Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
Actualizado: 31 jul 2017 / 10:10 h.
  • Díaz deja claro ante Sánchez que su prioridad es Andalucía antes que el PSOE

Los encuentros entre Susana Díaz y Pedro Sánchez están rodeados de una pompa tan expectante como tensa. Ya no hay vuelta atrás en la relación entre ambos. Es la que es y no hay maquillaje que la oculte. Bajo una primera capa de cordialidad, lealtad y ofrecimientos mutuos para llevar al PSOE a lograr éxitos electorales, se palpan las grandes diferencias ideológicas que existen entre ambos. Modelo territorial y relación con Podemos son dos hiatos en el entendimiento de los dos líderes que van a ser muy complicados de convertir en diptongos.

“Espero que nunca me hagas elegir entre el partido y Andalucía porque soy presidenta de todos los andaluces”, le planteó la secretaria regional de la federación a su secretario general en toda una declaración de intenciones de lo que va a ser su modus operandi a partir de ahora. De la defensa del blanco y verde no la va a sacar nadie. Esta vez Díaz no usó vericuetos ni rotondas discursivas para exponer su forma de actuar respecto al PSOE federal. Todo estuvo envuelto por esos dos colores: el decorado, las luces, el vestuario y lo más importante, el mensaje. La presidenta de la Junta agarra con las dos manos el concepto y la idea de igualdad por encima de cualquier cosa.

Frente a ella, Pedro Sánchez hizo un discurso mucho menos emotivo que la sevillana, pero también igual de claro en cuanto a conceptos a los que no piensa renunciar. No usó el concepto de plurinacionalidad, pero sí el de “nación de naciones”, ya expuesto, dijo, por otros socialistas como Gregorio Pérez Barba, Felipe González o Carme Chacón. También hizo referencia a la mención de este concepto que aparece en un documento de la Fundación Perales encargado por el PSOE andaluz en 2012. Sánchez aseguró que el “federalismo es el futuro” y que ese concepto de nación de naciones “defiende la igualdad social de los españoles vivan donde vivan”. Por su parte, Díaz avisó de que los socialistas andaluces están obligados a defender la igualdad como “herederos” de aquellos que salieron a la calle el 4D y votaron a favor del Estatuto de Autonomía el 28F. “La gente confía en el PSOE que defiende la cohesión y la igualdad. Las asimetrías se traducen en desigualdad”.

Estas distancias notorias estuvieron rebozadas en guiños mutuos de unidad. “Cuentas con la lealtad de todos los socialistas andaluces y la mía la primera”, dijo la andaluza. “Eres mi secretaria general y mi presidenta de la Junta de Andalucía. Susana, tú y yo hablamos el mismo idioma, el de la igualdad”.

Otros de los puntos de fricción entre ambos es la relación y la estrategia a seguir hacia Podemos. Pedro Sánchez no ahondó en el asunto más allá de reiterar lo aprobado en el Congreso Federal en cuanto a “construir una gran alianza social con los movimientos sociales de izquierda”. Susana Díaz, por su parte, sí fue más transparente en esta cuestión. Recordó que en el Parlamento de Andalucía hay una mayoría de izquierdas, “aunque se alían con la derecha para tener bloqueado el gobierno durante 80 días”. Acusó a la fuerza morada de priorizar el “antisocialismo” antes que defender los intereses de Andalucía. Además, hizo un llamamiento a los votantes de izquierda para que vean al Gobierno andaluz como dique frente a la derecha, “que tengan una mirada crítica, pero que sepan que estamos aquí”.