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Actualizado: 15 feb 2018 / 12:09 h.
  • Enroque de Roque con el rey Banega
    Roque Mesa, durante un entrenamiento reciente. / Manuel Gómez

Los días en invierno y la paciencia con los fichajes en el mercado de enero comparten adjetivo: corto y corta. A lo segundo no se le tolera tanta tregua ni se le permite el prolongando salvoconducto de la adaptación como sucede con las novedades estivales. El calendario apremia y el Sevilla tiene dentro de una semana uno de sus ocho mil de la temporada: la cita con el Manchester United en la Champions League.

Roque Mesa era ya un anhelo del catálogo Monchi, que ha llegado al Sevilla FC en el año uno de Óscar Arias al frente de la dirección deportiva del club. El canario debutó como titular en el partido ante el Eibar, pero de aquella goleada amarga sólo salió con el aprobado el chófer del autobús. Apenas disputó 53 minutos en esa amplia derrota en Ipurua. En su first date con Nzonzi no hubo flechazo. La lesión de Éver Banega, en la semifinal copera ante el Leganés, apremia al mediocentro canario a demostrar que puede ser un alternativa fiable al argentino en la sala de máquinas del conjunto de Montella.

Nzonzi busca pareja en el centro del campo ante la ausencia de su compañero más habitual, y Roque Mesa forma parte del casting. Su radiografía como futbolista apunta a que el canario debiera ser un recambio más natural para el francés que para el argentino, pero la lesión de Banega, añadido a que la coalición Nzonzi-Pizarro no ha dado muestras de especial sintonía, en las veces que han compartido parcela, ha puesto al recién llegado como alternativa.

Del mediocentro de Telde se ha destacado su capacidad de sacrificio y de trabajo en las calderas del juego: la recuperación y la presión. Sin embargo, en la dirección deportiva del Sevilla se destaca también su virtud para poner la primera piedra del juego ofensivo, ese primer pase que centrifugue a los jugones del equipo. La capacidad de Banega para generar fútbol es indudable, y el reto para el recién llegado es enorme, pero también es fuerte la apuesta que el Sevilla ha hecho por él, y en un equipo con los compromisos que tiene que afrontar el Sevilla la reputación de Roque Mesa puede subir como la espuma si sale bien parado.

Nada mejor que tener una nueva oportunidad de cumplir el papel de Banega en el equipo que en su casa. El partido de este fin de semana ante Las Palmas puede ser el momento propicio para ganar peso dentro del equipo. El enroque de Mesa con el rey Banega podría ofrecer alternativas a Montella y mimar el estado físico del argentino en el tramo final de la temporada, en el que, ni más ni menos, ya hay una final a la vista.

El mediocentro isleño pisará el sábado, en caso de ser de la partida, el Estadio Gran Canaria con otra camiseta distinta a la amarilla de Las Palmas. La venta más cara en la historia del club (12,5 millones de euros pagó el Swansea) por su fichaje se enfrentará por vez primera al equipo al que inundó de euros con la operación. Su aportación fue fundamental para que el equipo grancanario retornara a la Primera División hace tres temporadas.

En el estadio insular, Roque Mesa marcó su primer gol en la máxima categoría y lo hizo precisamente ante el Sevilla de Unai Emery, en la victoria amarilla por 2-0 en septiembre de 2015. Son únicamente catorce tantos los que ha conseguido a lo largo de su carrera profesional, aunque en el recuerdo de la afición amarilla no se olvida el que logró ante el Zaragoza en la eliminatoria de ascenso.