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Actualizado: 27 abr 2018 / 17:20 h.
  • Imagen de archivo de un entrenamiento del Betis con Esnaola y Toni Prats /El Correo
    Imagen de archivo de un entrenamiento del Betis con Esnaola y Toni Prats /El Correo

El cómo, el cuándo y el por qué de un cambio de portero en un equipo de fútbol, salvo que se trate de lesión, es un asunto que daría para alguna tesis en la que se entremezclaría lo deportivo y lo psicológico. Se suele decir que es la posición que necesita más continuidad y confianza para que el guardameta tenga los cinco sentidos puestos en evitar los goles y no en si un determinado error puede llevarle de cabeza al banquillo. No es, por tanto, una posición en la que sean demasiado habituales los cambios.

Por fuerza mayor, el Betis ya ha tenido que recurrir este curso a tres cancerberos: Adán, Dani Giménez y Pedro. De las 52 temporadas en las que los verdiblancos han militado en Primera División, sólo en 17 ha ocurrido esta circunstancia. Hecho inusual, pero que hasta se ha visto superado en dos ocasiones. La más reciente fue en la temporada 2013/14, la del último descenso. En aquella ocasión hasta cuatro jugadores ocuparon el arco: Andersen, Sara, Adán y Pedro. El danés y el argentino se alternaron como titulares durante la primera vuelta hasta que el club fichó en el mercado de invierno al madrileño, que ya fue titular hasta final de temporada, salvo seis minutos de un partido ante el Valladolid, en el que fue sustituido por el canterano a causa de una lesión.

En la temporada 42/43, la portería del Betis fue ocupada por cuatro jugadores distintos en sólo cinco jornadas. Paquillo disputó la primera, pero fue sustituido por Fornes después de encajar cinco goles ante el Athletic. El sustituto tampoco tuvo demasiada suerte y también sacó cinco balones de su portería en el derbi ante el Sevilla de la segunda jornada. López Cabezo ocupó su puesto en el tercer encuentro en Granada, donde el Betis también salió goleado (6-2). Pese al resultado, mantuvo la titularidad en la victoria verdiblanca ante el Real Madrid (3-1) en el cuarto partido del curso. En el quinto, el centrocampista Francisco Gómez fue el portero ante el Barcelona en Les Corts. Miembro de la plantilla campeona de la 34/35, Gómez, además de portero, también fue entrenador del equipo ese curso cuando Cesáreo Baragaño fue destituido.

Nada menos que tuvieron que pasar 70 años después para encontrar una circunstancia similar. Con solo seis jornadas completadas de la temporada 2012/13, Pepe Mel se vio obligado a recurrir a tres porteros. Comenzó la temporada Fabricio, pero después de dos partidos en los que encajó cinco goles fue reemplazado por Casto. El pacense fue expulsado en el partido de la sexta jornada ante el Málaga y Adrián ocupó su lugar. El curso anterior alternaron Casto (22 partidos), Fabricio (15) y Goitia (1).

Tres porteros fueron alineados en la 2007/08. Héctor Cúper y Paco Chaparro dieron oportunidad a Ricardo (28 partidos), Casto (9) y Doblas (1). En la temporada 2003/04 también llegaron a actuar con el Betis tres porteros: Contreras (32), Prats (16) y Relaño (1). El mallorquín, Valerio y el portuense Pinto se repartieron los minutos la 97/98, con Luis Aragonés en el banquillo.

Veinte años antes, el Betis europeo de Rafa Iriondo usó a Esnaola, Campos y García Fernández bajo los palos. En las décadas de los sesenta y los setenta sí fue habitual vez a tres porteros defendiendo la meta bética en varias campañas: Pesudo, Campos y Chicharro (72/73), Esteve, Carmet y Vega (65/66), Corral, Pepín y Otero (61/62) o Menéndez, Otero y Domínguez (58/59).

Igual que hubo temporadas con bastante movida en la portería también las hubo en la que la tranquilidad fue la nota dominante. Cuatro porteros tienen en su currículum haber disputado todos los minutos de una temporada en Primera División. El primero en lograrlo, como no podía ser de otra manera, fue José Ramón Esnaola. En el curso 82/83 el guardameta guipuzcoano disputó los 3.060 minutos de la temporada, 34 partidos completos sin que el portero suplente, el jiennense Jacinto Barroso, tuviera oportunidad alguna en la Liga.

Esnaola pudo haber repetido el ciclo completo en la temporada 84/85. En su última temporada en activo, con 38 años, fue titular indiscutible en el equipo que dirigía Pepe Alzate. Disputó todos los partidos de esa liga, salvo el de la segunda jornada, en la que el titular fue el canterano Torrano. El portero vasco decidió sumarse a la huelga que para esa jornada convocó la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y no disputó el partido ante el Murcia en La Condomina.

Otro guipuzcoano, Manolo Cervantes, sí que jugó los 34 encuentros en la temporada 85/86. Fichado para sustituir a Esnaola, el ex del Murcia se hizo con el puesto desde la jornada 1 y tampoco dejó opción para que Barroso se estrenara en la competición liguera.

Pedro Jaro redondeó un año de excepción en la 94/95. Procedente del Real Madrid, fue el portero elegido por Lorenzo Serra Ferrer para afrontar la vuelta a Primera División. El guardameta madrileño disputó los 38 encuentros y logró el Trofeo Zamora al portero menos goleado de la categoría (25).

El último cancerbero que disputó todos los partidos en Primera División fue Toni Prats en la temporada 2002/03. El belga Gaspercic fue incapaz de robarle un solo minuto en toda la Liga