Carlos Sanrune es el autor de una novela emblemática de la literatura LGTB, «El gladiador de Chueca» (1992), en la que daba voz a un personaje marginal, e iniciaba con ello un camino de visibilidad que pronto se desbordó. Es un libro que estará siempre unido a la historia reciente de ese barrio de Madrid. Inseparable de la vida de las generaciones que maduraron en ese crisol que fue la Movida madrileña.
Con la reciente «La sangre que mató tu sonrisa», su obra más extensa y más sólida, Sanrune se adentra en una literatura reivindicativa y humanista, que sin embargo va a mantener la atención del lector y la tensión dramática hasta el último momento.
La perturbación de la Guerra Civil y la vida en Madrid en los tiempos convulsos de la guerra no es un tema nuevo en la literatura ni en el cine o la televisión. Pero en «La sangre...» se retrata de una manera inédita, casi como si fuera una crónica, por momentos parece la escaleta de una película debido a los giros que va tomando el argumento, a cómo se van consolidando las personalidades de los personajes, en la manera en que se van componiendo las sucesivas escenas.
Se trata de una ficción profunda, realista, que se construye sobre un triángulo amoroso entre unos jóvenes muchachos durante la contienda. Sus relaciones estarán previamente marcadas por la posición social de cada uno de ellos, y predestinadas por sus ideologías.