El Betis ha superado con sobresaliente la crucial doble cita ante Valladolid y Las Palmas, a decir de algunos los mejores equipos de la categoría hasta que el propio Betis ha hecho añicos esas estimaciones. Siete goles a favor y ninguno en contra que devuelven el liderato a los verdiblancos y los disparan hacia Primera a poco que sean capaces de mantener esa actitud ante rivales en teoría inferiores, que hasta la fecha se le están dando mucho peor que los directos.
Pepe Mel sale tremendamente reforzado tras estos dos partidos, después de que el juego del equipo dejara serias dudas en las jornadas anteriores. Tuvo que poner firmes a los futbolistas tras el deplorable empate de Miranda y hacer algunos cambios en el once habitual en busca de una reacción. Acertó de pleno con la entrada de Dani Pacheco, el banquillazo de Ceballos y el doble pivote Lolo-N’Diaye, pues no dejaron de ser decisiones arriesgadas que a buen seguro se habrían vuelto en su contra de haber salido mal.
Pero han salido bien, perfectas. Gracias especialmente a los infalibles Rubén y Molina, que ayer estuvo otra vez decisivo. Seis goles entre ambos en los dos últimos partidos, Adán camino de conseguir el Zamora (cinco goles encajados desde la destitución de Velázquez), un centro del campo en franca mejoría desde la irrupción de Portillo y la consolidación de la dupla Lolo-N’Diaye, al fin desborde en las botas de Pacheco y una línea defensiva que, a la chita callando, se está mostrando como una de las más sólidas de la categoría, especialmente por la pareja Bruno-Jordi, denostado muchas veces por sistema.
Claro que el plantel bético es manifiestamente mejorable, por supuesto que sí, y que durante varios tramos de la temporada no ha estado a la altura mínima exigida, por supuesto que también. Pero encontrar en Segunda uno con más recursos y potencial es tarea harto complicada, por no decir imposible. Las opciones de Las Palmas y Valladolid se han desvanecido. 7-0.
