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Actualizado: 10 may 2016 / 16:55 h.
  • El portavoz de IU-UP, Alberto Garzón (d) y el coordinador general de IU Andalucía, Antonio Maíllo.
    El portavoz de IU-UP, Alberto Garzón (d) y el coordinador general de IU Andalucía, Antonio Maíllo.

En las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, Izquierda Unida obtuvo 256.080 votos en Andalucía (un 5,77 por ciento del total), que no se tradujo en ningún escaño. La irrupción de Podemos en esta comunidad, con 749.081 papeletas (16,86 por ciento) y diez diputados en el Congreso, arrinconó a la coalición de izquierdas, que perdió los dos únicos representantes andaluces que tenía en la Cámara baja. El acuerdo entre Podemos e IU para concurrir en una coalición electoral a los comicios del próximo 26 de junio garantiza a la coalición de izquierdas una sexta parte de los puestos de salida, bajo la presunción de que juntos alcanzarán como mínimo los 58 diputados. Esta cifra surge de extrapolar la suma de los resultados que ambos partidos lograron por separado el 20D: cinco millones de votos de Podemos y casi un millón de IU, sin contar los sufragios de las alianzas territoriales en Cataluña, Comunidad Valenciana y Galicia.

Así, en caso de que Podemos e IU en Andalucía sumaran una cifra similar a la obtenida el 20D (1.005.161 votos), la coalición de izquierdas obtendría cuatro puestos de salida al Congreso y uno al Senado. Los espacios que Podemos ha cedido a la coalición de izquierdas son: el número tres por Sevilla, que en las pasadas elecciones ocupó el excoordinador regional de IU, Luis Carlos Rejón, en la candidatura de Podemos (no logró escaño); el número tres por Cádiz, el número dos por Córdoba y el número dos por Málaga. Para lograr que sus candidatos entren en el Congreso, el resultado del 26J tendría que igualar la cota que obtuvieron ambas formaciones por separado en estas provincias, y aún así, la probabilidad es difícil, porque dependerá de la participación y de la complejidad de un sistema electoral que dificulta la pelea entre tres partidos igualados en fuerzas en las circunscripciones más pequeñas. De momento como referencia sirve saber que Podemos, con sus más de 700.000 votos, logró dos diputados por Sevilla (cerca de conseguir un tercero); otros dos por Cádiz (lejos de un tercero); uno por Córdoba (lejos del segundo) y dos por Málaga. Esto quiere decir que, de los puestos de salida que Podemos ha cedido a IU en Andalucía, el único con escaño garantizado según el resultado del 20D, es el número dos por Málaga. El resto dependerá de la suma de fuerzas.

La dirección federal y andaluza de IU decidirán ahora qué personas ocupan estas candidaturas, pero no necesariamente tendrán que ser los mismos que fueron cabeza de cartel de la coalición de izquierdas por esas provincias hace cuatro meses. Dependerá de los candidatos que ponga por encima Podemos, porque al tratarse de listas cremallera, IU puede necesitar una mujer donde antes había postulado a un hombre. Sobre las listas de la formación morada, se sabe que habrá pocas modificaciones respecto al 20D. El exsecretario de Organización de Podemos, Sergio Pascual, volverá a repetir como número uno por Sevilla, igual que el profesor universitario Alberto Montero lo será por Málaga (esto obliga a IU a elegir como número dos a una mujer, aunque hace cuatro meses encabezó su lista por esta provincia un hombre). Pascual, destituido por Pablo Iglesias por su mala gestión de la crisis de Podemos en Madrid, mantiene la confianza del número dos de la formación morada, Íñigo Errejón, razón por la que se ha mantenido como cabeza de cartel por la capital sevillana. La convergencia entre los dos partidos de izquierdas también podría arrebatar al PSOE un diputado por Jaén, una provincia donde Podemos se quedó muy cerca de obtener escaño el pasado 20D.

Iglesias ofreció al líder de IU, Alberto Garzón, concurrir como cabeza de cartel por Sevilla o por Málaga, pero éste ha preferido ocupar el quinto puesto de la lista por Madrid, para representar desde la capital un proyecto federal.