Con la idea de arañar algún punto que daría la posibilidad de certificar de manera matemática la permanencia en el próximo partido en casa ante Las Palmas. Con esa intención viajó ayer la expedición bética a Balaídos, donde aguarda un Celta en estado de gracia –cinco victorias, dos empates y una sola derrota, en el Bernabéu, en los ocho últimos partidos– que busca amarrar la quinta plaza liguera para no tener que disputar molestas fases previas de la Europa League ya a finales de julio.
Merino ha vuelto a dejar fuera de la convocatoria al delantero brasileño Leandro Damiao y tampoco lleva esta vez a Jorge Molina, mientras que el peruano Vargas se cayó a última hora al resentirse de su lesión. Como acompañante de Rubén Castro en la delantera solo va Ricky van Wolfswinkel, aunque parece claro que ante el potencial ofensivo de los gallegos el Betis volverá a jugar de inicio con un solo punta y al centro del campo regresará Petros junto a N’Diaye, para que Ceballos adelante su posición a la media punta, junto a Musonda y Joaquín, o quizás Cejudo, que brindó buenos minutos en la victoria ante el Levante.
Tras la última y agónica victoria ante los valencianos el Betis tiene los deberes casi hechos, pero falta rematar la faena, amarrar la permanencia de forma matemática cuanto antes para evitar sustos de última hora y tratar de conseguir la mejor clasificación posible, porque un buen pellizco de los ingresos económicos a percibir por derechos de TV depende de ello.
El cambio de Xavi Torres por Jorge Molina –que fue titular el pasado sábado– es el único que hay en la convocatoria respecto al partido contra el Levante, y la entrada de Petros por el delantero alcoyano seguramente sea la única novedad en el once. En las filas gallegas, Berizzo puede salir con todo su potencial ofensivo –Aspas, Orellana, Nolito y Guidetti– o apostar por una alineación algo más conservadora, con el Tucu Hernández reforzando el medio campo en lugar del delantero sueco.
El Betis es el único equipo de Primera que no ha ganado a ninguno de los siete primeros y hoy tiene opción de romper esa deshonrosa marca, dar un buen salto en la clasificación y plantarse el martes ante Las Palmas con la salvación matemática en la mano. De perder, estará obligado a seguir mirando de reojo qué hacen los demás.
