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Actualizado: 17 jun 2021 / 07:30 h.
  • Una escena del montaje de Producciones Imperdibles.
    Una escena del montaje de Producciones Imperdibles.

Pedro I, Carlos V, Velázquez, Pablo de Olavide, Bécquer, Cernuda... Todos estos personajes tienen en común el haber nacido o dejado su impronta en la ciudad de Sevilla y ser objeto de algunos de los mejores espectáculos teatrales de los últimos veinticinco años. Figuras indispensables de nuestra historia a las que Producciones Imperdibles dio vida en espacios patrimoniales como el Real Alcázar, la antigua Casa Profesa de la Compañía de Jesús o la Torre de Don Fadrique, y a las que ahora se suma Fernando de Magallanes. Y es que, como no podía ser de otra forma, el navegante portugués debía formar parte del repertorio de la compañía teatral en el V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo, esta vez con el apoyo del ICAS y en un espacio tan sugerente como el refectorio del antiguo convento de Santa Clara de Sevilla.

Bajo el título Primus Circumdedisti Me. Corazón y delirio de Fernando de Magallanes, el director responsable de trabajos como Poeta en Nueva York, La noche oscura o Mirando al cielo nos presenta una de las versiones más originales de cuantas han surgido acerca del capitán general de la Armada de la Especiería. Partiendo de textos como el diario de a bordo del italiano Antonio de Pigafetta, Relación del primer viaje alrededor del mundo (1524), o el excelente retrato que hiciera del luso Stefan Zweig en Magallanes: el hombre y su gesta (1937), José María Roca González construye un libreto a la medida del único actor del espectáculo, Santi Rivera, con el que narra la aventura que diese lugar a la primera circunnavegación de la Tierra entre 1519 y 1522. Texto que, interpretado a modo de monólogo, resume perfectamente los principales hitos del viaje con el inestimable apoyo de los audiovisuales diseñados por el propio Roca.

Curiosamente, en lugar de navegar a bordo de la Trinidad, la nao capitana de la expedición que buscaba llegar a las Islas Molucas por occidente, el Magallanes de Producciones Imperdibles va sentado en una silla, aunque esta difiere bastante de aquellos muebles portátiles empleados por el emperador Carlos V o su hijo Felipe II a causa de la enfermedad de la gota; más bien se trata de un artefacto mecánico que, además de contener focos y estar provisto de videocámara, parece conectar el descubrimiento del Estrecho de Magallanes con la llegada del Hombre a la Luna, así como otros hitos de la innovación industrial y tecnológica que cambiaron nuestra percepción del mundo para siempre. Este sello, marca de la casa, es lo que distingue al espectáculo creado por Roca y lo eleva a categoría de poema visual, pues deja en manos de Rivera el poder evocar mediante la palabra —por supuesto unida a las impactantes imágenes, la música y el sonido ambiente—, el contexto, las vicisitudes y las contradicciones que rodearon a una de las gestas más importantes de todos los tiempos. No obstante, nada de ello sería posible sin la perfecta simbiosis entre actor, guion y dirección, que al igual que ocurriese en Bécquer, la vigilia del sueño, consiguen obrar un montaje onírico aunque cercano, pues dadas las reducidas dimensiones del espacio únicamente puede acoger a 50 espectadores, los cuales se sumergen en el refectorio como el joven San Hugo en el extraordinario lienzo de Zurbarán.

Magallanes: locura y gloria en el refectorio

Si hermoso es el conjunto y el uso que José María Roca hace de él —el espectáculo se desarrolla a la luz de unos fanales dispuestos sobre las mesas del antiguo comedor de las monjas—, mejor es la interpretación de Santi Rivera, uno de los actores sevillanos del momento, quien alterna su trabajo en esta producción con su participación en La Odisea de Magallanes-Elcano de Teatro Clásico de Sevilla. Pese a su juventud, el intérprete graduado en la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla tiene en su haber una extensa trayectoria en la que sobresalen obras de Aristófanes, Shakespeare, Zorrilla, Lorca o Alberti. Aquí su reto es doble, pues además de meterse en la piel de un personaje indispensable de la Historia Moderna, debe hacerlo con la limitación que supone el estar sentado. Algo que suple con una cuidada dicción, un dominio constante del tempo y una búsqueda de la verdad inherente a su persona. Y es que el Magallanes dibujado por Roca es, más que un hombre de acción, un personaje poliédrico y adelantado a su tiempo que vio truncado sus sueños por un exceso de confianza, lo cual en cierto modo es una enseñanza. Por esa razón, como suele ser habitual en los espectáculos de la compañía, Primus Circumdedisti Me. Corazón y delirio de Fernando de Magallanes es una reinterpretación fecunda y sobre todo intimista de un relato ya de por sí apasionante, que cuenta con un defecto que a la vez es su principal virtud: dejarnos con ganas de más.

Lugar: Espacio Santa Clara (c/ Becas, s/n. Sevilla)

Fecha: Del 16 de junio al 31 de julio.

Horario: De martes a sábado, a las 21.30 horas.

Precio: 12 euros.

Entradas: https://bit.ly/3za0QjC