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Actualizado: 17 abr 2016 / 10:50 h.
  • Bruno celebra junto a sus compañeros el gol de N’Diaye. / LFP
    Bruno celebra junto a sus compañeros el gol de N’Diaye. / LFP

Bruno jugó ayer un buen rato de la segunda parte con la camiseta y el dorsal de Portillo, pues la suya quedó manchada de sangre tras un choque con un jugador rival y en el banquillo no había un segundo juego, pues estaba en el vestuario. Debido a la distancia entre el banquillo y el túnel de vestuarios, que en Balaídos está situado detrás de una de las porterías, y con la idea de que Bruno estuviera el mínimo tiempo sin jugar, desde el banquillo bético pidieron permiso al árbitro para que Bruno se pusiera provisionalmente una camiseta con un dorsal distinto mientras iban a buscar la otra, y el colegiado accedió. Bruno se puso de la de Portillo y, cuando este entró en el campo, ya en el descuento, para suplir a Musonda, el tinerfeño tuvo que quitarse la camiseta con el dorsal de Portillo y se puso la suya limpia, según la explicación de los hechos dada por el club verdiblanco.

El árbitro del partido, De Burgos Bengoetxea, recogió en el acta lo acontecido, en el apartado ‘Otras incidencias’: “(Jugador: Bruno González Cabrera) Dicho jugador tras manchar su camiseta de sangre jugó desde el minuto 68 hasta el minuto 89 con una camiseta que portaba el número 22 perteneciente a un compañero debido a que el club no encontraba otra camiseta con dicho número, a partir de ese minuto volvió a jugar con su número correspondiente”.