosamente, cuando aprende a leer y a escribir. Como si la promesa de este hecho fuera un exorcismo capaz de deshacerle de los demonios del pasado.
Y así fue. Porque merced a ese regalo que fueron para Mohamed Chukri las letras, pudo dedicar la vida a escribir, pudo relacionarse con el grupo de escritores que hicieron de Tánger una parada ineludible a mediados del siglo XX: Paul Bowles, Jean Genet, Teneesee Williams. Nos dejó un testimonio desgarrador, sobre todo porque sabemos que hoy, jóvenes y adolescentes sufren, aman y sobreviven como lo hizo Chukri, como si el tiempo no hubiera pasado, como si las sociedades no hubieran aprendido nada.